viernes, 29 de julio de 2011

UN ACERCAMIENTO AL SENTIDO HUMORISTA Y AL SENTIMIENTO TRÁGICO EN LA POESÍA DE TEOBALDO MIERES

Jeroh Juan Montilla

El humor es tan propio de la naturaleza humana que no habría equívoco en considerarlo verdaderamente nuestro sexto sentido. Tiene lógica, mucha evidencia, el uso de la expresión tener sentido del humor. Ahora bien los sentidos físicos tienen la función de captar el mundo que nos rodea, de mediar entre éste y nuestra mente. El humor es quien nos ayuda a enfrentar el costado cruel de la existencia, a identificarlo. Nada hace más sensible al humor que las situaciones de dolor. Ya Nietzsche lo dijo: “El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”. Vivimos en un universo altamente predatorio. Reír es una de las ventajas del hombre sobre los animales, ninguno de ellos se carcajea, lo que no quiere decir que no posean sentido del humor, ellos también se alegran y deprimen y tienen sus modos de expresarlo. Nietzsche añadió: “La risa es un ser malicioso pero de conciencia tranquila” Esto último es el logro real, la tranquilidad de conciencia. Tener paz interior nos convierte en una especie seres invencibles ante los avatares de la humanidad, ante el capricho de los poderosos dioses, humanos e inhumanos, que a diario buscan zarandearnos y entretenerse con nuestras azarosas inclinaciones. Todo el teatro griego, en sus géneros de comedia y tragedia, es el estudio más completo sobre el costado cruel de la existencia y los esfuerzos del sentido del humor por comprenderlo a través de la gracia, la ironía, la burla y el sarcasmo.

La práctica artística del sentido del humor se conoce como el humorismo. Cuando digo artística me refiero a un sentido amplio, tanto en el profesional del arte, la literatura o el escénico, como en el ser humano común que en medio del tráfago cotidiano hace un alto para hacernos reír, porque la chispa del humor sólo sabe del encendido de la imaginación y esta última es base del Arte. Todo humorista es un artista. En Venezuela conocemos al humorismo bajo una extraña y absurda imagen: mamar gallo. Según Julio Calcaño la expresión deviene de la antigua costumbre de los jugadores de gallos de sorber las heridas en la cabeza del gallo con el fin reanimarlo después de la pelea, o de ayudarles a recuperar la visibilidad perdida por el borbotón de sangre en los ojos. Según Ángel Rosenblat esta expresión venezolana coincide con la conocida como tomadura de pelo. Curioso, pero en ambas imágenes hay emblemáticamente una cabeza. El humor entonces es meramente un asunto de la conciencia. Por cierto, para los galleros, un gallo mamón es aquel que no pica con efectividad, que no tiene saña mortal. El humor en verdad es un picotazo mamón, no busca destruir sino el hacernos reflexionar a través de la punzante paradoja de la gracia.

Todo este largo preámbulo sobre el humor viene a justificar un breve comentario a dos poemas de Teobaldo Mieres. De este gran hombre nos dice Aquiles Silva que “...fue un hijo adoptivo de San Juan de los Morros, que siempre nos brindó los encantos de su pueblo amado. Fue un hombre especial, con su carácter jovial y siempre dispuesto a emprender empresas que llenaron de entusiasmos a sus coterráneos.” Aquí fundó el periódico Brisas del Morro, dueño del único cine de las primeras décadas del siglo XX, escalador del morro mayor, pintor, escultor y declamador. En su honor el mirador del pueblo lleva su nombre. Sitio muy a propósito para contemplar los absurdos vivires del poblado e inspirarse en creativas picardías. En la Semana Santa pasada, Tibisay, Valeria y yo, disfrutamos durante dos días la estancia en la casa de El Castrero de nuestro amigo Israel Ranuárez, hijo del cronista Argénis. Allí, curucuteando sus libros, encontré un ejemplar del poemario Canto a San Juan de los Morros de Teobaldo Mieres, editado en el Taller Tipográfico Impresos Bandres en 1964, una joya de libro de 91 páginas. Por cierto aun espero pacientemente la fotocopia que me va obsequiar Israel. Leí el libro a volandillas, a saltos, debíamos regresar y no había tiempo, muchos poemas quedaron sin leer. Pero copié manuscrito dos poemas que llamaron mi atención. El primero en las páginas 29 y 30, y el segundo en la página 31. Siendo el primero el siguiente:

COSTUMBRE OLVIDADA, 1919: En la Semana Santa por promesa,/ tras las procesiones,/ iba un grupo de doce encapuchados/ que inclinaban humildes la cabeza/ en señal de sus buenas intenciones/ ante el Crucificado./ .../Que eran los doce apóstoles decían.../ Y yo, por ser católico,/ entendí los emblemas apostólicos/ que en las manos traían;/ pero lo del vestir encapuchado/ me pareció que estaba equivocado/ porque de apóstol nada le veía./ .../Ante tal disidencia/ le dije al padre Ymas, de buen grado,/ que el traje era señal de penitencia/ y no de apostolado./.../-Pero mi hijito, aclárate la mente/ y piensa con cuidado/ que quien paga promesa es penitente/ y no un actor que imita lo sagrado./.../-Correcto... Más observo que hay dos Juanes,/ con el libro y la pluma,/ exactamente iguales/ y en actitud de hacer las Escrituras./.../-Ay, hijo...!/ Yo te exijo/ que olvides por ahora las diabluras./ Deja las cosas tales como están./ (Sin que esto te alborote)/ Sucede que en el pueblo de San Juan/ nadie quiere ser Judas Iscariote.

En este poema lo humorístico consiste en que algo, tan serio y pío, como es una procesión de Semana Santa contenga detalles sospechosamente confusos y fuera de orden. Había en el pueblo de San Juan de los Morros la extraña costumbre de encapuchar a los apóstoles en señal de penitencia, pero si estos son doce, se supone que uno de ellos es Judas Iscariote, pero, por negativa o tabú, nadie quería penitenciar bajo la capucha de tamaño personaje, preferían cometer el exabrupto de duplicar a Juan, el discípulo amado. Los penitentes inclinan la cabeza en señal de tener las mejores intenciones hacia Jesús. Ser Judas implicaba lo contrario. Ahora bien, pregunto, ¿Será que Juan, ocupando al mismo tiempo el lugar del apóstol traidor que besa a Jesús, puede ser motivo para el chiste agudo? El odiado tesorero de barba negra se trueca de modo insólito en la imberbe imagen especular del escritor evangelista. El padre Ymas, sabiendo lo pícaro de Teobaldo, le exige mantenga la discreción del asunto y se aguante de expresar sus cómicas ocurrencias. Es importante decir que el título del poema señala que esta forma de procesión al parecer, para 1919, ya era una costumbre olvidada, dándole a estos versos de Mieres el melancólico dulzor de la nostalgia. Sin embargo, hay decir que esta costumbre de encapuchar a los apóstoles cambiando sus personajes, con seguridad, significó en su momento un modo popular de trastocar el rancio ceremonial de Semana Santa. De olvidar otras sagradas costumbres. Interesante es el papel de complicidad que cumple aquí la autoridad religiosa, como se hace la vista gorda frente a esta ruptura, permite que la imagen de los juanes gemelos estampe discretamente un toque gracioso en el trágico rito cristiano.

Ahora bien, esta imbricación popular de lo trágico y lo cómico, en lo humano tiene otras vertientes, sobre todo en las lágrimas, se puede llorar de tanto reír o sufrir hasta desbocarse en llanto. Unamuno define lo trágico como un sentimiento. Es algo más próximo a la intimidad, propio de la subjetividad, el sentido del humor está enfocado en la exterioridad, en cambio el sentimiento se recrea hacia adentro, se ensimisma y por lo tanto deriva en los haceres de lo trágico. El dolor es un asunto de soledad, la risa es contrariamente contagiosa, necesita de la alteridad, el otro para expresarse. Por eso en nuestra cultura es mala señal el reírse solo, en cambio el llanto es más digno a solas, soportamos, o más bien compartimos la risa ajena, pero cómo incomoda el llanto del otro. Los animales no conocen la risa pero si saben del llanto ante el dolor fisiológico, sin embargo el hombre es el único que llora de emoción, en nosotros no son iguales las lágrimas emotivas a las fisiológicas. Aunque ya es connatural en el hombre su tendencia a antropomorfizar lo animal, a fabular en ellos nuestras desgracias y defectos. Veamos eso en este otro poema de Teobaldo Mieres:

LEYENDA DE LOS MORROS (LOT-CAMELLO) 1924, XXI: Cuando Dios hizo al mundo, en las llanuras/ del Continente aposentó un Camello,/ y díjole: Es mi ley que en las alturas/ no pastaréis porque me ofendo de ello./.../Luzbel, vencida Eva, irguióse ufano,/ y por temor de Dios cruzó los mares/ y vino al Continente Americano/ donde encontró al Camello entre palmares./.../-Sufres, le dijo, el mal que Dios te siembra!/ Detrás de aquella loma está tu hembra/ y Dios no ve cuando la noche es bruna./.../ El Camello ascendió en la noche negra;/ pero en castigo, al esplender la luna,/ Dios lo maldijo y convirtiolo en piedra./

En el segundo poema el tema es la incomprensible crueldad del destino, la inapelable decisión del hado mayor sobre la existencia. Su caprichosa acción sin justificación alguna, él decide así, por el ejercicio su divina voluntad. El Dios de este poema semeja más a uno griego que al moralista judeo cristiano, en este último las desgracias se justifican como una prueba que lanza sobre la fidelidad de sus criaturas. Sin embargo los seres vivientes de este planeta siempre estamos en desventaja ante Dios o los dioses, sean estos de cualquier cuño. La anécdota del poema cuenta la creación de un camello fuera de su contexto geográfico. De los desiertos del Medio Oriente, este solitario dromedario es implantado en el llano venezolano. De una llanura de arena y ocasionales palmeras, a esta otra llanura poblada de palmares. Fuera del desdichado camello, la majestuosa planta es lo que hermana ambos paisajes. El camelus es condenado a sólo pastar en el llano con la prohibición de hacerlo en las montañas. Repentinamente aparece el diablo, repitiendo en otra versión los sucesos del paraíso. Luzbel sabe de los deseos de hembra del camello, y le sugiere que bajo el amparo de la noche sin luna realice su sueño de amor detrás de una loma. La luna, símbolo de amor en muchos mitos, en éste constituye la inoportuna que lo pone en evidencia: de inmediato Dios lo castiga convirtiéndolo en esa pedregosa cadena de elevaciones que llamamos Morros. Cruel, trágica mitología para explicar el origen de los morros de San Juan. Mieres llega en el título a comparar al camello de su historia con el Lot de la Biblia. ¿Sería acaso por ser un vecino de la lujuriosa Sodoma? Sin embargo en la historia del patriarca, quien se convierte en estatua es su mujer, y más bien termina siendo seducido por sus hijas. De una manera u otra conoció el consuelo sexual a través del incesto, en cambio este camello permanece casto a un lado del río Guárico.

miércoles, 27 de julio de 2011

VIEJA FOTOGRAFÍA DE LA CALLE ATARRAYA (Valle de La Pascua)

Manuel Soto Arbeláez

(A perro macho lo capan una sola vez. Estas notas van dedicadas al amigo arquitecto urbanista diplomado don Alcides Cordero Sierra, quien es un admirador de esta calle vallepascuense).

Mi coetáneo amigo Dr. Juan Licurgo Zamora Díaz-Méndez Ramírez Matos y Rubín Zamora, me ha enviado la foto que acompaña este escrito. Se trata de la calle Atarraya de Valle de la Pascua de años ha ¿Por qué interesa analizar esta imagen? Muy sencillo: La mencionada vía siempre ha sido una de las más importantes de este municipio. Desde la época colonial ella unía al núcleo poblacional primigenio de 78 casas ubicadas alrededor de un núcleo central a partir de 1785, con una de las fuentes seguras y permanentes de agua ubicada al sur, en la salida hacía Oriente y Guayana, que se llamó y todavía se llama “Caño de la Vigía”. En 1948 el pueblo llegaba hasta allí donde funcionaba un hipódromo. Al sitio también se le conocía como “La Gonzalera”, hato que perteneció al capitán canario Juan González Padrón, casado con Juana (?) González Arzola Álvarez Guedes y Lozano de Ábila Feria del Barrio, hija de don Pedro del Hoyo y Arzola –tal vez también Canario- y de doña Catherina Álvarez Guedes, de familia proveniente de Cagua. La fotografía que me propongo analizar no tiene una fecha definida al pie de página como hacen los fotógrafos profesionales para identificar sus trabajos. Supongo que es de los inicios de los 1920s por las razones que voy a exponer más adelante.

Evidentemente el enfoque cameral se tomó con el sol en su cenit, cuestión fácilmente deducible por la sombra arrojada sobre las aceras. Se observa un cielo límpido, de verano. El sitio de la toma fue la llamada Esquina de la Atarraya, cruce con la actual calle Las Flores, pues al frente se distingue la tienda de don Cecilio Moreno Díaz negocio que duró desde los 1900s hasta 1949 aproximadamente, que a partir de la muerte de don Cecilio pasó bajo la dirección de su hijo Humberto Moreno Hernández, padre del ingeniero civil Humberto Moreno-Hernández y Silva Otty. Un poco más al norte, a mano izquierda, está la casa de don Mónico Matos Zamora, la cual desapareció al construirse un edificio en el lote.

Al meterle una lupa y/o ampliar a la fisonomía de las aceras parece que su piso estaba conformado por rolas de madera dura, cortadas a lo largo de su eje longitudinal con la parte convexa hacia arriba unidas con juntas de argamasa de cal. Obsérvese que un hombre va empujando una carretilla y que todos los personajes retratados van vestidos con las llamadas blusas -especie de saco de liquiliqui- y con sombreros de ala ancha para protegerse de la canícula llanera. Pero también se observan varios burros aparentemente realengos pues al ampliar la fotografía no se le distinguen sillas y/o enjalmes, mucho menos sudaderos. Los postes de madera clavados a las orillas se usaban para amarrar a estas bestias de carga, propiedad de los campesinos que acudían a esta calle del comercio vallepascuense de siempre a proveerse de sus avíos, enseres, víveres, combustibles, medicinas y viandas. Tanto las aceras como la calle eran -aún lo son- muy estrechas y no estaba pavimentada. La primera calle vallepascuense pavimentada, con concreto elaborado con granzón de Morichito y junta asfáltica, data de los inicios de los 1950s. Esa calle con este tipo de piso era el tramo de la Guásco comprendido entre Retumbo y Atarraya, entre las esquinas El Vesubio a La Torre.

En la fotografía no se observan drenajes, al llover esta calle formaba un verdadero chorrerón. Los aleros de las casas se ven más o menos alineados, lo que hace suponer que el Concejo Municipal debió permisarlas bajo una ordenanza de reglamentación urbana ad-hoc. Lo mismo parece suceder con las ventanas que presentan un aspecto uniforme o normativo; en cambio, las fachadas se observan muy mal mantenidas. Tal vez los dueños de los inmuebles se veían perjudicados por los burros al recostarse éstos de las paredes, ¡Burrote viejo cuando no se revuelca se recuesta!

No hay automóviles. A lo lejos, frente a la iglesia, se ve lo que parece ser un camión. No hay posteaduras de iluminación, ergo no existía la distribución de fluido eléctrico, servicio éste que se conoció a partir de 1926, por concesión que hizo el Municipio a una empresa privada. Siguiendo la dirección hacia el norte, vemos que en el cruce de la calle Atarraya con la Descanso, a la derecha, hay una casa de dos pisos y techos de cuatro aguas que fue construida por don Pedro Ledezma, después ésta pertenecía en los 1940s y 1950s a don Rigoberto Santaella Ledezma, funcionando en la planta baja la tienda del señor José C. González, conocido popularmente como “Morocho” González, quien era hijo de don Pedro Ledezma. Al final a mano izquierda se puede medio ver otra casa de dos plantas diagonal a la iglesia que pertenecía al señor Baudilio Ortiz. Antes, en el tercer tercio del siglo XIX, perteneció a la familia Escobar Irazábal y después a los Escobar Gutiérrez. En su lote se asienta actualmente el edificio de la zapatería Llanera.

La iglesia se levanta sobre un “Alto”. Es la misma diseñada y construida en 1841 por un cura-arquitecto, el petareño don José María Poleo, remodelada después de la Guerra de la Federación por el fraile canario dominico exclaustrado don Isidro Bello. En 1882 el cura corzo francés Pbro. Juan Santiago Guásco, con dos ebanistas y un maestro de arquitrabes que se trajo de su tierra, hizo la remodelación que con variantes se mantuvo hasta 1952. Fue demolida para construir la actual catedral, inaugurada el 2 de diciembre de 1956 por el ministro de justicia Dr. Luis Felipe Urbaneja, a quien apodaban “El Fraile”. El ingeniero inspector de la obra fue Pedro Arnal, quien me refirió que en la antigua construcción, en el subsuelo, encontró muchas tumbas con sus identificaciones y losas, pero que en la época de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez la orden era terminar todas las obras el 2 de diciembre de cada año, sin pararse en miramientos de túmulos de cadáveres. Estos fueron a parar a una fosa común en el cementerio municipal. Quien protestara iba preso, incluyendo al osado joven ingeniero Arnal a quien se recuerda en Valle de la Pascua como un hombre alto, de buenos modales y buena copa, que se paseaba por las calles del pueblo medio enchambranado en un pequeño Mercedes Benz de dos puertas y descapotable ¡Ah Mundo! el de Pedro Arnal. En esa época ya existía el hotel Venezuela en el cruce de las calles González Padrón con Real. Era el sitio elegante donde se comía muy bien. En la planta baja del edificio había una tienda Dovilla, cadena cubana, creo, regentada en Valle de la Pascua por un señor cubano que al mudarse del pueblo se convirtió en locutor y comentarista de peleas y por ello era llamado “La Biblia del boxeo”, se trata de Roberto Ribeiro. Era compañero de tragos de Arnal.

E-mail: manuelsotoarbelaez@yahoo.com Los libros El Guárico Oriental 1, 2 y 3 en Librería La Llanera, calle Guásco, frente a la plaza Bolívar, Valle de la pascua.

Nota:si desea ver en detalle la fotografía haga un clik sobre la misma y use el zoom.

sábado, 23 de julio de 2011

EN LA XXXIX CONVENCIÓN DE CRONISTAS OFICIALES EN MATURÍN

Edgardo Malaspina

Recientemente estuvimos en Maturín participando en las deliberaciones de la XXXIX Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela, junto a otros representantes guariqueños: Fernando Rodriguez (Ortiz), Felipe Hernández (Valle de la Pascua),Italo Jimenez (Camaguán), Soraya González (San José de Guaribe), Félix Célis (El Sombrero) y Carlos López (Altagracia de Orituco). Este encuentro constituyó una oportunidad para ratificar , una vez más, el estudio de la microhistoria como mecanismo fundamental para preservar la memoria colectiva, bastión sin el cual es imposible apuntalar la autoestima necesaria para impulsar el desarrollo y progreso de los pueblos. Entre sesiones solemnes del Consejo Legislativo de Monagas y el Concejo Municipal de Maturín, los cronistas oficiales del país, junto a investigadores universitarios y cronistas escolares escuchamos muchas excelentes ponencias. Me interesó vivamente la disertación del doctor Asdrúbal González, cronista de Puerto Cabello, sobre la maniobra militar de “pica y juye” empleado por José Antonio Paéz con el agregado conocido “vuelvan caras”. Digresión: Páez es para mí una figura incomparable de nuestra historia patria , basta leer sus memorias para admirarlo siempre. Es más, la Misión Sucre debería llamarse Misión Páez porque fue el Centauro del llano quien después de adulto aprendió a leer y escribir; estudió idiomas; hizo traducciones del inglés y del francés al español; amó la pintura; compuso poemas y canciones; tocó el piano y el violín; organizó veladas de fandango animada con su propia voz de barítono; montó obras de teatro (una vez hizo el papel de Otelo);leyó al revés y al derecho El Quijote, la obra más exquisita y sublime del castellano; y escribió ese maravilloso libro sobre su vida, devenido en documento indispensable para estudiar la guerra de nuestra independencia. Es decir, Páez obtuvo su educación superior por sus propios medios y esfuerzos cuando ya no era joven. La guerra fue su universidad.

Bien,volvamos al “pique y juye”, táctica militar que nació hace ocho siglos en Asia, utilizada por los tártaros en sus invasiones, según testimonio de Marco Polo en Libro de las Maravillas. El punto clave es que la misma fue aplicada por primera vez en nuestro país por Manuel Piar en 1814 en Maturín, derrotando con unos pocos jinetes al bando realista. La pregunta de rigor es si Páez en 1819 (Queseras de Medio) conocía de esas experiencias castrenses o actuó bajo la influencia de un instinto militar superior.

En otro orden de ideas : EL Dr. Heraclio Narváez fue ratificado en la presidencia de ANCOV. Por Guárico intervino el doctor Felipe Hernández para hablar de la interesante biografía de Leonardo Infante, pero más interesante aún resultaron sus aclaratorias, fuera del foro, sobre el héroe , entre sorbos de café en conversación amena. Impactante resultó la exposición de motivos realizada por el profesor Fernándo Rodriguez para repatriar los restos de Juan Germán Roscio y darle sepultura definitiva en el Panteón Nacional. Todos los cronistas oficiales del país firmamos la petición respectiva. La convención también abordó los temas gremiales, porque es imposible ocultar que algunos gerentes municipales tratan de desconocer el trabajo de los cronistas; tal vez porque creen erradamente que socialismo es sinónimo de atropello. Marx los agarre confesados.

jueves, 7 de julio de 2011

Estados Unidos patentó invento venezolano*

La oficina de patentes estadounidense reconoció el aporte del ingeniero guariqueño Luis Solórzano


Todo está claro para el ingeniero eléctrico Luis Solórzano, “Talento es lo que hay de sobra en el país”. El venezolano radicado en Estados Unidos pasó a engrosar la lista de criollos destacados en el exterior, luego que la Oficina de Patentes de Estados Unidos (Uspto), reconociera uno de sus inventos más novedosos, el “Motor de Aire”, el cual genera un movimiento auto sostenido mediante la extracción de la energía térmica del ambiente, que puede utilizarse para mover un vehículo o impulsar un generador eléctrico, sin requerir almacenamiento de combustible.

Las investigaciones comenzaron 26 años atrás en Maracaibo según relató el científico vía telefónica desde Miami, “estudiamos la posibilidad de hacer una máquina que pudiera extraer energía y se concretó una Turbina Térmica de perfiles. Este elemento activo que produce potencia de aire tiene aplicaciones gigantescas que van desde su aprovechamiento en aviones; proyectos eólicos; recuperación de potencias en fábricas; reducción de contaminación ambiental y del calentamiento global; uso de la robótica; hasta la electrólisis del agua para producir oxígeno e hidrógeno, entre otras” agregó.

Ley de la Termodinámica

“El motor de aire” considerado como la alternativa energética del siglo
no sólo cuestiona la producción de energía nuclear, gasolina, hidrógeno líquido o biocombustibles para el transporte o generación de electricidad sino también la Segunda Ley de la Termodinámica (SLT), promulgada en el siglo XIX por el físico y matemático británico William Thomson conocido como “Lord Kelvin” el mismo que desarrolló la escala de la temperatura Kelvin.
De acuerdo con el experto egresado de la UCV, la SLT que plantea que la entropía (termodinámica) de los sistemas; permanece igual o bien aumenta con el tiempo, carece de comprobación matemática, práctica y física.
Es una suposición pero como nadie había hecho un equipo de movimiento auto sostenido entonces ésta se daba como cierta”, dijo. Sin embargo, el guariqueño sostuvo que desafiar a la ciencia “no es tarea fácil”, pues, aunque el funcionamiento de la turbina inhabilite la ley “es difícil que de la noche a la mañana se acepte que el vacío científico no es válido. Todo es cuestión de tiempo… no habrá más remedio que aceptar la verdad”.

Electricidad para todos

Entretanto, Solórzano y su equipo de investigadores se preparan para lo que será el futuro inmediato del “Motor de Aire” después que la Uspto registrará la nueva tecnología. “Hemos recibido propuestas de varios inversionistas, pero por ahora trabajamos en la primera fase de un modelo aplicable para producir electricidad en casas de familias”.
Insistió que no pasará mucho tiempo para que la invención sea aplicada en otros proyectos como el uso en automóviles, “es evidente que la gasolina tiene sus días contados, pronto tendrán noticias”, fijó con orgullo.

Sobre sus planes de visitar Venezuela comentó que debido a problemas con el visado su presentación en la conferencia prevista en la UCV junto al grupo Scientia el próximo 6 de julio, será trasmitida vía internet a través de Skype


Se pierde de vista


El “motor de aire” no es el único triunfo de Solórzano, el llanero de 67 años ha dedicado su vida a la fabricación de artefactos como el generador de impulsos cardíacos o Marcapasos, el primero realizado en Venezuela y Latinoamérica en 1985. Por otro lado, este docente de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la UCV, también es compositor y ejecutor de la guitarra clásica.
Al referirse a las oportunidades de desarrollo en Venezuela, lamentó que en el país no se le de la colocación que se merece al talento nacional, “nos damos cuenta del valor cuando la persona está en el exterior, como el caso del maestro Gustavo Dudamel u otros criollos que han cosechado más frutos en otras latitudes que dentro de su propia tierra”, puntualizó.

Desde Caracas a Bombay

El Motor de Aire ha sido presentado
en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar, el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Y a nivel internacional en el Virgin Earth Challenge de Inglaterra, la Embajada de Alemania, el Instituto de Tecnologia de Bombay,India, y en el concurso Project 10 to the 100, de Google.
La Termodinámica es una rama de la física que describe cómo los sistemas responden a los cambios en su entorno. Estudia los estados de equilibrio por medio de magnitudes extensivas como energía interna, volumen, entropía (determinar la parte de la energía que no puede utilizarse para producir trabajo); magnitudes no-extensivas como: temperatura, presión y el potencial químico; y otras magnitudes como fuerza electromotriz y las asociadas con la mecánica de los medios continuos

Arlynne Hernández /ahernandez@cadena-capriles.com @ArlynneH

*Tomado de http://www.ultimasnoticias.com.ve/Noticias/Ciudad/Ambiente/Estados-Unidos-patento-invento-venezolano.aspx

El Motor de aire desafía la segunda Ley de la Termodinámica. Invento de un guariqueño.