ARGENIS
RANUÁREZ ANGARITA
Contrariamente a nuestro placentero hacer a viva
voz y sin auxilio de papeles, apuntes o esquemas, haremos una semblanza
histórica de la comarca de los morros, la cual lleva implícita la opinión
personal y propia de este cultivo en
tierras de la historia, con los medios propios de producción propios del periodismo.
Desde hace casi medio siglo, venimos utilizando el
término comarca para referirnos a San Juan de los Morros y a su área de
influencia, independientemente de divisiones territoriales de naturaleza civil,
militar o religiosa.
Hoy, veintiséis de mayo del año 2016, celebramos
con racional júbilo los 236 años de la creación de la parroquia Eclesiástica
San Juan Bautista de los Morros. No anduvimos al garete buscando una fecha, ni
la dejamos al azar, capricho o conveniencia. Esa fecha la celebramos desde
1980, desde hace 36 años, cuando el Concejo Municipal del entonces Distrito
Roscio del Estado Guárico, la adoptó como punto de partida de nuestro
asentamiento urbano, habida cuenta de la particular manera de nacer y crecer
todo centro poblado en caminos de paso obligado o encrucijada de caminos.
Para llegar a la decisión de tomar la fecha del
decreto del Obispo Monseñor Doctor Mariano Martí, esto es, el 26 de mayo de
1780, hubo de transcurrir respetable largo tiempo de casi 200 años, durante los
cuales la historia local fue asunto que a nadie importara o la historia local
se mantuvo reducida a la historia de vida de sus moradores y a lo más, a la
historia familiar, y sus respectivas relaciones con el medio geográfico.
Comenzamos a tener inquietud por nuestro pasado a
raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez. Nuestros primeros cronistas son
periodistas. Alí Almeida y Juan Ubaldino Zerpa rompen esquemas centenarios. Comienza
la preocupación por el pasado remoto de San Juan de los Morros, sin dejar de
lado el pasado reciente para ese nuevo tiempo. El Morro, periódico impreso
dirigido por Almeida el cual circuló hasta 1960, con veinte ediciones junto a
un programa de radio que ese periodista mantuvo en Radio Guárico AM, comienzan
tímidamente a hurgar en el pasado. Dos hijos de este pueblo comparten idéntica
inquietud, el Doctor Ramón de Jesús Heredia y el Coronel Cedeño Zerpa.
No hay fundador. No hay acta de fundacional. No
hay demarcación territorial. Encrucijada y camino de paso obligado, este paraje
de rica vegetación, abundante agua e impresionante belleza, vió pasar a muchos, a muchos viajeros que iban a fundar hatos, a buscar
oro o venían a comercializar ganado, luego de la expansión hacia el sur iniciada con la
fundación de San Sebastián de los Reyes, el 6 de enero de 1585 por Sebastián
Díaz Alfaro. Éramos a un tiempo el patio
de San Sebastián y la puerta de los
llanos de Caracas.
El primero en publicar un trabajo sobre la
fundación de San Juan de los Morros fue Do Tito Sierra Santamaría, andino del
Táchira, Don Tito, co-fundador de la extinta Asociación Venezolana de
Periodistas Seccional del Estado Guárico, ejerció el cargo de Coordinador de la Gaceta
Oficial del Estado desde 1959 y logró
recopilar importante información que publicó en sus libros “Fundación de San
Juan de los Morros “-1962- y” Sitios Históricos del Estado Guárico “-1975-. Fue
Santamaría pionero en la búsqueda de nuestros orígenes independientemente de
que la verdad histórica haya aflorado pocos años después de publicado su primer
libro.
Paralelamente un hombre llamado Felipe Santiago
García funda un periódico de intereses generales, con énfasis en el deporte,
llamado “Campo Deportivo”, donde tuvimos el honor de incorporarnos a finales de
los años sesenta. Allí Almeida, Oscar Hernández, Ubaldino Zerpa, Fulgencio
Alayón, Ricardo Alcalá y otros, insistíamos sobre un más allá convencidos como estábamos que ni
Luis Ximénez de Rojas había sido fundador
en 1675 como señaló erróneamente Sierra Santamaría, ni era cierta la fecha del año 1675 como
afirma Landaeta Rosales en su” Gran recopilación Geográfica, Estadística e Histórica”,
en la cual no señala fundador.
Otros inquietos sobre esos orígenes, fueron
siempre los doctores Fernando Alvarado
Guzmán y Enrique Olivo, ambos nacidos en este valle, ambos brillantes
alumnos del Colegio Roscio y de la Universidad Central de Venezuela, jueces de
reconocida solvencia personal y profesional, primero y segundo cronistas
oficiales de la ciudad de los morros, autor el primero de tratados de
investigación histórica publicados en la
revista de la Asamblea legislativa del
estado Guárico desde 1966 hasta 1969, órgano dirigido por el periodista Miguel
Quintana Delgado.
Con ellos en amenas tertulias caseras compartíamos
opiniones. Coincidíamos con el Doctor Víctor Manuel Ovalles, quien en 1933
advertía: No hubo fundación. San Juan de los Morros nació imperceptiblemente, a
orillas del camino, casas distantes, cercanas a ríos y quebradas. Éramos jurisdicción
de San Sebastián unas veces, de Villa de Cura otras. En la “Descripción exacta
de la Provincia de Venezuela” de Don Joseph Luis de Cisneros de 1674- 59 años
después de la fecha señalada por el Padre Acosta ,un año antes de la señalada
por Landaeta Rosales, en esa obra no aparece pueblo, ni villa, ni ciudad
llamada San Juan de los Morros. Es concluyente que al no existir prueba
documental de fundación alguna, con las formalidades de toda fundación, fue
esta comarca una formación espontanea.
Durante muchos años cronistas nacidos o venidos a
este valle, hicimos crónica sobre nuestro proceso evolutivo, sin más punto de
partida que la afirmación de Landaeta Rosales repetida por Sierra Santamaría, y
llego el año 1967, cuando un servidor público en el Archivo General de la
Nación, llamado Manuel Pinto, archivólogo y paleógrafo, hizo un hallazgo de
marca mayor relacionado con nuestra comarca, en el archivo del Palacio
Arzobispal de Caracas, Pinto busco y encontró.
Transcribió cuarenta documentos y con recopilación y notas de su autoría,
los publicó en una edición bajo el titulo "Principio y Formación de San
Juan de los Morros", obra que por la contundencia de las pruebas documentales, echó por tierra, toda
especulación anterior sobre fundaciones que ninguna veracidad tenían.
Lamentablemente, ninguna autoridad del Estado Guárico
tomó interés en promover y distribuir la obra. Su difusión ese año se vio opacada
por el terremoto que causo muertes y daños materiales en Caracas y en el
Litoral. Pese a la publicación del libro de Pinto, a nivel local se seguían repitiendo los nombres desde Garci-Gonzales
de Silva y de Luis Ximénez de Rojas como fundadores. Carlos Rodríguez Ovalles
Manifestaba públicamente su desacuerdo
con tal afirmación. Un hijo de San Sebastián de los Reyes, descendiente de los
alemanes de la Selva Negra que fundaron la Colonia Tovar, Ramón Antonio Ziegler
Álvarez, vino a vivir al Valle del Paurario, echó raíces como músico y radiotécnico,
preocupado por lo que llamó "publicaciones llenas de suposiciones como
verdades históricas desconcertantes para todo público, y perjudiciales sobre todo
para estudiantes”, ofreció como obsequio al San Juan que celebraría 200 Años al
año siguiente, -1980-,un trabajo por demás esclarecedor, que el Consejo
Municipal presidido por Alejandro Tovar Bosch, publico en un folleto.
El año Bicentenario se publican cuatro obras alusivas
a los orígenes de San Juan: la de Ziegler, la del Dr Enrique Olivo titulada
"Calendario de Fechas y Sucesos de San Juan de los Morros"; la del Dr.
Adolfo Rodríguez titulada "San Juan
de los Morros: Relámpago y Égloga", y un folleto editado por el Consejo
Municipal del extinto Distrito Roscio, contentivo de tres piezas oratorias de
gran valor documental. La primera, el discurso pronunciado por el Doctor Luis
José Acosta Rodríguez, hijo ilustre de Ortiz, nuestro inolvidable amigo, en la
sesión solemne del 26 de mayo de ese 1980; el segundo, del Doctor Arístides
Baujón, en el cuadragésimo cuarto aniversario de la Guardia Nacional, y el
tercero pronunciado por el muy ilustre Doctor Saúl Ron Troconis, con motivo del
segundo aniversario de la muerte del Doctor Fernando Alvarado Guzmán, nacido en
San Juan de los Morros el 15 de agosto de 1926, primer Gobernador del Guárico
nacido en este valle de Los Morros ,primer Cronista Oficial de su ciudad natal.
Y ese año 1980, el año Bicentenario, nuestro
hermano del alma Doctor Adolfo Rodríguez publicó un artículo que movió voluntades para
hacer posible la celebración en grande, 2 meses después: "Dos Siglos de
San Juan" fue el titulo del trabajo publicado en el Diario El Nacional. Rodríguez advertía entonces, que faltaban 2 meses para
el Bicentenario, y que no había nada previsto para celebrarlo. Cita a Ovalles,
al Liceo Roscio de los 40 y 50, al Sabio Torrealba, y finaliza con el alborozo
por el inicio de las actividades académicas de la Universidad que tantos
desvelos nos costaron, con la clase magistral del Rector J.J González Matheus, el 21 de enero de ese
1980. Rodríguez en su obra citada, hace un poético ejercicio de imaginería, y
concibe, en aplicación LATU SENSU del término "fundación", nueve
fundaciones para San Juan, ese San Juan donde el Doctor Rodríguez no vio la luz al nacer, pero igual que nos y
que muchos, vio la otra luz, al renacer en este lar por demás estelar. Esas
fundaciones son: paisaje, mucha agua, mucho verdor; la de las minas, búsqueda ansiosa, la gran decepción pirita aurífera y
no oro; la del buen pastor, decreto del Monseñor Martí; la de la muerte, con la
matanza de sanjuaneros por Antoñanzas, trescientos prisioneros decapitados
unos, empalados otros, y destripados otros. Unos trescientos en total, aquel
Año doce del decimonó0nico fatal para este valle, la otra fundación, la de las
Aguas Termales, que llevan a construir carretera y balneario, la de Los
Huertos, con colonia china plantando vegetales, y antes, siembra de morera para
gusano de seda; otra fundación es la de Gómez: hotel, faro, balneario, luz eléctrica,
hasta 1934, cuando de noche a mañana se convirtió en capital del Guárico.
La fundación carcelaria, para A. Rodríguez,
decretada el 44, inaugurada el 49, es la octava, y la novena, la Universidad.
Mucho, mucho aguanto papel sobre nuestros orígenes,
pero, la verdad llega, aflora y se impone. Entre tanto que agradecer, además de
duda eterna, con Monseñor Martí y con el historiador Manuel Pinto, gratitud
sanjuanera también para el aragüeño universal Lucas Guillermo Castillo Lara,
quien en su discurso de incorporación como individuo de número de la Academia
de la Historia, publicado en 1977 bajo el titulo: "Materiales para la
Historia Provincial de Aragua", con discurso de contestación del Académico
Dr. Carlos Felice Cardot, nos informa sobre un nombre que hicimos nuestro:
Paurario, nombre dado al Morro por los pobladores indígenas de este valle, y
sobre un crimen aborrecible: tortura y abandono de la India Magdalena por el zutano
mal llamado "Don", Luis Ximénez de Rojas, alcalde de la Santa
Hermandad de San Sebastián, dueño del Hato Chaparral, cerca del Rio Guárico,
camino de San Juan hacia San Sebastián, personaje asociado erróneamente con
nuestra fundación, adorador de la imagen de Nuestra Señora de la Misericordia y
Caridad, venerada por ambos pueblos desde el incendio que consumió toda su casa,
menos a la pequeña imagen de la Virgen.
Gracias al Doctor Castillo Lara por esa
transcripción del doloroso relato. Nunca nos entró el nombre del tal Don Luis
como fundador de San Juan de los Morros, y celebramos que la verdad haya
brillado y tengamos la honrosa condición de pueblo de formación espontánea, y
que nada tuviera que ver con nosotros ese inquisidor.
Y así terminada
esta semblanza, una opinión seguida de un pedimento. Estamos mal en el control
del crecimiento urbano. Muy mal. Nuestro pulmón vegetal, el Pariapán que
contemplamos desde la ventanita de nuestro rancho, será pronto ranchería por un
lado y urbanización no planificada por el otro. Peligra la cota de crecimiento,
peligra la vegetación, y lo más grave, peligran nuestros manantiales. Algo hay
que hacer, y pronto. Y lo otro, una vikingocracia que tomo parques y plazas,
viciosos que renunciaron a toda responsabilidad personal, familiar y social,
una clase de renunciantes que viven y beben con el trabajo de otros, que
requieren al igual que orates de todo género y sexo que deambulan por calles y
carreteras, esperando respuesta, atención pronta, eficaz y eficiente, situación
de la cual somos responsables todos: unos por acción, otros -los más- por
omisión.
Y así, la fecha de hoy dada a escoger por R.A
Ziegler en 1979 junto a otras dos del siguiente año a la erección de la
parroquia: fijación del sitio para la iglesia, e inauguración de ese templo, 5
de marzo la una, 5 de diciembre la otra, de 1781; celebramos con racional
alborozo porque aunque muy mal anden muchas cosas en la patria de Bolívar,
muchas otras mantienen su buen ritmo y a norte franco con la voluntad intacta
de sus protagonistas. Aquí civiles y militares, maestros y escolares,
comerciantes y profesionales, que este Valle del Paurario se cumpla bien y por
siempre, lejos de las sombras de las dudas, la mentira y la falacia, y cerca,
muy cerca, del afecto matrio de la solidaridad humana y social, y del tiempo
libre para avanzar y avanzar, viendo de vez en cuando para atrás para ver,
aprender, corregir, y seguir y seguir y seguir, juntos en la pertenencia a la
Comarca del Paurario, cantado en 1964 en verso por Teobaldo Mieres, telegrafista,
pintor, inventor, músico, comerciante y escultor, todo pasión creadora por este
valle de misterio, de magia y de encanto.
Amén.
26-06-2016.
S I. PARROQUIAL SAN JUAN BAUTISTA
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