Daniel R Scott
Acompañé a mamá, hoy una anciana de muchas canas, a la necrópolis de la ciudad. A sus años y con su frágil bastón de madera, ya no pude venir sola a estos lugares. Ella viene a depositar una flor y dos lágrimas en la tumba de su padre, un francés de la ciudad de Lyon que combatió en las trincheras de
¿Qué podría yo decir de este insigne personaje, padre del amigo y cronista Argenis Ranuarez, sin evidenciar que me quedo corto a la hora de abordarlo con mi pluma ignorante? Diría, pidiendo disculpas por la falta de cosecha propia, lo que ya otros han dicho, lo cual no es del todo malo, porque a veces en la patria de Bolívar olvidamos al benefactor para aplaudir lo efímero, la mediocridad y la estulticia. Es bueno que traigamos a la memoria a aquellos que dejaron huella, los que jamás deben terminar hundidos en los océanos siempre crecientes del tiempo y del olvido. El hombre bueno debe perdurar en la mente del colectivo con la eternidad de un Dios. El hombre bueno y productivo es la verdadera identidad de un país, por no hablar de su progreso.
Dice Lorenzo Rubín Zamora que Israel Ranuarez Balza era una "persona fina, cumplida y de reconocida honorabilidad." Continúa diciendo el autor que Israel fue un profesional de la medicina, egresado de
Nuestro biografiado ocupó además
En un merecido homenaje que se le hiciera al talentoso percusionista "Angelito Pérez" el 15 de mayo del año en curso, éste comentó en una especie de breve sollozo como el Dr. Israel Ranuarez Balza fue el "médico de cabecera" de su familia. Y es que sin denigrar a nuestros profesionales que dan lo mejor de lo suyo para arrebatarle a la muerte la vida de sus pacientes, es necesario reconocer que los antiguos profesionales de la medicina se tomaban sus labores y sus voluminosos libros con la vocación y la mística de los apóstoles y evangelistas de antaño.
Yo asocio a Israel Ranuarez Balza con mi primer encuentro con el eterno misterio de la muerte, y a continuación explicaré la causa: Era una mañana o una tarde de 1974. No llegaba yo a los diez años de edad. Estudiaba en el querido y siempre recordado Grupo Escolar "República del Brasil." Ese día las autoridades del plantel lo dieron libre. Siendo el niño despistado que todavía soy de adulto, no sabía la razón de ese día libre. "¿Que pasa?" pensaba yo entre el barullo y griterío infantil. Salí por los portones de la escuela sin saber por qué. Entré junto a otros niños al palacio de gobierno sin saber por qué. Y de repente ( sin saber por qué ) me encontré frente a un féretro al que montaban guardia.. La atmósfera era ceremoniosa y pesada. Al vernos, un amable señor de traje gris, enjuto de carnes y algo mayor, nos invitó con un gesto casi afectuoso y social a que pasáramos adelante. Entonces yo, todavía sin saber por qué, di varios pasos y me asomé tímidamente al féretro abierto. Ni susto ni terror, tan solo me embargó una sorpresa que nunca más volví a sentir: Lo que vi fue una rígida seriedad casi académica labrada en dura piedra solemne, a un personaje sacado de algún museo de cera, y un color como de otro mundo que no se encontraba en ninguno de mis muchos creyones de la educación primaria. Un ser, en fin, que en su rigidez inspiraba respeto.
Regresé a casa y, hasta el solo de hoy, nunca dije nada de mi primer encuentro con el Misterio encarnado en ese roble yacente que fue Israel Ranuarez Balza..
En los locales de Cellunerg, al frente del Modulo de
3 de Noviembre de 2008
Imagen tomada de http://www.diariolaantena.com.ve/sucesos/sucesos.php
1 comentario:
La evocación de ese insigne sanjuanero siempre será grata. Pero es más grata aun, CUANDO LA ESCRIBE UNA PLUMA DE TANTA SENSIBILIDA COMO LA TUYA.
Gracias Daniel
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