Ponencia presentada en
XI ENCUENTRO DE CRONISTAS,
HISTORIADORES E INVESTIGADORES
MUNICIPIO ORTIZ
ESTADO GUÁRICO
Carlos A. López Garcés
Cronista del Municipio
José Tadeo Monagas
Estado Guárico
Foto de Enrique Ubieta Gómez*
Nota previa
No hubo pueblo venezolano que no
sintiera los efectos directos e indirectos de la guerra por la liberación del
dominio hispano-colonialista. El municipio Ortiz no fue precisamente la
excepción, pues en su territorio ocurrieron varios acontecimientos durante esa
lucha emancipadora, entre los cuales, a propósito de este XI Encuentro de
Cronistas, Historiadores e Investigadores, es oportuno resaltar el Combate de Ortiz sucedido en el primer
trimestre del año 1818, cuando Bolívar, a la cabeza del ejercito libertador,
procuraba controlar las llanuras de Calabozo, San Fernando y San Carlos, al
tiempo de insistir en su avanzada hacia Caracas por los valles de Aragua.
I.- Combate de Ortiz
1.- Antecedentes. Aun cuando la pérdida de los realistas fue de
300 muertos y la de los patriotas “no
pasó de 300 entre muertos y heridos” en la batalla de Semen, ésta, a pesar
de la opinión contraria de los independentistas, fue considerada como una
victoria para las fuerzas reales dirigidas por el general Pablo Morillo, quien
fue herido en el bajo vientre hacia el final de la batalla. Las fuerzas libertadoras, al mando de
Bolívar, se retiraron hasta El Rastro, en las cercanías de Calabozo, con la
finalidad de reorganizarse para proseguir combatiendo contra los realistas,
ahora comandados por el brigadier Miguel de Latorre, quien había sustituido al
convaleciente general Morillo, y había ubicado sus fuerzas en las inmediaciones
de Ortiz a fin de contrarrestar la avanzada patriótica(1).
2.- Tres testimonios. Algunas Informaciones testimoniales de interés
para estudiar el Combate de Ortiz,
ocurrido el 26 de marzo de 1818, están contenidas en dos documentos publicados
en las Memorias del General O’leary.
El primero es un Boletín del Ejército
Libertador de Venezuela, emitido por el Estado Mayor General, fechado el 28
de marzo de 1818 en el Cuartel General en las cercanías de Ortiz y firmado por
el general Carlos Soublette, Jefe del Estado Mayor General(2). El segundo es un Diario de Operaciones del Ejército correspondiente al mes de marzo
de 1818(3). Un tercer testimonio lo aporta el general José Antonio Páez en su Autobiografía, publicada por primera
vez entre 1867 y 1869. Justo es recordar que aquel jefe militar fue protagonista
de las acciones en Ortiz(4).
3.- Tres historiadores. Otras noticias relacionadas con las acciones
en Ortiz, que motivan este trabajo, fueron expresadas por algunos intelectuales
de renombre, entre quienes están los tres mencionados a continuación:
3-1.- José Manuel Restrepo. Historiador y político colombiano, nacido en Envigado, Antioquia, en
1881, y fallecido en Bogotá en 1863; fue ministro en 1822-1827; entre sus obras
está el libro Historia de la Revolución
de Colombia, que data de 1827 y en el cual escribió un denso texto con respecto al Combate de Ortiz(5).
3-2.- Telasco Macpherson. Historiador, periodista y académico
venezolano; nació en La Victoria, estado Aragua, en 1817 y murió en Caracas en
1896; autor de varios libros, entre los que es pertinente destacar el Diccionario histórico, geográfico,
estadístico y biográfico del estado Miranda, editado por primera vez en
1891, donde transcribió un breve comentario del historiador Rafael María Baralt
con respecto a lo de Ortiz(6).
3-3.- Robert B. Cunninghame Graham. Nació en Inglaterra en 1852 y falleció en
Buenos Aires, Argentina, en 1936.
Viajero inquieto. Polifacético: ranchero y ganadero en Argentina;
soldado del ejército en Uruguay; negociador de caballos, reses y algodón en
Texas; esgrimista en México; miembro del Parlamento Británico. Es autor del
libro José Antonio Páez, una
biografía de este prócer venezolano editada inicialmente en inglés, en Londres,
en 1929 y de la cual hubo una primera publicación en castellano en 1959,
auspiciada por la Academia Nacional de la Historia, la que preparó una tercera
edición en 1973. El autor escribió allí un corto comentario relacionado con las
acciones de Ortiz(7).
II.- Observaciones
La revisión y el cotejo de las
informaciones relacionadas con el Combate
de Ortiz, contenidas en las fuentes mencionadas en párrafos anteriores, son
aprovechables para enumerar expresamente las siguientes observaciones
específicas:
1ª.- Lugar y fecha. No hay dudas de aquella acción de guerra,
ocurrida el 26 de marzo de 1818; así es posible deducirlo en concordancia con
los datos citados de seguidas:
De acuerdo con las Memorias del General O’Leray, por medio
del Boletín del Ejército Libertador de
Venezuela, emitido el 28 de marzo de 1818, fue notificado que “El ejército siguió sus marchas, y en la
mañana del 26 encontró al enemigo situado en las alturas de Ortiz...”(8) Esta misma fuente bibliográfica reprodujo el Diario de Operaciones del Ejército Libertador,
correspondiente a marzo de 1818, en el cual dice textualmente: “Dia 26.- El ejército marchó para Ortiz,
donde, sobre las alturas á la entrada del pueblo, encontró al enemigo y trabó
combate...”(9) Por su parte, el general Páez, refiriéndose al general
realista Miguel de Latorre y sin indicar fecha, anotó en su Autobiografía que “…él nos esperó en el pueblo de Ortiz ocupando un punto bastante
militar en las alturas que dominan el desfiladero de una cuesta antes de llegar
a la población”(10).
Además, dos historiadores del siglo
XIX respaldaron estás noticias. Uno de ellos fue el colombiano José Manuel
Restrepo, quien escribió, en su Historia
de la Revolución de Colombia, que el combate fue el 26 de marzo de 1818, en
Ortiz, en las “…alturas que yacen a la
entrada del pueblo…”(11) El otro,
mencionado por Telasco Macpherson en su Diccionario
histórico, geográfico, estadístico y biográfico del estado Miranda, fue el
venezolano Rafael María Baralt, quien afirmó, con respecto a la marcha de los
realistas desde El Rastro hasta Ortiz, que “…Los
patriotas le siguieron, y el 26 á las once y media de la mañana, se hallaban
frente á frente, delante el pueblo de Ortiz, unos y otros contendientes…”(12)
2ª.- Duración. Las fuentes no coinciden con respecto a la
duración cierta del combate. El tiempo señalado por el Boletín del Ejército Libertador de Venezuela, ya citado, indica que
fue “desde las once de la mañana hasta
cerca de la noche”(13). En el Diario
de Operaciones del Ejército se
notificó que “…El
fuego duró desde la una hasta las cuatro de la tarde…”(14) Páez aseveró que “Allí empeñó Bolívar un combate de seis horas más que temerario…”(15) El historiador Restrepo escribió que
estuvieron combatiendo “…desde las doce
hasta las cuatro de la tarde…”(16) Baralt no precisó la duración de tal
combate; se limitó a decir que, aquel 26 de marzo a las once y media de la
mañana, las fuerzas patriotas y las realistas estaban frente a frente delante
de Ortiz(17). El inglés Robert B. Cunninghame Graham, en su libro José Antonio Páez, lo calificó de “una breve escaramuza”(18). Valga la
ocasión para recordar que el vocablo escaramuza, según el Diccionario de la Real Academia Española
(DRAE), es un sustantivo femenino que proviene del latín scaramuccia con el significado de combate breve y no decisivo y
cuya primera acepción es “Refriega de
poca importancia sostenida especialmente por las avanzadas de los ejércitos”(19). No obstante y a pesar de todas esas
imprecisiones, es posible deducir que aquella acción militar fue sostenida
durante un tiempo prolongado, desde que mediaba el día hasta la caída de la
tarde, lo que demuestra que no fue una simple escaramuza.
3ª.- Cantidad de combatientes. La mayoría de las fuentes consultadas no
precisa el número de combatientes que integraban ambas fuerzas. Solo uno de los
testimonios presentados, contenido en el Boletín
del Ejército Libertador de Venezuela reveló que la cifra de realistas fue
de 1.000 hombres de infantería, pero no indicó la cantidad de patriotas(20).
Contrariamente, los historiadores mencionados citaron datos cuantitativos de
ambos ejércitos. Restrepo afirmó que Latorre contaba “…con novecientos cincuenta infantes y un escuadrón de caballería…”
y agregó seguidamente que “…La infantería
republicana era casi igual en número, pero muy inferior en disciplina…” en tanto que la caballería era “numerosa y excelente”(21). Baralt comentó que Latorre, para el día 20 de
marzo después de la batalla de Semen, cuando ‘se movió hacia Calabozo’ ya operaba “…con 1.500 infantes y un escuadrón’; sin embargo, escribió el
mismo autor, ‘Bolívar podía oponerle
2.000 jinetes, mandados por Páez, Monagas y Cedeño, y 800 soldados de
infantería…’ pero no especifica las cifras con respecto a los hechos de
Ortiz del día 26, aunque puede suponerse que habrían sido las mismas(22). Cunninghame Graham no dio números(23).
4ª.-
Fogosidad del combate. Algunas de las noticias obtenidas con
respecto a la impetuosidad del enfrentamiento son coincidentes y otras son
contradictorias. En el Boletín del Ejército Libertador de Venezuela
quedó escrito que las fuerzas libertadoras encontraron al enemigo situado en
las alturas de Ortiz y “…sin embargo de
que sus posiciones eran ventajosísimas, por lo escarpado y pedregoso de los
cerros, fueron atacadas por nuestra infantería que con el mayor denuedo las
ocupó todas, poniendo al enemigo en vergonzosa fuga, después de haber combatido
desde las once de la mañana hasta cerca de la noche…”(24). En el Diario de Operaciones del Ejército fue
anotado que aquel día 26 “…El ejército
marchó para Ortiz, donde, sobre las alturas a la entrada del pueblo, encontró
al enemigo y trabó combate por las posiciones que fueron tomadas y vueltas a
tomar: nuestra caballería á las órdenes del General Páez dio una carga
brillante sobre el enemigo…”(25) Páez recordó que el general realista
Miguel de Latorre esperó al ejército patriota en Ortiz, donde ocupó un sitio
estratégicamente militar “…en las alturas
que dominan el desfiladero de una cuesta antes de llegar a la población” y
añadió inmediatamente que “Allí empeñó
Bolívar un combate de seis horas más que temerario, pues nuestra caballería no
podía tomar parte en él por no permitirlo el terreno. Varias veces subía
nuestra infantería y tenía que volver a bajar rechazada, y todo esto a pesar de
repetírsele a Bolívar que por nuestra derecha había un punto por donde
descabezar aquel cerro. Fue, pues, imposible forzar el paso…”(26).
Un ejemplo concreto de esa fogosidad lo expuso el propio Páez con el
caso del “…coronel Genaro Vásquez, que
fue herido de muerte cuando con un cuerpo de doscientos carabineros que
mandaba, echó pie a tierra y logró llegar hasta la cima de la cuesta. Cuando
fue herido Vásquez, una columna de infantería enemiga bajó por otro lado y
llegó hasta el lugar donde estaba formado el resto de nuestra infantería,
rechazándola unas doscientas varas; pero con el pronto y eficaz auxilio que le
di, mandando a Iribarren cargar vigorosamente con una columna de caballería,
volvió el enemigo a su altura, y pudo Vásquez y su columna incorporársenos y no
quedar cortada…”(27)
Las
informaciones aportadas por el historiador Restrepo ayudan a entender la
vehemencia del combate con el siguiente relato: “…poco o nada podía hacer nuestra numerosa y excelente caballería
ligera contra puntos militares bien defendidos. Sin embargo, Bolívar y Páez
determinaron atacar a los realistas, empeñándose el 26 de marzo en forzar
aquellas posiciones, combatiendo con un valor extraordinario desde las doce
hasta las cuatro de la tarde. En vano tomaron la primera altura, pues el
enemigo se retiró a la segunda; en vano
hicieron desmontar quinientos jinetes para que auxiliaran a la infantería;
finalmente, en vano trepaba la caballería por los cerros hasta alcanzar a los
batallones enemigos. Los esfuerzos del valor denodado y aun heroico de los
patriotas se estrellaron contra los obstáculos que en aquella jornada les
opusieron la naturaleza y la disciplina militar…”(28) Baralt y Cunninghame Graham no opinaron sobre tal
impetuosidad(29).
5ª.- Consecuencias. El combate terminó hacia el fin de la tarde,
cuando el ejército patriota suspendió la acometida, ante la imposibilidad de
alcanzar la cumbre de la cuesta, que estaba en posesión de los realistas, según
puede deducirse de las fuentes consultadas, las cuales también contienen informaciones relacionadas con el final
(incluido el porqué) y con las consecuencias de aquel enfrentamiento, que están
mencionadas a continuación:
En el Boletín del Ejército Libertador de Venezuela fue publicado que las
alturas de Ortiz “quedaron cubiertas de
cadáveres” y que el cuerpo realista logró fugarse hacia Villa de Cura,
porque la caballería patriota no pudo movilizarse con la destreza requerida
para destruirlo totalmente, debido a lo “quebrado y fragoso del terreno” y a que
la noche ya estaba cerca; además, que los enemigos dejaron en Ortiz “un almacén de galleta, y muchas armas y
municiones”; allí se agregó que hubo treinta bajas patriotas entre muertos
y heridos(30). En el Diario de
Operaciones del Ejército fue escrito, sin mayores detalles, que el
Libertador ordenó la retirada del ejército hacia el hato San Pablo el día 26,
la cual se cumplió ordenadamente, y que
las fuerzas realistas abandonaron el pueblo de Ortiz y “varias de sus provisiones”; además, dejaron 33 muertos en el campo
de batalla, más 50 heridos y 2 prisioneros, al tiempo que las fuerzas patriotas
tuvieron 12 muertos y 30 heridos(31). Páez dio una explicación sobre el porqué
del final del combate, vinculándolo a la
proximidad de la noche y a la sed insoportable que padecían, lo que no parece
muy ajustado a la realidad de lo acontecido; él afirmó: “Ya el sol estaba al ponerse, y como teníamos una sed irresistible y no
había allí agua para apagarla, dispuso Bolívar que nos retiráramos al punto
donde la había, que estaba a nuestra espalda cosa de seis leguas de distancia.
El enemigo se aprovechó del movimiento y se puso en retirada hasta los valles
de Aragua, como a diez y ocho leguas de Ortiz”(32).
El historiador Restrepo consideró
que el agotamiento físico indujo a los patriotas a desistir del objetivo de
forzar a los realistas para que abandonaran aquellas posiciones militares y
lamentó que “…los patriotas no hubieran
procurado apoderarse del pueblo a fin de envolver a Latorre, después de
flanquear con sus tropas aquellas alturas; maniobra que probablemente les
hubiera dado la victoria contra los realistas…”(33) Dio por cierto que hubo pérdidas
considerables de oficiales y soldados muertos y heridos tanto en las fuerzas
patriotas como en las realistas. Añadió
que el ejército real optó por abandonar el sitio aquella misma noche,
suponiendo la posibilidad de una segunda arremetida de las fuerzas
libertadoras; los realistas se retiraron apresuradamente hacia Villa de Cura
para reunirse con el resto de sus tropas; mientras que el ejército libertador
volvió al hato San Pablo, donde se le sumaron nuevos refuerzos, tanto de
hombres como de caballos, traídos del Apure por el general Torres(34).
Para el escritor Baralt, lo de Ortiz
fue un “combate indeciso”, después
del cual Latorre marchó hacia Villa de Cura y Valencia, debilitado por la falta
de caballos(35). Y el inglés Cunninghame Graham calificó aquella acción militar
como “...una breve escaramuza en la que
no hubo resultado decisivo para ninguno de los dos bandos…” (36)
6ª. Una muerte muy sentida. Al parecer, la muerte del coronel Genaro
Vásquez fue la más sentida de todas las que sucedieron como consecuencia del Combate de Ortiz, de acuerdo con los
comentarios impresos en varias de las fuentes,
citados seguidamente:
El Boletín del Ejército Libertador de Venezuela tiene incluida la
siguiente nota: “En la acción de las
alturas de Ortiz recibió tres heridas el bravo Coronel Genaro Vázquez, que
murió el 27. La pérdida de tan benemérito oficial ha causado en todo el
Ejército el más vivo sentimiento. El Coronel Vázquez, desde que se levantó el
grito de Independencia en Venezuela, desenvainó su espada, y fue formidable a
los españoles en multitud de combates, en que siempre se señaló su valor, su
subordinación, y su constancia. Murió también el Capitán de Cazadores del
Batallón de Barlovento Francisco Medina…”(37)
En el Diario de Operaciones del Ejército quedó anotado que el día 27
murió el coronel Vásquez, quien fue herido en la acción de Ortiz y fue
sepultado con las consideraciones de su rango(38).
Páez fue muy expresivo de sus
sentimientos hacia aquel valeroso militar cuando relató varios detalles acerca
de ese suceso en los términos siguientes, que ahora es oportuno reiterarlos: “…tuvimos que lamentar entre otras la
irreparable pérdida del coronel Genaro Vásquez, que fue herido de muerte cuando
con un cuerpo de doscientos carabineros que mandaba, echó pie a tierra y logró
llegar hasta la cima de la cuesta. Cuando fue herido Vásquez, una columna de
infantería enemiga bajó por otro lado y llegó hasta el lugar donde estaba
formado el resto de nuestra infantería, rechazándola unas doscientas varas;
pero con el pronto y eficaz auxilio que le di, mandando a Iribarren cargar
vigorosamente con una columna de caballería, volvió el enemigo a su altura, y
pudo Vásquez y su columna incorporársenos y no quedar cortada. Vásquez venía
herido y en brazos de sus soldados. Aquella misma noche murió”(39). Páez
agregó, en nota de pie de página, que: “La
pérdida de Genaro Vásquez me fue muy dolorosa pues era uno de los campeones de
Apure con quienes contaba yo siempre que había que acometer todo género de
empresas, por arriesgada que fuese. La patria agradecida no debe olvidar el
nombre de este valiente, ya que no hay monumento que recuerde el de los que
murieron por ella en los campos de batalla. Catorce años después de su muerte,
recogí los huesos de tan gallardo compañero de armas y los llevé a Valencia: en
memoria suya di su nombre a una laguna que se halla en el patio de mi hato de
San Pablo donde estuvo enterrado primero”(40).
Dos de los tres historiadores consultados
también reportaron esa lamentable pérdida.
Restrepo aseveró que entre los primeros heridos estuvo el valiente
coronel Genaro Vásquez, cuya muerte acaeció al día siguiente del combate(41).
Baralt dijo solamente que Genaro Vásquez murió en la acción militar(42). Y
Cunninghame Graham no mencionó el caso(43).
Telasco Macpherson escribió en nota
de pie de página, a manera de aclaratoria, que “Genaro Vázquez […] era barquisimetano, y según Montenegro, fué el que
dió el lanzazo al general Morillo en la acción de Sémen”(44). No obstante,
Páez anotó, igualmente en pie de página, que el entonces capitán Juan Pablo
Farfán fue quien hirió a Morillo en la batalla de Semen(45). Sin embargo, Cunninghame Graham apuntó, también en nota de
pie de página, que, según Páez, el
general Morillo fue herido por un capitán de nombre Juan Pablo Farfán; pero,
agregó, que E. Loraine Petrie, en la página 205 de su libro Simón Bolívar, publicado en Londres en
1910, aseveró que el heridor de aquel jefe realista “…fue un patriota desconocido que se ocultaba en los matorrales”
(46).
7ª.- Significación. Aunque los resultados del Combate
de Ortiz no fueron totalmente favorables para las fuerzas patriotas, como
lo habían pretendido, sí sirvieron para fortalecerlas moralmente, tanto que,
dos días después de aquel suceso, el 28 de marzo, el general Carlos Soublette,
Jefe del Estado Mayor, participó por medio del Boletín del Ejército Libertador de Venezuela emitido desde el
Cuartel General en las cercanías de Ortiz, que “…San Cárlos y todo el Occidente están descubiertos y atacados por la
poderosa División que á las órdenes del Coronel [Antonio] Rangel ocupó la
Capital y demás pueblos de la Provincia de Barinas. El Ejército continuará
mañana sus operaciones, combinadas con las fuerzas del Coronel Rangel, y
podemos asegurar que el enemigo, amenazado en todos sus puntos, va á ser
forzado á cedernos el país y encerrarse en Puerto Cabello, ó á ser despedazado
en todas partes si nos aguarda”(47).
III.- Resumen
Las citas bibliográficas expuestas
en este trabajo son fundamentales para entender los acontecimientos
relacionados con el denominado Combate de
Ortiz, ocurrido el 26 de marzo de 1818, en unos cerros cercanos al pueblo
conocidos como la Cuesta de Ortiz, caracterizada por ser de terrenos
escarpados, pedregosos y, en fin, muy accidentados, tanto que dificultan el
ascenso a su cima(48).
En ese mismo escenario sostuvieron
un recio, impetuoso y prolongado
enfrentamiento las fuerzas patrióticas dirigidas por Bolívar con las realistas
comandadas por el brigadier Miguel de Latorre, sustituto del general Pablo
Morrillo, quien convalecía de una herida en el bajo vientre que había recibido
al final de la batalla de Semen o de La Puerta, como la identificaron los
realistas, y después de la cual ambos ejércitos habían marchado hacia las
llanuras de Calabozo, en las cercanías de El Rastro, desde donde las fuerzas
reales, ante el riesgo de ser acometidas por los patriotas, debieron retroceder
apresuradamente hasta la Cuesta de Ortiz, donde tomaron posiciones militarmente
estratégicas que le permitieron resistir la feroz embestida de los patriotas
desde que mediaba el día hasta la caída de la tarde, cuando el Libertador optó
por retirarse hasta San Pablo al serle imposible conquistar aquel lugar. La
retirada de los patriotas permitió a los realistas abandonar el sitio y marchar
hasta Villa de Cura, ante la posibilidad de una segunda acometida.
Las pérdidas humanas como
consecuencias de aquel combate fueron 33 muertos, 50 heridos y 2 prisioneros en
las fuerzas realistas, mientras que en las patriotas hubo 12 muertos y 30
heridos, de acuerdo con el Diario de Operaciones
del Ejército, correspondiente al mes de marzo de 1818. Muy lamentada fue la
muerte del coronel Genaro Vásquez.
Ortiz, sábado 22 de agosto
de 2015.
REFERENCIAS Y NOTAS
(1) O’LEARY: 1981, t. 16, pp.17, 18, 22 a 25.
PÁEZ: 1987, v. 1, t. I, pp. 144 a
147.
Observación. El Boletín del Ejército de Venezuela, de fecha 28 de marzo de 1818,
publicó el siguiente comentario: “El
pequeño suceso de Sémen persuadió al enemigo que nuestra retirada era una
derrota, y tuvo la temeridad de hacer dos marchas en el Llano, sólo para dar un
nuevo testimonio de su impotencia: queda otra vez reducido á Valencia y á los
Valles de Aragua…”(O’LEARY: ob. cit.,
p.18).
(2) O’LEARY: ob. cit., pp.17, 18.
(3) IBÍDEM: pp. 24, 25.
(4) PÁEZ: ob. cit., pp. 145,
146.
(5) RESTREPO: 1969, t. III, pp. 395, 396.
(6) MACPHERSON: 1973, pp. 374, 375.
Observaciones:
1.- Rafael María Baralt fue un reconocido
escritor, historiador, poeta, periodista,filólogo y político venezolano,
nacionalizado español. Nació en Maracaibo, estado Zulia, en 1810. Se residenció
en España desde 1843 y se vinculó a la causa cristiana liberal hispánica.
Estudió el problema de los límites venezolanos con la Guayana Inglesa (actual Guyana).
Entre sus obras están: Resumen de la
Historia de Venezuela, publicada en tres volúmenes, Paris, 1841; Adiós a la patria; Diccionario matriz de la lengua castellana, editado en 1850;
Diccionario de galicismos, hecha pública 1855. Miembro de la Real Academia
Española. Director de la Gaceta de
Madrid y Administrador de la Imprenta Nacional en 1854. Falleció en Madrid
en 1860, a los 49 años de edad. Sus restos fueron trasladados al Panteón
Nacional, Caracas, el 23 de noviembre de 1982. (Diccionario de Historia de Venezuela, Caracas, Fundación Polar,
segunda edición, t. 1, pp. 360, 361; El
Pequeño Larousse Ilustrado, México, duodécima edición, 2006, p. 1145).
2.- Telasco Macpherson publicó un interesante
resumen biográfico del coronel Genaro Vásquez en su Diccionario histórico, geográfico, estadístico y biográfico del estado
Lara (Caracas, 1981, pp. 536 a 540).
(7) CUNNINGHAME: 1991, p. 126.
(8) O’LEARY: ob. cit., p. 18.
(9) IBÍDEM: p. 24.
(10) PÁEZ: ob. cit., p. 146.
(11) RESTREPO: ob. cit., p. 396.
(12) MACPHERSON: ob. cit., p. 374
(13) O’LEARY: ob. cit., p.18.
(14) IBÍMEN: p. 24.
(15) PÁEZ: ob. cit., p. 146.
(16) RESTREPO: ob. cit., p. 396.
(17) MACPHERSON: ob. cit., p. 374.
(18) CUNNINGHAME: ob. cit.
(19) DRAE: 2001, t. I, p. 954.
(20) O’LEARY: ob. cit., p.18.
(21) RESTREPO: ob. cit., p. 396.
(22) MACPHERSON: ob. cit., p. 374.
(23) CUNNINGHAME: ob. cit.
(24) O’LEARY: ob. cit., p.18.
(25) IBÍDEM, p. 24.
(26) PÁEZ: ob. cit., p. 146.
(27) IBÍDEM.
(28) RESTREPO: ob. cit., p. 396.
(29) MACPHERSON: ob. cit., p. 374. CUNNINGHAME:
ob. cit.
(30) O’LEARY: ob. cit., p.18.
(31) IBÍDEM: p. 24.
(32) PÁEZ: ob. cit., p.146.
(33) RESTREPO: ob. cit., p. 396.
(34) IBÍDEM.
(35) MACPHERSON: ob. cit., pp. 374, 375.
(36) CUNNINGHAME: ob. cit.
(37) O’LEARY: ob. cit., p.18.
(38) IBÍDEM: p. 25.
(39) PÁEZ: ob. cit., pp. 145,
146.
(40) IBÍDEM: p. 146.
(41) RESTREPO: ob. cit., p- 396.
(42) MACPHERSON: ob. cit., p. 374.
(43) CUNNINGHAME: ob. cit.
(44) MACPHERSON: ob. cit., p. 374.
(45) PÁEZ: ob. cit., p. 145.
(46) CUNNINGHAME: ob. cit.
(47) O’LEARY: ob. cit., p. 18.
(48) “…El sitio de La Cuesta de Ortiz, donde
se realizó la batalla, está ubicado a unos tres kilómetros de la población; es
una zona árida y pedregosa, rodeada al este y al sur por la galera y al norte y
al este por el río Paya…” (RODRIGUEZ MIRABAL, Fernando. Semblanzas Orticeñas. San Juan de los Morros. Ediciones de la
Gobernación del Estado Guárico, 2012, p. 69)
BIBLIOGRAFÍA
Autobiografía del General José Antonio Páez. Caracas. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Fuentes
para la Historia Republicana de Venezuela, segunda edición, volumen 1, tomo I, 1987.
CUNNINGHAME GRAHAM, Robert B. José Antonio Páez. Los Teques. Edición
del Estado Miranda. Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos; Colección
República, volumen 45, 1991.
Diccionario de Historia de Venezuela.
Caracas. Fundación Polar, tomo 3, 1997.
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Madrid. Vigésima segunda edición, t. I, 2001.
MACPHERSON, Telasco. Diccionario histórico, geográfico, estadístico y biográfico del estado
Lara. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República; Biblioteca de
Autores Larenses, 1981.
MACPHERSON, Telasco. Diccionario histórico, geográfico, estadístico y biográfico del estado
Miranda. Los Teques. Edición facsimilar de la Gobernación del Estado
Miranda. 1973.
Memorias del General O’leary. Barcelona,
España. Ministerio de la Defensa de Venezuela, tomo 16, 1981.
RESTREPO, José Manuel. Historia de la Revolución de Colombia. Medellín, Colombia. Editorial
Bedout, tomo III, 1969.
RODRÍGUEZ MIRABAL, Fernando. Semblanzas Orticeñas. San Juan de los Morros. Ediciones de la
Gobernación del Estado Guárico, 2012.
*Imagen tomada de http://la-isla-desconocida.blogspot.com/2012/12/casas-muertas-la-novela-de-otero-silva.html
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