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Joaquín Crespo Torres |
EL 27 DE ABRIL DE 1872,
el general Joaquín Crespo Torres- siendo Jefe del Estado Mayor
General en ejercicio en los Estados del Sur y Comandante en Jefe del
Ejército del Guárico-, dirige una comunicación al presidente
provisional del estado Guárico, general José Alsemo Ruiz, felicitándolo
por un aporte de 25 pesos mensuales a fines del auxilio de la enseñanza
primaria en Parapara y excitándolo a que deje libre la renta para
poder atender los gastos de la educación pública.
La misiva (recopilada por el historiador Manuel Landaeta Rosales en Documentos relativos a la vida pública del general Joaquín Crespo (2010),
pp.166-167) es un importante escrito histórico. En cuanto a ella, el
general Crespo hace una serie de consideraciones y reflexiones sobre la
problemática presupuestaria de la instrucción pública regional. En
dicha carta, se puede extraer el cuestionamiento que el ilustre
militar parapareño concibe al manejo del gasto público militar. Suena
contradictorio, pero, el general Crespo invita a quienes administran al
gobierno a mirar el valor del ramo de la instrucción del pueblo porque
“es el pan del alma y la esperanza de las generaciones venideras”.
En líneas más adelante, Crespo dice que “la guerra que todo lo aniquila, ha dejado sin vida en el Guárico el importante ramo de escuelas”.
Su juicio crítico es, también, su posición política sobre este tema.
“No puede haberlas sin renta, sin estar bien servidas si no son
suficientemente dotadas, y ya se siente la necesidad de que el Gobierno
les dedique una atención muy asidua y preferente”.
La reflexión del general Crespo,
nativo de San Francisco de Cara-un municipio perteneciente al antiguo
Cantón de San Sebastián de los Reyes, provincia de Caracas-, pero criado
en tierras de Parapara y Ortiz, es de utilidad para entender los
efectos de la lucha armada ejercida en la educación y en el
desarrollo de los pueblos de la entidad. Esgrimir sobre los problemas
generados por la guerra- un flagelo que, sin duda, destruyó la
prosperidad de un pueblo como Ortiz- es un hecho llamativo para la
historiografía regional y, desde luego, por la preocupación creada en la
inestabilidad pública.
Los paradigmas de la modernidad y
las ideas de progreso que se habían erigido con la Ley de Instrucción
Gratuita del 27 de Junio de 1870 por el general Antonio Guzmán Blanco
estaban amenazados y, en otros casos, era tinta muerta. Así lo resalta
el propio Crespo, al cuestionar un decreto del presidente provincial
de Guárico del 6 de Diciembre de 1871, sobre el desvío de la mitad de
los proventos del presupuesto estadal para gastos de la guerra. “Truncada así la renta, quedan sin protección las escuelas y mal servidos también otros ramos del servicio municipal”.
“Vanos son entonces todos los
esfuerzos para que el hijo del ciudadano pobre alcance educación
gratuita, y en vano gime el corazón de su padre que no puede darle
otra herencia”, indica, en dicha documentación, el Héroe del Deber Cumplido.
Crespo se muestra como un defensor
de la descentralización presupuestaria, rechaza el gravamen del 50 % de
la renta de los municipios para gastos militares y reclama el
cumplimiento del Decreto de Instrucción Pública del 27 de Junio. De
este modo, este personaje de la historia venezolana – más allá de sus
detractores políticos- fue un respetuoso del desarrollo de los pueblos,
especialmente en el área educativa.
Publicado por Blogger en Fuego Cotidiano el 7/23/2012 03:09:00 PM
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