lunes, 3 de agosto de 2009

WILCHO CASTILLO Y LA ESTÉTICA ARQUITECTÓNICA DE SAN JUAN

Edgardo Malaspina

Wilcho Castillo es el arquitecto de San Juan de los Morros, su constructor actual más prominente. Esa percepción nos la da su participación activa en el proyecto urbanístico del impresionante Complejo Deportivo Conopoima ; pero por sobre todo el diseño de la manga de coleo, la Joya de la Corona. Esta última, techada totalmente y la más extensa del país, con gradas dignas de un anfiteatro griego y gran prestancia en su fachada general, tiene una serie de hermosos espacios aledaños que evidentemente permitirán el desarrollo comercial y cultural de la ciudad. Wilcho, con postgrado en Inglaterra y amplia experiencia en el ejercicio de su profesión a lo largo de la geografía del país, tiene en la capital de Guárico el centro de sus inspiraciones y sueños arquitectónicos. Lo guía Carlos Raúl Villanueva, quien expresó que el hombre necesita de la ciudad para poder pensar, reunirse, trabajar o distraerse. Por eso acepta que proponer un esquema de ciudad equivale, por lo tanto, a proponer un esquema de sociedad. Castillo define su arte como compenetración del hombre con la naturaleza, reflejo de su cultura, forma de ver la vida que a la vez influye dialécticamente sobre el pensamiento: la majestuosidad y belleza de una edificación o de un parque modela la conducta humana de manera positiva. Nuestro amigo constructor es un amante de los libros, los cuales asocia a su trabajo. Comparte con Montesquieu el criterio sobre la literatura: una hora de lectura elimina cualquier pena. En Doña Bárbara ve el libro de su adolescencia, mientras que a Cien Años de Soledad la compara con una obra arquitectónica donde lo muy complejo se combina magistralmente con lo sencillo. Pero a Borges lo siente más cercano a su oficio, porque el genial argentino afirmó que por los patios entra el cielo a las casas. Entonces no es casual en los esbozos de Wilcho la presencia de espacios abiertos. Por eso también afirma no entender porque las soluciones habitacionales ignoran los corredores. En sus relatos autobiográficos Simón Díaz dice que San Juan es una de sus ciudades más queridas, junto a su Barbacoas natal y Caracas, y la estima con gran futuro urbanístico. El poeta Ángel Eduardo Acevedo cree que ese crecimiento de San Juan pasa por la reposición de sus repechos de piedra, sus almendrones y cotoperíses. Wilcho toma muy en cuenta las ideas de los creadores citados y propone anexar una visión ecologista a la hora de terminar la avenida Brito Figueroa, la construcción de la avenida por los bordes de los morros, el viaducto de Las Palmas junto al parque de su redoma y el acceso hacia Pariapán.

La nueva manga de coleo sanjuanera, producto de los trazos arquitectónicos de Wilcho Castillo, es una obra monumental, majestuosa e imperecedera. Podemos agregar que su ubicación cala perfecta y armoniosamente en el paisaje orográfico de la ciudad.


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