lunes, 30 de julio de 2012

Crespo y la educación primaria en Guárico

Por José Obswaldo Pérez


Joaquín Crespo Torres
EL 27 DE ABRIL DE 1872, el general Joaquín Crespo Torres- siendo Jefe del Estado Mayor General en ejercicio en los Estados del Sur y Comandante en Jefe del Ejército del Guárico-, dirige una comunicación al presidente provisional del estado Guárico, general José Alsemo Ruiz, felicitándolo por un aporte de 25 pesos mensuales a fines del auxilio de la enseñanza primaria en Parapara y excitándolo a que deje libre la renta para poder atender los gastos de la educación pública.

La misiva (recopilada por el historiador Manuel Landaeta Rosales en Documentos relativos a la vida pública del general Joaquín Crespo (2010), pp.166-167) es un importante escrito histórico. En cuanto a ella, el general Crespo hace una serie de consideraciones y reflexiones sobre la problemática presupuestaria de la instrucción pública regional. En dicha carta, se puede extraer el cuestionamiento que el ilustre militar parapareño concibe al manejo del gasto público militar. Suena contradictorio, pero, el general Crespo invita a quienes administran al gobierno a mirar el valor del ramo de la instrucción del pueblo porque “es el pan del alma y la esperanza de las generaciones venideras”.

En líneas más adelante, Crespo dice que “la guerra que todo lo aniquila, ha dejado sin vida en el Guárico el importante ramo de escuelas”. Su juicio crítico es, también, su posición política sobre este tema. “No puede haberlas sin renta, sin estar bien servidas si no son suficientemente dotadas, y ya se siente la necesidad de que el Gobierno les dedique una atención muy asidua y preferente”.

La reflexión del general Crespo, nativo de San Francisco de Cara-un municipio perteneciente al antiguo Cantón de San Sebastián de los Reyes, provincia de Caracas-, pero criado en tierras de Parapara y Ortiz, es de utilidad para entender los efectos de la lucha armada ejercida en la educación y en el desarrollo de los pueblos de la entidad. Esgrimir sobre los problemas generados por la guerra- un flagelo que, sin duda, destruyó la prosperidad de un pueblo como Ortiz- es un hecho llamativo para la historiografía regional y, desde luego, por la preocupación creada en la inestabilidad pública.

Los paradigmas de la modernidad y las ideas de progreso que se habían erigido con la Ley de Instrucción Gratuita del 27 de Junio de 1870 por el general Antonio Guzmán Blanco estaban amenazados y, en otros casos, era tinta muerta. Así lo resalta el propio Crespo, al cuestionar un decreto del presidente provincial de Guárico del 6 de Diciembre de 1871, sobre el desvío de la mitad de los proventos del presupuesto estadal para gastos de la guerra. “Truncada así la renta, quedan sin protección las escuelas y mal servidos también otros ramos del servicio municipal”.

Vanos son entonces todos los esfuerzos para que el hijo del ciudadano pobre alcance educación gratuita, y en vano gime el corazón de su padre que no puede darle otra herencia”, indica, en dicha documentación, el Héroe del Deber Cumplido.

Crespo se muestra como un defensor de la descentralización presupuestaria, rechaza el gravamen del 50 % de la renta de los municipios para gastos militares y reclama el cumplimiento del Decreto de Instrucción Pública del 27 de Junio. De este modo, este personaje de la historia venezolana – más allá de sus detractores políticos- fue un respetuoso del desarrollo de los pueblos, especialmente en el área educativa.
 
Publicado por Blogger en Fuego Cotidiano el 7/23/2012 03:09:00 PM

VIDA Y OBRA DEL CANARIO JUAN GONZALEZ PADRÓN EN VALLE DE LA PASCUA


(Aproximación histórica)
DR. FELIPE HERNÁNDEZ G.
            DON JUAN GONZÁLEZ PADRÓN, nació en la Isla de Tenerife, en el pueblo de Santa Ursula, sitio o barrio de “La Corujera”, el 30 de mayo de 1724. El año de 1746 con apenas 22 años, se embarcó hacia la provincia de Venezuela, saliendo del puerto de Santa Cruz de Tenerife en el velero “La Santísima Trinidad” de la flotilla canaria, cuyo capitán era don Antonio Miranda y Ravelo (hermano de don Sebastián Miranda y Ravelo, padre del generalísimo Francisco de Miranda), pagando 125 pesos por sus pasajes. Era el mes de noviembre de 1746.
            Juan González Padrón vino a la provincia de Venezuela, específicamente a Caracas, desde donde se trasladó luego al sitio del Valle de la Pascua, como integrante de los últimos contingentes llegados a Caracas de la inmigración canaria propiciada por el gobernador Gabriel de Zuloaga, conde de Torre Alta, quien ejerció como gobernador de la provincia de Venezuela entre 1736 y 1747, cuando fue sustituido por el gobernador Luis Francisco de Castellanos. La condición de canario tenerifeño de Juan González Padrón quedó autenticada en el testamento del canario don Clemente Gutiérrez del Castillo, quien lo llama de manera textual “mi paisano”, al designarlo su albacea.
            Juan González Padrón una vez residenciado en Valle de la Pascua, se estableció a la sombra de don Pedro del Hoyo y Arzola, con cuya hija Juana Francisca Arzola del Hoyo Álvarez contrajo matrimonio ya entrada la segunda mitad del siglo XVIII. Con el tiempo llegó a tener un gran ascenso económico y social, que se evidencia en el creciente número de esclavos que figuran en los sucesivos padrones de población de la época, y un gran propietario de tierras del suelo llanero guariqueño, que las obtuvo por herencias a favor de su esposa, así como por donaciones, composiciones y compra-venta, especialmente de su suegro don Pedro del Hoyo y Arzola, y de compras a suegra una vez viuda, doña Juana Catalina Álvarez Guedez de del Hoyo y Arzola y a sus cuñados; y mediante sucesivas compras que efectúa a los herederos de don Francisco Carlos del Herrera y Ascanio del latifundio Santa Juana de la Cruz, que le convirtieron en dueño del importante latifundio conocido tradicionalmente con el nombre de “La Vigía", "La Pascua" o "la Gonzalera", el cual aparece como antecedente en casi todos los documentos de tierras del municipio Leonardo Infante, el cual llegó a tener una extensión aproximada de cuatro leguas y media.            Fue la posesión de este importante latifundio conocido como “La Gonzalera”, una de las razones para que se consideró durante mucho tiempo, a González Padrón como fundador de Valle de la Pascua. Aunado al hecho que en la visita pastoral del obispo Mariano Martí por la geografía de la provincia de Venezuela en 1783, durante su estancia en el sitio de Valle de la Pascua, se hospedó en su casa, donde además oró, ofició misa, bautizó y efectuó matrimonios en una ermita donde se adoraba a la Virgen de la Luz, de la cual era devoto González Padrón.
            Está registrado en documentos, que a solicitud del obispo Martí y del teniente de justicia de Chaguaramas, don Pedro Víctores de la Cueva, González Padrón en unión de sus hijos y esclavos, donó el terreno y la mano de obra para la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria del Valle de la Pascua, así como un lote de terrenos de trescientas treinta varas, equivalente a setenta y ocho solares para que se establecieran los vecinos que quisieran avecindarse en el lugar, además donó el altar, las sillas, el confesionario, la pila de agua bendita, la campana, los ornamentos y otros emolumentos para la iglesia.
            A cambio de dicho donativo, González Padrón le solicitó al Obispo Martí, la concesión de sepultura en el piso de la Iglesia de la Candelaria, para él, su mujer, hijos y demás parientes hasta el cuarto grado, es decir hasta la cuarta generación de sus descendientes. Solicitud que le fue concedida.
            No se ha precisado la fecha exacta de la muerte de Juan González Padrón, se considera que murió a finales del siglo XVIII o a principios del siglo XIX, con toda seguridad, antes de la independencia de Venezuela. Es decir, que al momento de su fallecimiento contaba con una edad aproximada de 80 años y su cuerpo fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, tal como se lo había concedido el obispo Martí, según correspondencia enviada al párroco Francisco Roque Díaz en 1789.
            De su matrimonio con doña Juana Francisca Arzola del Hoyo y Álvarez tuvo ocho hijos, a saber: Manuel José, Luis, Margarita, Leonor, María de los Ángeles, Isabel María, Bárbara y Soledad González Arzola. De ellos, en Valle de la Pascua casaron Margarita con Andrés Gutiérrez, Luis con Isabel Álvarez y Manuel José con la chaguaramera Rosalía Machuca. Los otros huyeron a Barcelona como consecuencia de la guerra nacional de independencia que vivió nuestro país entre los años 1811 y 1821. En ello tuvo mucho que ver la captura del prócer José Félix Ribas, en el “Paso de las mulas”, quebrada Melaito, en las inmediaciones del sitio de “Las dos palmas”, cuando fue delatado por Concepción González, esclavo de las descendientes de González Padrón.
            Según información aportada por don Miguel Álvarez Díaz, González Padrón, a su llegada a Venezuela era analfabeta, aprendiendo a leer y escribir una vez casado, enseñado por su esposa.
            En la ciudad de Valle de la Pascua, a Juan González Padrón se le recuerda en una de las principales calles del casco central, que fue distinguida con su eponimia, la cual atraviesa a la ciudad de Sur a Norte: desde el Terminal de Pasajeros hasta el sector El Rosario donde culmina, pasando antes por el costado Oeste de la Plaza Bolívar. Entre los años 1998 y 2003 funcionó el Colegio Privado “Juan González Padrón”, ubicado en la Av. Libertador Sur, cruce con calle Las Delicias (entrada a Guamachal) en una casa-quinta propiedad de don Efraín Méndez. Los propietarios de esta iniciativa educativa fueron los profesores Jaime Bolívar Blanco y Aixa Méndez Ledezma. Lamentablemente esta loable iniciativa educacional al cerrar sus puertas, no se prolongó en el tiempo.
            A modo de reflexión puede decirse, que el nombre y el espíritu de don Juan González Padrón continúa vivo en la historia documental de esta noble y pujante población del Oriente guariqueño, en la toponimia, así como en el recuerdo y los genes de muchos vallepascuenses descendientes de quinta y sexta generación de este connotado personaje, que legó su cuota para enriquecer la historiografía guariqueña.
            En el libro “Historia y Valores de Valle de la Pascua” de Juan Suárez (p. 126) aparece un retrato suyo. Al pie de la misma se lee: “Juan González Padrón. Este hijo-hidalgo español se casó con la venezolana Juana Francisca Arzola y del Hoyo. Murió antes de la Independencia de Venezuela”.
REFERENCIAS
            ÁLVAREZ DÍAZ, Miguel. (s/f) Papeles sueltos sobre la vida del canario Juan González Padrón.
            ARCHIVOS PARROQUIALES de San Sebastián de los Reyes, Altagracia de Orituco, Chaguaramas, San Rafael de Orituco y Valle de la Pascua.
            CHACÍN SOTO, Rafael. (1972): Orígenes de Valle de la Pascua. Valle de la Pascua: Publicaciones de la III Feria de la Candelaria.
            DE ARMAS CHITTY, J. A. (1956): Haciendo Anales. Algo sobre el origen de La Pascua. Consideraciones sobre un posible estudio del Distrito Infante. En: Boletín de la Cámara de Comercio de Valle de la Pascua. Valle de la Pascua: Noviembre de 1956. Año 1. No. 1. (Dirección y Coordinación: Luis Adolfo Melo y Víctor Ladrón de Guevara).
            HERNÁNDEZ G. Felipe. (2006): Historia de Valle de la Pascua. En los llanos del Guárico. (1725-2000). Caracas: Tipografía de Miguel Ángel García e hijo.
               REGISTRO SUBALTERNO DE ALTAGRACIA DE ORITUCO. (1768) Bloque 5. Protocolos Públicos. Orituco. Siglo XIX.
            SUÁREZ, Juan. (1980): Historia y Valores de Valle de la Pascua. San Juan de los Morros: Editorial Los Llanos.
            Valle de la Pascua, 13 de junio de 2012

EL AUTOR DEL “CUMPLEAÑOS FELIZ” Y LAS MERCEDES DEL LLANO

FELIPE HERNÁNDEZ G.

Hijo de don Andrés Cruz Orta y doña Carmen Cordero de Cruz; el compositor, cantante y guitarrista popular, Luis Cruz, autor de la canción más popular de nuestro país, puesto que todos los días, desde el año 1953 se canta en los hogares, restaurantes, celebraciones, oficinas y en cualquier lugar, el célebre “Cumpleaños feliz”, nació en la Caracas el 17 de Julio de 1930, fueron su hermanos: Gregorio, José, María luisa, Rosa, María Lourdes, Olimpia, Margot, Isabel, Luís y Teresa. Fue el único de su familia que tuvo inclinación hacia la vida artística destacándose desde muy temprana edad como músico y compositor, actividad que alternaba con labores del campo (agricultura y cría de ganado). El siempre comentaba; “…mi vida es regida por dos grandes pasiones, el campo y la música con  ellas se ha desarrollado mi existencia, y  me siento satisfecho del modo cómo he vivido, hasta el sol de hoy”.
Quizás esa pasión por el campo y la música la adquirió en su niñez y durante su adolescencia, cuando el destino lo llevó junto a su familia a vivir en Las Mercedes del Llano, eran los inicios de la explotación petrolera en Roblecito y el sur del Guárico.
Para los que poco conocieron de la vida personal de Luís Cruz, escribió Miguel Azpúrua (2011): se crió en los palmaritales de Las Mercedes del Llano, “que se proyectan hasta las riberas del Arauca”, …Luís es un llanero a todo dar, que ama con pasión a su tierra llana, y le ha cantado centenares de temas, tales como: “Caracha compañero”, “Con el primer aguacero”, “El arreo”, “Amanecer llanero”, “La tristeza de mi llano”, “Mis penas”, “Muchachito campesino”, “Romance del ánima sola”, “Tristeza, peón y sabana”, “Tarde linda”, y tantas que escapan a los recuerdos. Pero eso es solo una faceta de su creatividad, porque un soñador como Luís, romántico por excelencia; le canta al amor, sin resentimientos, ni resquemores, porque tiene el alma grande como el tamaño de su llano, y él es otra leyenda… de los esteros, chubascos, morichales, vacada y majada, bosta y sudor
            En una crónica publicada en el diario Tal Cual del 07 de julio de 2008, se hacían las siguientes precisiones, Luis Cruz, es conversador pero, al igual que ocurre con la paradoja de ser a la vez el creador de una de las canciones más emblemáticas de la venezolanidad y un autor poco o nada conocido, el compositor prefiere vivir entre el silencio de San Antonio de Los Altos y su finca en Las Mercedes del Llano –a la que va cada quince días con su machito–, lejos del tráfico de Caracas y cerca de "las flores más bellas del país": las de "Calas de Venezuela", el vivero de Potrerito (Miranda) donde concede entrevistas...
            Don Luis Cruz, autor que amó al Guárico, especialmente a Las Mercedes del Llano, donde vivió y creció, a quien en cada cumpleaños recordamos al entonar el consabido “hay que noche tan preciosa…”, falleció a los ochenta y un años, el pasado 22 de abril de 2012, en la ciudad de los crepúsculos, Barquisimeto, estado Lara. Vaya este testimonio de reconocimiento a su memoria.
            Valle de la Pascua, 7 de mayo de 2012.

EL HISTORIADOR Y EL CRONISTA

(20 DE MAYO: DIA NACIONAL DEL CRONISTA)

Felipe Hernández G.
UNESR-Cronista de Valle de la Pascua
           Aproximadamente, desde la séptima década del siglo XX, el 20 de mayo se celebra el Día Nacional del Cronista, en conmemoración del natalicio del escritor Enrique Bernardo Núñez, quien fue el primer cronista moderno de Caracas. Designado como tal en 1945, dicha actividad la ejerció (con intervalos) hasta su fallecimiento en 1964, tiempo durante el cual impulsó la revista Crónica de Caracas, siendo además, autor de una extensa obra bibliográfica y hemerográfica, donde destaca el libro La ciudad de los techos rojos.
La Asociación Nacional de Cronistas de Venezuela, en una convención nacional seleccionó a don Enrique Bernardo Núñez como patrono y su fecha de nacimiento, el veinte de mayo, Día Nacional del Cronista.
El Cronista de la ciudad o historiador de la ciudad, es la persona dedicada a hurgar en los archivos municipales y parroquiales para desentrañar la historia local y regional relacionándola con la nacional, mundial y planetaria. Lo que el historiador mexicano Luís González y González llama en su libro Pueblo en vilo. San José de Gracia, la Matria.
Entre los antecedentes del cronista, están los cronistas reales o de indias, quienes vinieron a América designados por los monarcas españoles para escribir las historias locales y también la historia de las incursiones colonialistas en los territorios de ultramar, como Juan de Castellanos y Francisco Depons. También, los misioneros españoles dejaron excelentes trabajos donde narran la historia de las sociedades donde les tocaba desempeñarse, entre ellos los religiosos Caulín, Carrocera, Jacinto de Carvajal, Mariano Martí, José de Gumilla y otros.
Valga recordar las reflexiones que el escritor, político e intelectual francés, Víctor Hugo (1802-1885), en su obra Los Miserables (1862) aporta sobre lo que significa ser historiador y lo que significa ser cronista:
            El historiador de las costumbres y de las ideas, no tiene una misión menos austera que el historiador de los sucesos. Este tiene en la superficie de la civilización, las luchas de las coronas, el nacimiento de los principios, los casamientos de los reyes, las batallas, las asambleas, los grandes hombres públicos, las revoluciones a la luz del día, todo lo exterior; el otro historiador tiene el fondo, el pueblo que trabaja, que padece y espera, la mujer oprimida, el niño que agoniza, guerra de hombre a hombre, las ferocidades oscuras, las preocupaciones de alarmas fingidas, los efectos directos y subterráneos de las leyes, las evoluciones secretas de las almas, los estremecimientos indistintos de la multitud, los que mueren de hambre, los que andan con los pies desnudos, los desheredados, los huérfanos, los desgraciados y los infames, toda esa larva que anda vagando en la oscuridad.
            El primer cronista de Valle de la Pascua fue el presbítero, monseñor-doctor Rafael Chacín Soto, designado por el Concejo Municipal del distrito Infante a principio de los años setenta. El segundo el farmaceuta y profesor Luís Fernando Melo Jiménez. Ambos adelantaron investigaciones que contribuyeron a desentrañar la identidad y el devenir de Valle de la Pascua.
En la actualidad tenemos asumida la responsabilidad de ser cronista. Las calles, las esquinas, los personajes, las instituciones, los sucesos, los cambios físicos y espirituales de la comarca vallepascuense, cada rincón, cada espacio y cada acontecimiento cotidiano sirve de inspiración para repensar su historia, reconstruirla y escribirla.
A propósito del Día del Cronista, sea propicio señalar:
1) En el estado Guárico, el escritor Enrique Bernardo Núñez es el epónimo de la Unidad Educativa Nacional “Enrique Bernardo Núñez” ubicada en la parroquia San Juan Bautista de Espino del municipio Leonardo Infante.
2) La Asociación Nacional de Cronistas de Venezuela celebrará del 23 al 26 de mayo su Convención Nacional en la Ciudad Primogénita de Santa Ana de Coro Coro, estado Falcón.

EN EL PRIMER ENCUENTRO DE HISTORIA DE LAGUNA DE PIEDRA


Edgardo Malaspina

  El 9 de junio del año en curso estuve en el Primer Encuentro de Historia de San José de Tiznado y Laguna de Piedra, lugares con pasado histórico importante: surgieron del hato El Totumo, propiedad de la familia de Bolívar; la negra  Matea vivió allí; y el Rincón de los Toros, paraje de ingrato recuerdo, está muy cerca. 


El evento, organizado inmejorablemente en todos sus detalles protocolares por Edgar Blanco, Oscar Zerpa, Oldman Botello y el cronista oficial de Ortiz, Fernando Rodriguez, contó con una nutrida  presencia de los habitantes de Laguna de Piedra y los cronistas ponentes  Leonardo Nazoa, Fernando Rodríguez, Felipe Hernández, Ubaldo Ruíz, Eduardo López Sandoval, Manuel Botello, Oldman Botello ,Ramón Ramírez,  Zoraida, María Izquiel, y  quien estás líneas escribe.


 Laguna de Piedra surgió como emporio agrícola y pecuario en 1961, producto de la política progresista del Instituto Agrario Nacional, ente que  adquirió las tierras , previó pago justo a su amo, y luego procedió a parcelarla y repartirla a treinta familias. No hubo invasiones traumáticas, y eso explica, de manera palmaria, que hoy en día el poblado cuente con más de cuatro mil habitantes, muchos de  ellos trabadores del campo, cuyas tierras feraces les retribuyen  sus esfuerzos con  abundante  sabrosa  mies  y frutos variados.


 Un hecho destacado de la historia viva resultó la presencia de Don Andrés Cruces, de noventa  y cuatro años, uno de los fundadores del pueblo.
   En mi ponencia hablé de algunos tópicos históricos de la medicina relacionados con los Tiznados:  En 1796 un médico trata de averiguar si un soldado de Tiznados es un simulante cuando dice estar enfermo para no servir en el ejército. En 1811 un señor reclama ante un tribunal el uso de una alfombra para su esposa (sólo los mantuanos tenían ese privilegio)  y poder  arrodillarse en la iglesia  con el alegato de estar enferma de las rodillas. Durante la guerra de independencia José Domingo Díaz, el médico realista que pidió a Boves fusilar a Vicente Salias, hizo unas investigaciones demográficas que incluía a los Tiznados.
 Por último la gente organizadora  del evento nos halagó  con arepas, pisillo de chiguire mediante; bocadillos y dulces artesanales; manjares que nos hicieron evocar  a Don Andrés Bello por eso de la ambrosía.


El Motor de aire desafía la segunda Ley de la Termodinámica. Invento de un guariqueño.