sábado, 28 de agosto de 2010

INICIAN CAMPAÑA PARA REPATRIAR RESTOS DE JUAN GERMÁN ROSCIO

El VI Encuentro de Cronistas, historiadores e investigadores realizado en Ortiz y el diario El Nacionalista iniciaron una campaña que eleve el clamor del pueblo guariqueño para que los restos de Juan Germán Roscio sean devueltos a su patria natal y se le confieran los honores del Panteón Nacional.

Guárico es el segundo estado que se pronuncia por esta iniciativa, luego de Táchira, cuando el diputado e historiador Pedro Freser, hizo el planteamiento a la presidenta del Parlamento, Cecilia Flores, para impulsar esta solicitud a la Asamblea Nacional para que las cenizas de este insigne venezolano sean repatriadas y llevadas al monumento nacional.

Los retos Juan Germán Roscio reposan en la Capilla de Santa Ana, en Villa de Rosario, Colombia, donde el guariqueño falleció a causa de paludismo el 0 de Marzo de 1821.

La iniciativa de trasladar los restos del insigne patricio guariqueño, conocido como "el Canciller de la Republica", fue presentada por la plenaria del VI Encuentro de Cronistas, Historiadores e Investigadores en el municipio Ortiz, durante las festividades patronales de esta población.
El actual cronista de Ortiz, Fernando Rodríguez, explicó en su programa radial Semblanzas Orticeñas, que se transmite por Imagen 1.01 FM, la campaña que promueve para "dar realce" a la "identidad nacional" y "reconocer el aporte de este guariqueño al país", objetivos asociados al traslado de los restos de este ciudadano civil que debería de descansar
al lado del Libertador y de todos los héroes de la Independencia.

La Unidad de Investigaciones de El Diario El Nacionalista inició esta semana una campaña publicitaria, a través de un cintillo, con la finalidad de promover prontamente las gestiones para que su memoria sea elevada al Panteón Nacional, junto al Libertador y demás prohombres de la Independencia.

A parte de esta campaña, el director del rotativo, Leonardo “Lalo” González, anunció que, también, se promoverá la publicación de un libro que recoja el pensamiento, la vida y obra del prócer guariqueño y que, este sentido, el diario está publicando una serie de artículos escritos por cronistas e historiadores trataran de acercar este personaje con sus lectores.

Fin/

miércoles, 25 de agosto de 2010

PALABRAS SOBRE LUIS JOSÉ

Edgardo Malaspina


Una mañana tristísima enterramos a Luis José, hijo de María Eugenia y José Luis, nieto de Inés Tiape y del Dr. Argenis Ranuarez .

La muerte de un humano nos concierne a todos, recordemos aquello de por quién doblan las campanas; la de un ser querido es muy dolorosa; pero cuando muere alguien que debe partir luego de nosotros, por razones que dictan el tiempo y la biología, el desconsuelo es inmenso. La muerte prematura es la verdadera muerte.

Por eso se afirma que la desaparición de un hijo es la mayor tragedia que enfrenta una persona y el sufrimiento que provoca es prácticamente insuperable. Semejante infortunio de proporciones himaláyicas devastan el alma y hacen más frágil la existencia porque no tienen una explicación ni racional ni pasional.

Tal vez a una situación lúgubre como esta se refirió Vallejo en Los heraldos negros: Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé¡/ Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,/ la resaca de todo lo sufrido/ se empozara en el alma…Yo no sé¡

Luis José, apenas un párvulo de quince años, de cuerpo grande y corazón más grande aún, cayó víctima de esa vorágine sangrienta que atraviesa cual daga el pecho de la patria para arrancarle vidas inocentes, los sueños y el futuro.

Luis José, muchacho hogareño, servicial y bondadoso, era para Argenis su nieto, su hijo y su sombra…

A pesar de esta desgracia fúnebre del destino, Argenis, abatido y desconsolado, enfrentó el momento amargo con entereza filosófica. Rogó a Dios para que el dolor nos hiciera mejor a todos, abogó por la paz y el entendimiento en nuestro país; y finalmente, con la nobleza que sólo tienen los espíritus mandelanianos, pidió perdón para los culpables.

Una mañana tristísima enterramos a Luis José ,y nunca antes los versos de Andrés Eloy Blanco tuvieron tanta fuerza: cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo.

Las medusas insurgentes

Roscio: libertad, despotismo e Historia

Ponencia presentada en el

VI ENCUENTRO DE CRONISTAS, HISTORIADORES E INVESTIGADORES

ORTIZ, 20 DE AGOSTO DE 2010


Nicolás Soto


Juan Germán Roscio
San Francisco de Tiznados (27 mayo 1763)
Villa del Rosario de Cúcuta (10 marzo 1821)

Lejos de mí el competir con los historiadores serios al bosquejar estas disquisiciones. Carezco del método, formación y disciplina para ello. Me anima tan sólo la fascinación al haber disfrutado, por fin, de un texto medular en los anales del pensamiento político hispanoamericano: El triunfo de la libertad sobre el despotismo, de Juan Germán Roscio.
A veces encajamos severos impactos metamorfoseando radicalmente nuestra visión de las cosas. En mi caso personal, crecí imbuido de la versión epopéyica, ditirámbica y apolínea de la Historia patria, donde héroes homéricos se batían, con denuedo de espartanos en Las Termópilas, contra un imperio godo, fementido y falaz. Y aun cuando en el bachillerato de los años sesenta de la pasada centuria los textos de J.M. Siso Martínez, Humberto Bártoli, Dionisio López Orihuela y otros más porfiaban en su intento de barnizarnos con una gnosis crítica, la cháchara épica no dejaba lugar para el análisis ponderado. Quizá influía allí la inmadurez propia de aquellos álgidos días, más la urgencia de aprobar un sinnúmero de materias, en una educación media atiborrada de eclecticismo, pero con mucha mayor calidad (creo, honestamente) que la observable hoy.
Mas, heme aquí a finales de esa década sesentera devorando un mohoso volumen del Cesarismo democrático, de Laureano Vallenilla Lanz. En medio de la defensa de su tesis del “gendarme necesario” como basamento de una sacristía ideológica para la dictadura de Juan Vicente Gómez, este representante de la corriente positivista venezolana deslizaba pertinazmente una idea para mí pasmosa: nuestra guerra de independencia fue, por antonomasia, una guerra civil. Se me desdibujaron en seguida las trompetas olímpicas y los centauros recamados en bronce.
Para complementar este porrazo psicohistórico, la publicación, a principios de los setenta, de Boves, el urogallo, del connotadoshrink1 caraqueño Francisco Herrera Luque me confirmó esa apreciación. Se me borró del discernimiento, de una vez por todas, el cruel cabecilla asturiano como engendro y epígono de Fernando VII, legatario del “Españoles y canarios, contad con la muerte…” del Decreto de Guerra a ídem. José Tomás Boves nos irrumpió urogallamente, cual un Atila pelirrojo a la cabeza de nuestros llaneros, de mis paisanos guariqueños de Cazorla y Guayabal, desbocados en una orgía impía de lanzazos, desguazando tripas, decapitando blanquitos, buscando —sin concientizarlo— redimir siglos de ignominia bajo un sistema de castas y segregación. Serían los mismos llaneritos seducidos luego por el catire Páez para la causa libertaria. Posteriormente, a mediados de los ochenta, le esgrimí al autor de Los amos del valle, en una conversa semiprivada, una conjetura sin sustento documental alguno pero rebosante de la lógica impenitente de las luchas por el poder: si a Boves no lo liquidan en Urica, a finales de 1814, seguramente se hubiera proclamado jefe absoluto de Venezuela, quizás rey, quizás emperador, Taita supremo con toda seguridad. Es decir, habría sido el gestor de una emancipación alucinante. Bolívar habría quedado tejiendo gorro. Una pelusa2.
Vino toda esta disgresión al pelo para puntualizar la omisión histórica, al menos en cuanto se refiere al conocimiento manejado por el común de los venezolanos, de personajes de la índole de Juan Germán Roscio. La óptica perdonavidas enumerada arriba, más el paladar militarista y endiosador resurgente entre nosotros cada tanto en tanto (como ahora), relegan a los próceres civiles al desván. Sincerémonos, sin embargo, pues éstos no descollaron por su ingente número. Las degollinas boveras y el torbellino de la Guerra a Muerte se cebaron en demasía con estas figuras —hablamos de Miguel José Sanz, Francisco Javier Ustáriz, Coto Paúl, entre otros— y su ausencia colocó el fiel de la balanza histórica del lado de las figuras militares.

El mérito de Juan Germán Roscio estriba en su esfuerzo por darle consistencia filosófica —hoy utilizaríamos el adjetivo epistemológico— a un movimiento insurgente esmaltado en violencia, odios y vejaciones inenarrables. No lo olvidemos: nuestra guerra de emancipación resultó la más cruel, prolongada y sanguinaria de todo el hemisferio. Roscio sobrevivió al período más virulento y concentró sus energías en dar a la luz un denso manuscrito, sorprendente por la profundidad y contundencia de sus argumentos en pro de la causa independentista.
Publicado en 1817 en Filadelfia, Pennsylvania, EEUU, El triunfo de la libertad sobre el despotismo es un alegato lúcido, blindado y coherente hasta en los más nimios detalles. En lugar de afincarse en los argumentos de la razón —tal como la entendían los enciclopedistas franceses, a su vez influidos por filósofos liberales ingleses como John Locke y David Hume— Roscio, doctor en derecho canónico y doctor en derecho civil por la universidad de Caracas, se sumerge en las sagradas escrituras del cristianismo para rebatir el derecho divino de los reyes y para substanciar el anhelo irreductible de libertad en los seres humanos.
Citemos a la antropóloga Nydia Ruiz3: “Roscio trata de conjugar orgánicamente la fe y la razón, constituyéndose este planteamiento en una visión particular por cuanto emplea una estructura epistemológica y axiológica hasta ese instante desconocida para los intelectuales de la Colonia y los actores de los movimientos pre-independentistas”. En contraposición a cierto clero voceador de consignas contra el proceso liberador salmodiando supuestos atributos heréticos, blasfemos y anticristianos al oponerse los insurrectos venezolanos al origen divino de la autoridad monárquica, Roscio despliega una erudición bíblica superlativa para demostrar precisamente lo contrario.
Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, atribuyéndole el sentido inalienable de su libertad. Esta condición no puede jamás supeditarse a la sumisión, a la genuflexión y a la humillación ante otra personalidad por más monarca, emperador, caudillo o amado líder que pretenda ser.
Citando un sinfín de textos sacros pertinentes, el redactor de nuestra Acta de Independencia sacude las conciencias religiosas de su tiempo, despercudiéndolas de tres centurias de pensamiento colonial conformista supuestamente justificado en el verbo divino, interpretado a discreción por los defensores del absolutismo. Dios, afirma Juan Germán Roscio, diseñó el libre albedrío de las personas quienes, al juntar sus acciones y pensamientos en función del orden social, plasman la soberanía del pueblo. Por consiguiente, el Creador abomina de la tiranía y el despotismo. No ha sido sino la interpretación capciosa de la sagrada escritura, por parte de personajes adictos al poder, el cincel que talló el edificio de la tiranía. La lectura directa de los Testamentos aboga por la libertad y la dignidad de los humanos. El padre Luis Ugalde4 resume con estas palabras la interpretación seminal de Roscio en El triunfo de la libertad sobre el despotismo: “Dios no justifica a los tiranos, sino que todo gobernante sólo es legítimo si es servidor del bien común”.
Mencionemos, para finalizar, la defensa hecha por Roscio al derecho a la propiedad y al derecho a resistir. En el capítulo cuarenta y nueve, narra el asesinato ordenado por Jezabel, mujer del rey Acab, en la persona de Nabob. El profeta Elías abjura de tan siniestros personajes por tamaño crimen y despojo. Los reyes o gobernantes no pueden, por consiguiente, abrogarse la potestad de quitar la vida y desvalijar a cada cual de lo que es legítimamente suyo, así esgriman la excusa de su autoridad e inmunidad. Si contravienen tan sagrado principio, los ofendidos y esclavizados por tales desafueros tienen el permiso de Dios para desobedecer y, eventualmente, librarse de estos desenfrenados mandamases.
Bolívar siempre reconoció la inmensa valía de Juan Germán Roscio como escritor, jurista y hombre de luces. Un verdadero prócer civil. Un héroe del pensamiento.

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1 Shrink: anglicismo por loquero, psiquiatra. Proviene de shrink heads, encoge cabezas, como ciertas míticas tribus de la cuenca amazónica.
2 Estoy tentado de aventurar un ejercicio narrativo desgranando esa posibilidad: Boves, the Liberator. Seríamos hoy, consecuentemente, la república boviana (¿o bovina?). Lo haré, ojo, si logro desprenderme de la abulia, la pereza, la modorra, el postín y la pecueca. ¡Albricias!
3 Las Confesiones de un Pecador Arrepentido: Juan Germán Roscio y los Orígenes del Discurso Liberal Venezolano, Fondo Editorial Tropykos, FACES de la Universidad Central de Venezuela Caracas, Venezuela. 1996. Pág. 25.
4 El Nacional, jueves 5 julio 2007.

martes, 24 de agosto de 2010

ALGUNOS ASPECTOS MÉDICOS EN LA NOVELA “ACENTO DE CABALGADURA” DE ENRIQUE MUJICA”

Ponencia presentada en el VI ENCUENTRO DE CRONISTAS, HISTORIADORES E INVESTIGADORES

ORTIZ, 20 DE AGOSTO DE 2010


Edgardo Malaspina

Enrique Mujica, poeta y escritor galardonado con muchos premios nacionales e internacionales, nacido en San Juan de los Morros , en su obra cumbre “Acento de cabalgadura” nos habla del llano Guariqueño, sus caminos y los hombres que lo transitan. Con un lenguaje exquisitamente coloquial cada relato es una experiencia muy personal en un marco local, pero cuya carga de sabiduría vital resumida es una experiencia que trasciende hacia lo universal por su perspicacia y profundidad filosófica.

Me detendré en algunos párrafos que reflejan la manera peculiar del hombre de la sabana de enfrentar y entender las enfermedades, en el contexto de una medicina primitiva, pero sencilla y empìrica que Victor Manuel Ovalles no dudó en denominar Llaneroterapia.

En el relato La Ruleta el personaje debe encargarse de una bodega con la sugerencia de comer donde los hermanos Ladera. Analiza su situación:

“ Pero ya mi hermano Manuel me había dicho que esos Ladera toítos tenían lázaro. Yo no había sacao esa cuenta. Solamente fui un día. Tenían un comiero. Bateas de yuca y cochino y queso fresco. Yo namás pellizqué el cochino . Me dio asco. A uno de ellos le vi unas cuartaduras en la jorqueta e los deos, el cuero encerao, brillante, y las orejas llagosas. Al viejo no lo vi, lo tenían en un cuarto, ique casi se lo había comío el lázaro”.

Observación: Los cuadros clínicos descritos se corresponden con las manifestaciones de la lepra. La aprehensión del personaje es comprensible por cuanto desde tiempos inmemoriales la lepra ha sido rechazada por la sociedad, notándose un cambio en está conducta al demostrarse la poca posibilitad de adquirir el mal de manera directa. Recordemos las vestimenta y las carracas implementados en la Edad Media para ser usados por los leprosos; Cabo Blanco en Venezuela para aislarlos; y la película de Papillón, quien acepta un puro de la los labios de un leproso porque sabe que no enfermará de esa manera, pero si que se ganará la confianza del enfermo para escapar.

En El Regreso se habla de fiebres, calenturas y paludismo. En El Alambre se describe una herida así: “Estaba tasajiao. To el cuero e las manos y el de los brazos los tenía eflecao, se le veían entre el sangrero las venas y unos hilos blancos…Mi mamá le lavó los brazos y las manos con querosén y se los embojotó con telaraña”

Observación: Antes del uso masivo del algodón la telaraña fue muy empleada para curar heridas. Algunos investigadores hablan incluso de su efecto terapéutico.

En La Quemadura una herida provocada por melao caliente es tratada así: “Mi papá vino pacia la troja donde yo estaba y me escuchó llorando. Se quedó viéndome la llaga que ya la tenía como una matadura e burro y el dijo a mi tía Angela: Angela, búscame la botella e lejía y un pan de jabón de la tierra…Me estrujó la llaga con lejía y me juntó jabón”.

En La Miel las picaduras de avispas son curadas con cataplasmas de salivas e tabacos.

Observación: Las cataplasma con diferentes sustancias fue un método curativo muy difundido desde la Antigüedad. Por otro lado, el tabaco fue ampliamente utilizado como medicamento: ya como antiséptico, ya como enema para los parásitos . Su uso en forma de rapé colocado al inicio del pulgar y el índice le dio el nombre a esa región anatómica de la tabaquera.

En La Mesa se habla del “lion que ventea la mujé preñá y la persigue ande vaya”

Observación: Algunos médicos antiguos creían que todo estado fisiopatológico poseía su propio olor peculiar y creián en la posibilidad de diagnosticar una enfermedad con sólo oler al paciente.

En El Burro, al animal se le desprende un carnigón de su boca con dos hierros uno frío y otro caliente .

Observación: el propio Hipócrates recomendaba el método cuando afirmaba: Lo que no cura la hierba, lo curo el cuchillo, y no lo que no cura el cuchillo lo cura el fuego”. Aunque esa época no se tenía claro el concepto de las infecciones, es evidente el efecto antiséptico de la aplicación del calor. Por otro lado, las propias heridas de fuego eran curadas con más calor por aquello de los tratamiento de los semejantes y porque se pensaba que anulaba el veneno de la pólvora.

En El Camino se habla sobre un circo que tenía unos pavos bailarines: “A los pavos los montan arriba una plancha e cin caliente. Cogen la plancha e cin y la ponen arriba unas brasas. Por eso es que los pavos bailan.

Observación: Aunque en el relato no se habla de que al mismo tiempo hay que colocar una música, es ese el método, explicado por el médico ruso Iván Pavlov a través de sus investigaciones de los reflejos condicionados.

En Los Cueros se habla de las comadronas: “A Rosa Castillo toítos le decíamos mama porque esa la que había partiao a to el mundo allá en Los Bancos. Me acuerdo que cuando mi mamá entraba en el mes, mandaban a buscá a Rosa Castillo a Calabozo. Una semana antes del día del parto ya ella estaba en la casa. Le colgaban una hamaca así pa un lao del corredor y to los días le mataban una gallina. Cuando ella legaba era como si llegaba un obispo, la gente en la casa andaba callaíta y to el muchacho que la veía, y también hombres jechos, le besaban la mano”.

Observación: Nótese el respeto que existía hacia las comadronas, precursoras de las modernos profesionales de la obstetricia.

En mismo relato anterior se trata la herida de una yegua “con jabón de la tierra y cerda picá de ella misma y creolina…”

Obsevación: “La cerda picá de ella misma” es una manifestación de autoinmunoterapia, utilizada desde siempre (beber la propia orina, inyectarse la propia sangre) y es el eje de los tratamientos del Dr. Jacinto Convit, quien utiliza material proveniente de un tumor maligno para autoinoculárselo al paciente.

En el relato El Gallo una contusión en la frente es curada con aplicaciones de manteca de cochino con sal; mientras que en La Cerca se da la siguiente descripción: “A Encarnacioncito ,un día,levantando un burro que se había enjarretao con dos estantes de taguapire lo jincó una espina en un deo y se le enconó. Del grueso e la muñeca se le puso el deo. Con tabaco y hoja e topocho se lo embojotamos”.

Observación: La descripción se corresponde con la inflamación de un dedo denominada panadizo.

En El Colerin , denominación que se le daba a la obstrucción intestinal, se describe más bien un cuadro de intoxicación alimentaria: “Yo me jarté de cochino frito y por jambroso me empurre una taza de chocolate…Ai me empezaron aq soná las tripas como cuando escucha una araguatera. Párate le dije a Julio. El paró la carreta y me bajé. Ai mismo en la orilla el monte me agaché. Cuando me volví a montá en la carrete atenía la barriga más mala, me empezaron unos retortijones y unos vómitos”.

Observación: el colerín u obstrucción intestinal por lo general era fatal. Un recurso curativo extremo consistía en darle de tragar al enfermo unas bolitas de plomo para que con su peso abrieran el paso de los intestinos, suponían los curanderos.

TIPS # 25: PLAZA BOLÍVAR DE VDLP. FEMBRAS PLAZENTERAS

19/05/2010

Manuel Soto Arbeláez


*Plaza Bolívar de Valle de la Pascua. En documentos registrados en 1901 y 1905 la señorita niña vieja Ana Guásco señala que la casa que le compró en 1897 al presbítero doctor Pedro José Miserol, limitaba por el naciente con “La Plaza Principal”. Dos años después; en el periódico El Candil, del 11.11.1907, dirigido por el médico Miguel Lorenzo Ron Pedrique; se le llama Plaza Bolívar. Cabe entonces preguntarse, ¿Cuándo se produjo el cambio de nombre? Se sabe, por ejemplo, que la Plaza Mayor de Caracas tuvo varios nombres previos tales como Plaza Pública, de Armas, Central, Plaza Vieja, de la Constitución, de la Reunión, de la Catedral y Plaza Principal hasta que en 1874 el general Antonio Guzmán Blanco la reinauguró con el nombre de Plaza Bolívar, con la famosa estatua ecuestre del Libertador en su centro geométrico. En el estado Aragua casi ninguna plaza principal lleva el nombre de Bolívar. Allí se les ha llamado Girardot, Urdaneta, Ribas, Sucre y en general con el apellido del héroe epónimo del municipio. Conocemos documentalmente que la plaza central de la aldehuela vallepascuense existió por lo menos desde 1823, como le relató don Ricardo Escobar Gutiérrez al doctor Víctor Manuel Ovalles Carlomán, al decirle, y después confirmarle en carta suya de 1902 al farmaceuta racionalista que “la única diversión que había en el pueblo a partir de 1823 era la celebración cada sábado de bailes en la plaza principal. A esos eventos los hombres debían aportar un haz de leña para el alumbrado, mientras que las damas, vestidas con telas burdas de zaraza o crehuela, traían una taparita con agua fresca”. Son palabras más o menos, la descripción que hace Escobar. Posteriormente, en 1831, con motivo de la reunión en esa localidad entre los generales José (Judas) Tadeo Monagas Burgos y José Antonio Páez Herrera -a la sazón presidente de la naciente república-, se decidió llamarla “Plaza de la Paz” y en 1834 se colocó en su centro una horrible escultura que el pueblo de seguidas comenzó a llamar burlonamente María la Paz. Es más, como sorna despreciativa a las mujeres poco agraciadas se les arrequintaba con indolencia este cognomento, las pobres se conformarían -digo yo- exclamando “Bella es el alma”. Esta fea pieza de escultura fue desmontada en la década de los años 1870s para colocar un busto del general José María Zamora Rengifo, nativo del lugar y héroe de la independencia. El busto todavía existe en una placita a la salida hacia Tucupido llamada Plaza Zamora, en homenaje a este héroe y no al demagogo esclavista Ezequiel Zamora, como alguna gente ingenua cree. Seguramente al rebautizar a la plaza principal como Plaza Bolívar entre 1905 y 1907 -como hemos anotado- se colocó en su centro un busto del Libertador y suponemos que el cambio de nombre debió ser hecho con la aprobación del Concejo Municipal del Distrito Infante mediante Acta Solemne, que debe estar en los archivos municipales. Después este sitio de reunión de los pascuenses ha sufrido varios cambios. En fotos de los años 1930s, se ve claramente que el cercado era con estantes de guatacaro, palosano, o cualquier otra madera dura.

** Sexo y Chisme. Dentro de la casa, en el solaz hogareño o en la paz cómplice de una habitación hotelera, el chisme es el entretenimiento más popular después de tener sexo. El hombre, a diferencia del conejo o el león, tiene que esperar cierto tiempo para reencender la libido apagada. Y es en esos intervalos cuando, a falta de conversación constructiva, se inventan o comentan las vicisitudes de terceros a quienes no se les quiere bien. En esto debemos aclarar, sin asumir poses machistas, que las infidelidades traumatizan más al hombre que a la mujer, siendo el chisme de alcoba el que hiere sin contemplaciones al cornudo. Escenas como ésta son gratamente descritas por Gabriel García Márquez en su novela Cien años de soledad al comentar los amores incestuosos de tío y sobrina, haciendo énfasis en que la infidelidad de la mujer normalmente implica amor a su amante, y en el caso del hombre, muy raramente. Ya lo decía Goethe: "todo comienzo tiene su encanto". Lo repetitivo fastidia coreaba Casanova; por ello este enfermizo padrote italiano no repetía "sex partners", aún cuando fuera inducido por el marido cornudo a formar un "menage a trois", al estilo de los franceses. El don Juan vivía encantado por cada comienzo amoroso. El marqués de Saade fue varias veces condenado por sus excesos eróticos, pero sus conquistas no se salvaron de ser descritas por él mismo con lujo de detalles, incluyendo lo que hablaban mientras el guerrero descansaba, para reinventar nuevas diabluras sexuales. Vinicius de Moraís escribió: "el amor mientras dura, es eterno", sin definir a qué tipo de amor se refería, porque lo pasajero en cuestiones amatorias, es el deseo. Una vez satisfecho, muere. Ya lo escribía el Arcipreste de Hita: "el hombre por dos cosas lucha: la primera per aver fortuna, et la segunda per aver ajuntamiento con fembras plazenteras", recalcando yo el plural de "fembras plazenteras", por aquello de que la mujer perdona, pero no olvida. A seis siglos de las frases pecaminosas del Arcipreste, cuando la "fembra" moderna se resiste a ser objeto del deseo, es bueno recordar que la venganza de una mujer ofendida es peor que un despellejamiento curado con sal. En el mejor de los casos si ella decide ponerle cachos a su hombre en el solaz hogareño o en la paz cómplice de una habitación hotelera, el chisme lo devorará y el estigma lo llevará como una corona de espinas que todos verán como un halo de vergüenza. Tal parece que en cuestiones de Estado sexo y chisme siempre han ido apersogados, aunque en este caso se le llame espionaje. Grandes secretos militares y de defensa nacional han sido develados bajo las sábanas, con el agravante que los países perjudicados no han portado la corona estigmatizante. Es pues, una relación parásita que sólo perjudica moralmente a las personas, no a los países ¡Por ahora!

MSA Fax (0212) 285 8957 E-Mail: manuelsotoarbelaez@yahoo.com Los libros El Guárico Oriental 1, 2 y 3 en la Librería La Llanera, calle Guásco frente a la plaza Bolívar, Valle de la Pascua.

domingo, 15 de agosto de 2010

CASA DE LAS LETRAS ANDRÉS BELLO PROMUEVE AL TALLER DE LITERATURA RAYUELA EN LA COMUNIDAD DE CANTAGALLO

El Taller RAYUELA es promovido por la Fundación Casa de las Letras Andrés Bello y dictado por la Lic. Tibisay Urbina, tiene como base fundamental despertar en el participante “el escritor que lleva dentro”. Aplicándose estrategias motivadoras les permitirá reconocerse como ser creador, de esta manera salta al papel la tinta teñida de amor y esperanzas a través de vivencias, poesía, narraciones, entre otras creaciones que harán del participante un ser diferente del que fue al inicio de la actividad. Nunca es tarde y tampoco temprano cuando nos decidimos hacer lo que deseamos.

El Taller Rayuela abarca el ámbito de la Red Escolar de las Letras, La comunidad y su escritura y Espacios no Convencionales.
El día 20 y 21 de julio se realizó en la Comunidad de Cantagallo el Taller Rayuela en el ámbito La Comunidad y su Escritura, el cual contó con la participación de 21 miembros de la comunidad así como docentes de la institución Rogelia Mayo Torrealba que también viven en esta hermosa localidad. Se realizaron una serie de actividades especiales enmarcados en el Bicentenario de la Independencia, Se dio a conocer el papel fundamental que tuvo la mujer en esa época emancipadora, nombres como María Rosario Navas, Ana María Campos entre otras así como sus hazañas fueron elementos motivadores para que los participantes en su argort popular dieran a conocer la heroína de su comunidad siendo enaltecida la Docente, enfermera y catequista Rogelia Mayo Torrealba, con tan solo 37 años, un 10 de Octubre de 1946, llegó a San Juan de los Morros por ordenes del Gobernador de aquel entonces Don Ricardo Montilla, para que fundase la escuela de Cantagallo, porque según los que la recomendaron decían que a ella no se le asusta fácilmente.

Sus 5 hijos se quedaron al cuidado del Dr. Torrealba. Quien se comprometió en que las dos niñas estudiasen en escuelas internas y los 3 varones en escuelas de San Juan. Y así partió en el único autobús azul que lo manejaba el señor Tablante, llegó a la Escuela Los Flores, y allí contactó a la maestra Doña Antonia de Naranjo que le pidió el favor a un muchacho para que le enseñara el camino de Cantagallo, que para aquellos tiempo era por la subida del Cerro el Toruno. Y a pie siguió el camino por más de una hora, al rato le salió un toro que quiso cornearla y moneando un árbol se salvo de su embestida. Era toda una odisea llegar al caserío. Un señor que le surtía los víveres a las dos únicas bodeguitas del caserío le dio un aventó y la dejó al frente de una casita viejita pero antes de marcharse le preguntó quien era, cuando le contestó que era la maestra que venía a fundar la escuela del caserío el señor soltó una carcajada tan fuerte que ella también rió con él y luego le dijo regrésese por donde vino, para acá han mandado a dos y el mismo día se han regresado y así riéndose se fue en su destartalado carro. Dios no la abandonó y por su perseverancia le obsequió el arcoiris para que se sintiera segura que todo le saldría bien. Y así fue, la casa que había comprado el Gobernador para que se construyera la escuela estaba en ruinas. Al cabo de un rato y después de varios encuentros infructuosos con los campesinos del lugar apareció el señor Teléforo Medrano quien le ofreció cobijo en la casa de su hija María, ella le dio una taza de café para mitigar el frío que le daba su ropa húmeda, ya que había andado bajo la lluvia. Al día siguiente salió hacer el censo de las 27 casas que yacían en el caserío pero tales casas se encontraban distantes una de otras, menos las 10 que estaban en la calle principal, al terminar con el censo había anotado a 62 niños en las edades comprendidas 8 -15 de ambos sexos, algunos tenían fiebre otros piojos, niguas, barrigas grandes y muy pálidos.

Al día siguiente salió para San Juan y le pidió al Gobernador hacer la escuela lo más pronto posible, mientras tanto debajo de un frondoso jabillo ubicado frente a la casa de la familia Sojo se hacían las reuniones con los padres de los muchachos, ellos escuchaban lo que se decía allí. Le pidió ayuda a las madres para combatir los piojos y las niguas, cortándoles las uñas y el cabello a las niñas y una por una fue quitando las niguas que se encontraba en el cuerpo de esos niños. Todos los domingos era día de aseo personal, los piojos desaparecieron pero las niguas no. Entonces se amarraron todos los cochinos y se peluquearon quemándose los desechos. Luego reunió a todos los niños con sus representantes y un camión enviado por el Dr. Torrealba los recogió haciéndoles exámenes y recetando tratamiento para las lombrices y parásitos. Se les hizo el tratamiento a los muchachos, recogió todas las muestras de heces y las lombrices, las llevó al laboratorio de la señorita Italia Ramos.

Los muchachos comenzaron a cambiar el semblante y los campesinos su actitud hacia la maestra. La primera escuela que se construyó en aquellos días es la que se encuentra en el medio de la actual escuela de Cantagallo. Los domingos enseñaba a las niñas grandes a cocinar. También se construyó la medicatura en el año de 1948. Su hija Neveska con tan solo 18 años se encargó de la escuela después que el gobernador le diera el nombramiento, para que la maestra Rogelia pudiera fundar el dispensario, le mostró los papeles de la Unidad Sanitaria de Caracas y ese mismo día le dio el nombramiento. A la semana siguiente llegaron los medicamentos y con ellos los pacientes, dos comadronas que atendían el caserío se les enseñó a utilizar los implementos de aseo para evitar el tétano infantil. Ellas la invitaron a asistir a los partos y después de acompañar al primero decidieron que siempre estuviera allí para ayudar. Le regalaron un caballo que le sirvió para hacer el recorrido por el caserío. Un día llegó un médico joven a supervisarla se llamaba Dr. Israel Ranuarez Balza y la felicitó por todo el trabajo que estaba haciendo. Con el tiempo comenzó a dar catecismo en su tiempo libre y se puso de acuerdo con la comunidad para construir una pequeña capilla. Cuando estuvo lista invitaron al padre Francisco Peña para que diera la misa a la Virgen La Inmaculada Concepción, la cual trajo de regalo al Caserío, Don Luis Segundo Rodríguez antiguo habitante de la comunidad. Con el tiempo los días sábado y domingo llevaba a los niños más grandes a excursiones un día se perdieron, el susto fue tan grande que tardaron en hacer otras excursiones. Un día Pérez Jiménez la quitó del dispensario por razones políticas y la mandó a otro que quedaba muy lejos de San Juan, como no podía atender a sus otros hijos decidió renunciar y solo recibió un comunicado que decía gracias.
Compró una casita en la comunidad de Agua Hedionda donde comenzó a sembrar millo, material indispensable para hacer escoba, así hacía, fabricaba sus escobas y las vendía a orillas de la carretera. Lo mismo hacía con la leña de cují, para cubrir sus necesidades, nunca le faltó madres con sus hijos para que los recetara, ella lo hacía con todo el amor del mundo en su nueva casa, aún sin percibir paga, con el tiempo vendió esa casa y se compró una en el caserío Los Flores, la cual se le quemó, para 1963 le llegó un oficio de Sanidad y otro de la Gobernación donde le solicitaban sus servicios como enfermera en el caserío de Paso Pelao. Donde el antiguo dispensario estaba anexo a la escuela, era muy pequeño, al tiempo se construyó otro frente a la escuela. Para 1970 lo eliminaron para que las personas asistieran al de Cantagallo porque allí habían médicos, Pidió su jubilación, y ya cansada de tanto luchar y ciega ya a sus 84 años decidió mudarse a Calabozo, y así en su dulce compañía de familiares partió en un merecido descanso a los 91 años, el 22 de agosto del año 2000. Ella es nuestra heroína, y por eso la escuela lleva su nombre, todos los habitantes de Cantagallo han de conocer su vida y obra, siendo su mayor obra el habernos enseñado a vivir en comunidad, apoyarnos y ayudarnos sin mezquindad, ni egoismo.

Relato contado por los habitantes de la Comunidad de Cantagallo y corroborado con el libro Por aquel caminito de la Autora: Rogelia Mayo Torrealba.

lunes, 9 de agosto de 2010

San Juan Bautista y San Juan de los Morros

Blanca Allegra
(Para ver con más nitidez las fotografías puede hacer click sobre las mismas)


Fotografía tomada del Grupo FB

Es difícil pensar o recordar a San Juan de los Morros sin pensar o recordar a su Santo Patrono San Juan Bautista, asimismo cuando recordamos a San Juan Bautista, nos viene a la mente la imagen de nuestro patrono que está en la Plaza Bolívar, frente a la Iglesia Mayor San Juan Bautista, esa escultura imponente de casi 20 metros de alto, a la que la ciudad debe su nombre, es más que un santo patrono, es el símbolo de la ciudad. Monumental y nuestra como los mismos Morros, sentimos que nos protege, que pareciera que desde arriba nos observara y que con su especial mirada nos cuidara.


Sin querer, sin proponérnoslo, esa escultura está en las mentes de los sanjuaneros y es parte de sus vidas, a esa importante escultura la llamamos “San Juanote”. Compartimos fiestas patronales en su honor, rezamos, organizamos eventos, escogemos la reina de las fiestas, todo un acontecimiento, bailamos, traemos artistas nacionales y extranjeros, decretamos días feriados, cerramos calles y avenidas, aprovechan los buhoneros, se vende de todo, comida, artesanía y accesorios, se venden y regalan figuras que reproducen la imagen de esa escultura de San Juan Bautista, medallas, y estampitas, le ponemos flores, se organizan misas, el gobernador hace sus fiestas y el alcalde en paralelo otras más, porque no se ponen de acuerdo los políticos, pero todos celebran el día de San Juan Bautista, Patrono de la ciudad.


Aunque su presencia y justificación se ha entendido algo así como un asunto sin mayores comentarios, es fácil deducir, que está allí porque es el patrono de la ciudad. Del abandono y deterioro de esta monumental escultura muy poco se habla, incluso no se entiende bien su origen, hay varias versiones de quien fue el escultor y todo cuanto tenga que ver con ella, pese a que su historia está asociada con los orígenes de la ciudad. Rescatar esa historia, difundirla entre los habitantes y visitantes, hablar sobre los valores culturales, religiosos, para la generaciones futuras de Sanjuaneros, bien vale la pena, para crear conciencia, para conservarlo, para cuidarlo, para restaurarlo, para visitarlo, por la cultura, por nuestras costumbres, por nosotros mismos, aunque San Juan Bautista seguirá siendo nuestro patrono independientemente de esa escultura. Ella permite reafirmar las creencias, costumbres y devociones de este pueblo, conservarla es parte de seguir manteniendo una identidad propia.
¿Ustedes se imaginan si esa escultura se cae? Si se cae a pedazos como se vislumbra, si no se hace algo al respecto, tarde o temprano va a suceder, les muestro imágenes de sus condiciones
actuales, que describen y evidencian mucho más que mis palabras.

¿Qué sería de San Juan de los Morros sin su San Juan Bautista? ¿Contaremos su historia a nuestros nietos? ¿Cuál historia? Apreciamos el arte, nos tomamos fotos y contamos, cuando visitamos otras ciudades en Venezuela o del mundo, cmo esculturas y monumentos forman parte de su historia y de sus creencias, vemos como los conservan y cuentan con propiedad y orgullo su historia. Aunque no sea la prioridad, porque necesidades más urgentes como salud, seguridad y educación deben estar primero y nos están demandando su atención, un poco de crear conciencia ciudadana y con el aporte de todos, podemos contribuir para que se proceda cuanto antes a restaurarla.
No me corresponde a mi hablar de su origen histórico, pero con tantos años habitando esta ciudad y como escultora, observo a una escultura de concreto armado, de más de
19 metros de alto, que posee una estructura de hierro interna, que la sostiene, todos sabemos que el hierro se corroe, que al no hacerle su debido mantenimiento por lo menos anualmente, hace que el metal se pudra al estar a la intemperie y por consiguiente el concreto podría ceder. Seguramente fue vaciada en concreto en el mismo sitio donde se encuentra, cuestión que se deduce de su monumental tamaño y peso. Tiene varias inscripciones, una tallada en el friso de su parte izquierda, que dice textualmente:

E_or RENZO BIANCHINI
Administración TN.G_L.
IGNACIO ANDRADE

Toda obra de arte, sin excepción, aparece firmada en el cuerpo mismo de la obra, solo por su autor, ni los constructores, ni arquitectos, que es lógico que intervengan, más tratándose de obras de tal magnitud, firman la escultura.
Se observa una placa de mármol puesta sobre la base de la escultura, en la misma se expresa textualmente
Por su lado derecho, tiene en el friso externo otra inscripción tallada, que dice textualmente:
"Fvit homo missvs a devs cvi nomen erat joanne "(Joan 16)
"Hubo un hombre enviado de Dios que se llamaba Juan" (Juan 16)


Por la parte de atrás, en su espalda, se aprecia una inscripción tallada en bajo relieve, de un pasaje de
la Biblia
: Mateo 11:11, que dice textualmente:
"Non svrrexit inter natos mvliervm major joanne baptista"

"No ha salido a la luz entre los hijos de mujeres mayores que Juan Bautista"


Por el frente se observa en un primer plano, que en su mano izquierda sostiene un bastón con una cruz arriba, aparece también una oveja, y en su mano derecha sostiene lo que parece una concha marina (representando al bautismo, por tratarse de San Juan Bautista, que bautizó a Jesús, como símbolos de los pasajes narrados en
la Biblia, sobre San Juan Bautista). Presenta evidencias de grandes filtraciones, por las señales que se evidencian en varias partes, del recorrido del agua, grandes grietas, humedad, moho y color del óxido. En su cabeza se muestra la aureola que lo identifica como santo.

En la base o pedestal de la figura principal, se aprecian tres paneles en alto y bajo relieve, (que representan la trilogía histórico religiosa de Juan El Bautista, narrada en la Biblia), al centro el Bautismo de Jesús por San Juan Bautista con una concha marina, parecida a la anteriormente descrita, que tiene en la mano derecha el Santo. El panel izquierdo muestra a Juan El Bautista en el desierto, y el panel derecho muestra a Salomé (hija de Herodías, que según cuenta la Biblia, fue quien pidió la cabeza de San Juan Bautista) bailando, con la bandeja que sostiene en sus manos, alzada, con la cabeza de Juan El Bautista.

Pero lo que más resalta en toda la obra, su base, pedestal y alrededores, es su gran deterioro, las señales de haber sido víctima del vandalismo, el abandono, la suciedad, la desidia, además de los embates del clima al estar a la intemperie. Incluso, para subir y apreciarla hoy día, se corre el riesgo de ser víctima de algún delincuente. No parece haber sido restaurada jamás, y me refiero a una restauración hecha por expertos en la materia y no un maquillaje con pintura y frisos que
solo contribuyen a maltratar la obra.


Causa tristeza el estado en que se encuentra, que gobernadores, alcaldes y la ciudadanía se aprovechen de ella, que siendo un patrimonio cultural e histórico, existiendo organismos que les corresponde preservarlos, no hayan hecho nada durante más de 70 años desde que fuera inaugurada, que no sean conscientes de su importancia, de su valor histórico, religioso y cultural, que ni siquiera se hable de su gran deterioro, ni de la necesidad de su urgente restauración.
Sitio de entrada por donde debian instalarse bomba y antiguas tuberías.

Estas palabras pretenden crear conciencia y alarma, a la colectividad Sanjuanera, ¡podemos perderlo! Esperamos que pronto se proceda a su efectiva restauración y rescatemos todos a nuestro gran símbolo: el ¡San Juanote!


Cito entre varias las siguientes páginas relacionadas:
http://es.wikipedia.org/wiki/San_Juan_de_Los_Morros
Restauración de una obra de arte:
http://www.rena.edu.ve/SegundaEtapa/ESTETICA/mantenimiento.html
La Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, establece en su artículo 99, la base sobre la cual se debe procurar la preservación del patrimonio cultural de la nación.
http://pdba.georgetown.edu/comp/Cultura/conservacion.html
http://www.mailxmail.com/curso-patrimonio-cultural/patrimonio-cultural-legislacion

Blanca Allegra es abogada y escultora

Las fotografías, exceptuando la primera, fueron tomadas por la autora del artículo.

sábado, 7 de agosto de 2010

OCRE Y AZUL DE TIZNAO VIEJO

Fotografías: Ilio Colmenarez

El ocre y azul se combinan con majestuosidad en el sitio de "Tiznao Viejo". Realmente es inolvidable la hermosura de estas fotografías que Ilio Colmenarez hace de las ruinas de aquella iglesia del antiguo pueblo de San Francisco de Tiznados, donde se bautizó con sencilla solemnidad un niño con el nombre de Juan Germán Roscio. Han pasado más de dos siglos y la admiración histórica de los venezolanos cada día aumenta por las proezas intelectuales y políticas de este hombre, orgullo patriótico de todo aquel que se sabe guariqueño.

Hoy el viejo San Francisco de Tiznados lentamente va diluyéndose en el fondo de una represa. Sólo cuando abruma la sequía las aguas temporalmente retroceden y las mohosas lápidas del cementerio asoman sus borrosos nombres y fechas, como un último intento de ver la luz de una generación ya olvidada para siempre. Hombres, mujeres y niños ya anónimos en las cuentas del pasado. Todo lo que fue este vivir provinciano queda discretamente oculto tras el nombre del héroe. Único sobreviviente por los designios sacralizantes de la historia.

Estas fotos de Ilio nos relatan los extraños vaivenes y caprichos de la belleza, cómo el ojo humano puede tener revelaciones paradójicas de lo hermoso. Asistimos a la grata perplejidad de este espléndido contraste entre la indiscutida pureza del cielo llanero de abril y la resignada pero digna decadencia de una edificación donde aun Dios, en plena soledad, habita en la fuerza vital de los pájaros que anidan en la desnudez de las cornisas, y en los audaces arbustos que abrazan con sus raíces y sobrio verdor lo alto de los pilares y paredes.

Jeroh Juan Montilla












El Motor de aire desafía la segunda Ley de la Termodinámica. Invento de un guariqueño.