miércoles, 30 de septiembre de 2009

ENSAYOS DESDE EL MASTRANTAL

GUAYABAL: ¿Pueblo de Cumbes, Rochelas y Cimarrones o tierra de gente laboriosa? o ¿cómo ha sido la inserción de este pueblo llanero en la historiografía venezolana?


Hugo Rafael Arana

Miembro investigador del Centro de Estudios Histórico-Sociales del Llano Venezolano. Hugoarpa24@hotmail.com



INTRODUCCION:


El 30 de mayo de 2009 asistí en calidad de ponente al Primer Encuentro de Cronistas, Investigadores e Historiadores en Guayabal, invitado por el Licenciado, José Solórzano Pérez, cronista de la ciudad y el Alcalde del Municipio Guayabal, José Francisco Morales. Ese importante evento celebrado en esa hermosa población, me despertó la curiosidad de indagar si Guayabal realmente fue ¿Pueblo de Cumbes, Róchelas y Cimarrones o tierra de gente laboriosa? En ese sentido expuse en ese foro esa interrogante, como tema encaminado a promover la discusión y la investigación que aclarará esta cuestión de vieja data. En la invitación se observaba el dibujo de unas abejas, quizás el creador de esta tarjeta, quiso significar que Guayabal es una tierra buena, fértil, dulce donde abunda la miel y sobre todo la miel de aricas, como la que le servía Marisela a Santos Luzardo en Altamira, para endulzar los buñuelos que con tanto amor le obsequiaba. Este simple hecho dice mucho en cuanto a ser un pueblo de trabajadores.
Tal vez pensaran que se hace un juicio apriorístico, al concebir como maliciosa, malintencionada o equivocada la concepción historiográfica tradicional de ser Guayabal refugio de bandidos; por supuesto la misma se origina de los interesados argumentos de los ancestrales “hateros” de la zona. Asimismo influyó la opinión del teutón Alejandro de Humbolt y la de Vicente Lecuna, para que algunos historiadores modernos como; la investigadora Adelina Rodríguez Mirabal y Oldman Botello entre otros, compartan esta tesis. En ese sentido el ponente esbozó la hipótesis contraria a tales concepciones (es a base de hipótesis que trabaja el investigador y de no ser así, estaríamos negando el oficio del historiador y a la misma historia como ciencia).orientada a señalar que posiblemente esos juicios fueron errados.

1. ¿Qué son cumbes, rochelas, mocambos, cimarroneras y palenques?
La voz Cumbe se originó, posiblemente, en el de cumbé, con el que se designaba cierto tipo de baile africano. Rochela, cumbe, cimarrón, mocambos y palenques aparecen en la historiografía venezolana como sinónimos para designar un grupo de negros o indios alzados y organizados en un pueblo fortificado, lejos del control del blanco, casi siempre en las montañas o en algún sitio desolado, donde formaban un núcleo humano sin más ley que la de sus propios integrantes. Sin embargo el cumbe era el poblado habitado emintemente por negros esclavos, es decir, los llamados cimarrones que se habían fugado y la rochela, de negros libres. En sentido general se puede decir que los cumbes, mocambos y rochelas (Venezuela), palenques (Costa Rica), quibombos (Brasil) y mambises (Cuba) eran centros organizados por esclavos fugados o libres para vivir lejos del sistema esclavista a través del trabajo comunitario, una de cuyas manifestaciones más claras fue el conuco.

2. ¿Cuándo se inicia en Venezuela la formación de Cumbes y Rochelas?
En el siglo XVII se intensifica la formación de cumbes, pero es en el XVIII, con la importación masiva de esclavos para utilizar en la siembra y recolección del cacao, cuando se traduce en un problema socio-económico de cierta relevancia, que se manifiesta en las continuas huidas de los negros del control del amo. Los cumbes contribuyeron al auge del contrabando de extracción, pues a través de estos esclavos insurrectos, grupos de contrabandistas holandeses, ingleses y españoles obtenían productos de las haciendas a muy bajo precio. Asimismo los negros cimarrones realizaban sorpresivos asaltos a las haciendas de sus antiguos amos, por cuanto, conocían los sitios donde se depositaban los frutos, lo cual facilitaba el robo.

3. ¿El latifundio favorecía la formación de cumbes en los llanos?
Se ha dicho que muchos esclavos que habían sido utilizados en haciendas y hatos de particulares o de las Misiones, utilizando sus conocimientos de la zona, formaban allí cumbes a tal fin propiciaban la huida del ganado vacuno hacia esos sitios deshabitados, para tener asegurada la subsistencia. La zona de los llanos venezolanos fue propicia para esta actividad. Algunos cumbes subsistieron y se fortalecieron dando origen a pueblos de negros en nuestro territorio, como los formados en algunas zonas de Barlovento y de los llanos ¿Estaría Guayabal incluido?

4. ¿Los cumbes y rochelas contribuyeron al poblamiento de Venezuela?
Cuando algunos esclavos cimarrones no se adaptaban a vivir bajo la tutela de su propietario, huían a las montañas formando los llamados cumbes, donde habitaban en chozas alejadas de la acción de amos y autoridades. En algunos casos estos cumbes fueron el origen de algunos pueblos de Venezuela. Asimismo, grupos de mulatos y negros libres se juntaban, formando las llamadas rochelas. Los repartimientos de negros, que era el sitio de la hacienda donde tenían sus chozas o bohíos (bujíos, decían ellos), llegaron a formar con el tiempo importantes núcleos poblacionales. Los pueblos eminentemente negros se formaron en las zonas costeras y bajas, donde proliferó el cultivo del cacao y se requirió la concentración de mano de obra negra. Pueblos como Taría, Cabría, Urama y Morón, en las costas centrales, tuvieron sus orígenes en capellanías de negros allí establecidas; así como Curiepe fue un pueblo fundado por negros libres.

5. ¿Habían cimarrones en los llanos a finales del siglo XVIII?
El hecho de que en los llanos venezolanos halla habido muchos cimarrones, no es indicador de que los mismos hayan fundado pueblos de cumbes o de rochela, como si lo hicieron en la zona Centro-Norte costera. En 1721 las autoridades reales calculaban en 20.000 los negros cimarrones en toda la provincia de Caracas, la cual llegaba hasta Puerto Miranda en las riberas del Apure. En 1786, José de Castro y Araoz decía que, sólo en los llanos, había unos 24.000 cimarrones. Según la misma fuente, entre 1794 y 1795 fueron capturados y entregados a sus amos unos 500 cimarrones. La lucha de las fuerzas productivas representadas por los esclavos negros, por los mulatos, negros libres, indios y toda aquella masa marginada de pardos que había ido aumentando cuantitativamente, enfrentada a los amos y terratenientes y que ya tenían gran poder económico y social; incentivaron, sin lugar a dudas, las rebeliones negras de finales del siglo XVIII. Desde el principio de la colonización fueron muchos los alzamientos de esclavos, pero en la segunda mitad del siglo XVIII, factores económicos, sociales e ideológicos incidieron sobre el auge de estos movimientos, haciendo cada vez más difícil el control sobre los esclavos.

6. ¿Cómo se ha insertado Guayabal en la historiografía venezolana?
La concepción de la historiografía tradicional ha colocado a Guayabal como un ancestral pueblo de cumbe, rochela o refugio de bandidos; por supuesto basada en los interesados argumentos de los atávicos “hateros” de la zona. Asimismo influyó la opinión del teutón Alejandro de Humbolt, la de Vicente Lecuna, para que algunos historiadores modernos como la investigadora Adelina Rodríguez Mirabal y Oldman Botello entre otros, compartan esta tesis.

6.1. El conflicto entre los hateros y los misioneros fundadores de pueblos en los llanos venezolanos.
Entre los encargados del poblamiento en los llanos de Venezuela y los hateros siempre existió el conflicto por la ocupación de estas tierras. Los hateros eran contrarios a todo intento de poblamiento en los llanos venezolanos. En el recorrido del obispo Marti por la zona de Camaguán en febrero de 1780 le fue insinuada la necesidad de fundar un nuevo pueblo entre Camaguán y Cabruta. A tal fin se escogieron las mejores tierras para fundar el pueblo, en unas tierras supuestamente realengas, a pesar de hallarse en el hato San Jerónimo. Cuando en 1780 se comenzó a fundar el pueblo, Don Sebastián Sánchez de Mier y Terán (hatero) se dirigió a los fundadores manifestándoles que esas tierras tenían dueños. Algo similar y mas grave ocurrió con San Fernando de Apure, población fundada el 28 de febrero de 1788, iniciando Mier y Terán inmediatamente a su fundación una querella contra sus pobladores; como consecuencia de este litigio, la Real Audiencia sentencia en el año 1790 a favor del hatero y ordena el desalojo de la población en pleno invierno (un mes de agosto de ese año); viéndose los vecinos forzados a recoger sus corotos y abandonar precipitadamente sus viviendas. En ese sentido habría que preguntarse ¿Cómo ha sido la evolución de los ejidos de San Fernando y Guayabal? ¿Hoy en día estas poblaciones poseen suficientes ejidos para impulsar sus planes de desarrollo?
¿No sería que los hateros, movidos por sus particulares intereses fomentaron la idea de que los primeros pobladores de Guayabal no eran pacíficos y laboriosos colonos, sino forajidos y por lo tanto había que rechazar la fundación de este pueblo?

6.2. La opinión del teutón Alejandro de Humbolt
La opinión de Humbolt, adversa a los fundadores de Guayabal, se puso de manifiesto en su visita al pueblo en el año 1800, .cita Botello…”El fundador se había igualmente mostrado bien poco delicado en la selección de los nuevos colonos. Muchos vagabundos de los llanos se habían domiciliado en Guayabal por el hecho de que los habitantes de las Misiones se libran del brazo secular. Aquí como en Nueva Holanda no se cuenta como formar buenos colonos sino en la segunda y tercera generación”…. (1) Humbolt, 1942, Pág. 271 citado por Botello en su obra Guayabal y Cazorla.

6.3. Adelina Rodríguez Mirabal y las rochelas
También Adelina Rodríguez Mirabal, se adhiere a esta tesis de Guayabal como pueblo de róchela. Sin la intención de descontextualizar sus argumentos (ella concibe las rochelas como producto de la lucha de clases y por lo tanto movimientos que coadyuvaron al futuro proceso de independencia). En ese sentido ella destaca que de esos grupos arrochelados en los llamados Llanos de Caracas, se formaron núcleos rebeldes que afectaron a los hatos (entiéndase movimientos contrarios al mantuanaje dueño de la inmensa e improductiva propiedad territorial)
….”A raíz de la conquista del llano y como reacción al cerco militar-civil que bordeaba los llanos , se generó un incremento en las rebeliones por vía de las rochelas, que se ubicaban en las periferias de los hatos principales y encerraban un contenido de clase, dado el régimen de represión a que estaba sometida la población móvil de los llanos”….. (2) Rodríguez Mirabal, Adelina en: Historia Económica Política y Social de Venezuela, Brito Figueroa. 1987 Tomo IV Pág. 1258. 6.4. Oldman Botello y las andanzas de Nicolás Ochoa en Guayabal
También Botello en su obra “Guayabal y Cazorla” comparte la tesis del teutón Humbolt. Refiriéndose a Guayabal como pueblo refugio de bandidos; en ese sentido saca a relucir como botón de muestra, las andanzas en esas tierras de Nicolás Ochoa, el bandolero calaboceño hecho leyenda, mejor conocido como “Guardajumo”.
…”Es un municipio autónomo cuya capital lleva el mismo nombre, ubicada a orillas del río Guárico. En el área donde sería fundado Guayabal estaban asentados numerosos hatos, donde se desenvolvía la vida llanera alrededor de unas casas, unos paloapiques, conucos y queseras. El sitio era llamado El Paso del Guayabal. De los hatos surgieron los pueblos con el peonaje y los indígenas. También las róchelas de negros, zambos y mulatos y algunos bandidos que buscaban los lugares tumultuosos para ponerse a buen resguardo y burlar las autoridades. La zona de bosques de galería a orillas de ríos y caños que median entre Guayabal y Cazorla favorecía tales menesteres. Por allí andaban Nicolás Ochoa (alias) Guardajumo”…. (3) Botello Oldman, Guayabal y Cazorla Pagina 17

6.5. Vicente Lecuna y la presencia de Boves en Guayabal
¿Cuánto tendría que ver la presencia de Boves en esta población, para ser estigmatizada por la historiografía como pueblo de róchela?
El 14 de febrero de 1813, fecha en que Vicente Campo Elías derrota al asturiano en Mosquiteros, el historiador German Carrera Damas, en su obra “Boves”, refiere que el malvado caudillo se fue a refugiar y a reorganizar su ejército en Guayabal. …”destruido el cuerpo principal de los bandidos , con cuyo apoyo han desolado los revoltosos los pueblos mas retirados y pacíficos, según Boletín del ejercito Libertador … La victoria había sido obra de la táctica y el arrojo de Campo Elías, emulo republicano de Boves…..atrayéndole por una falsa retirada -dice Cajigal- , rodeó después con las fuerzas que tenía ocultas toda la infantería de Boves y la pasó a cuchillo , con cuanta caballería cayó bajo su mano . Esta derrota puso a Boves en el caso de replegarse al pueblo de Guayabal, con los restos invisibles de sus tropas “…. (4) Carrera Damas, German Boves, Pág. 170
Continúa mas adelante Carrrera Damas, criticando a Vicente Lecuna, como propalador de la tesis de ser Guayabal refugio de bandoleros.
…” San Jerónimo del Guayabal , que fue fundada según Humbolt , por los misioneros capuchinos, era una Misión situada …cerca del río Guarico que desemboca en el Apure …nada fácil de gobernar y cuyo fundador que había establecido en la propia iglesia una pulpería en que vendía plátanos y guarapo, aceptó toda clase de hombres como colonos … Esta tolerancia condujo a que ….Muchos vagamundos de los llanos se habían domiciliado en el Guayabal , porque los habitantes de la misión no están bajo el brazo secular …En suma una guarida de bandoleros muy a propósito para que el mas grande de ellos se acogiese en la derrota y para que Vicente Lecuna generalice diciéndonos de sus habitantes …”estos bandoleros comunes a casi todos los llanos , mataban ganado para robar cueros, gozaban de impunidad en las inmensas sabanas y solían acudir a las misiones religiosas , donde no ejercía jurisdicción la autoridad civil, como la del Guayabal”… (5). LECUNA, Vicente La Guerra de independencia citado por Carrera Damas en Boves. Aspectos socio-económicos de la guerra de independencia, Pág. 170

6.5.1. ¿El Bando del Guayabal, invención de Lecuna para desprestigiar la causa del caudillo asturiano?
Carrera en su obra “Boves, Aspectos socio-económicos de la guerra de independencia”, critica a Vicente Lecuna, en cuanto a la metodología utilizada por el caudillo realista para atraer adeptos en la población de Guayabal, mediante el edicto que este supuestamente promulgó en esa población. . …”Si los pertrechos los obtiene de la base realista, los hombres ha de atraérselos con recursos capaces de superar el desaliento causado por la aparatosa derrota. Se opera así la primera, también, de las sorprendentes recuperaciones que caracterizaban la campaña militar del asturiano. Sus fuerzas renacen contra toda esperanza y confianza de sus enemigos, cuyas explicaciones de semejante portento machacan incesantemente sobre el atractivo de la incitación a la rapiña y la depredación. Así, ya en este momento el resurgir se produce …concediendo Boves a sus soldados todo género de pillajes y premios a los peones y esclavos que presentasen a sus amos.
Los procedimientos empleados por Boves en este momento, han dado origen a la cuestión historiográfica que se conoce como “El Bando de Guayabal” , Su formulación la hace Vicente Lecuna , cuando afirma que para atraer gente a sus banderas el caudillo de los llanos de Caracas promulgó un bando en el Guayabal en 1 de noviembre…. De inmediato hace el autor la siguiente observación… Desgraciadamente no se conserva el texto del famoso bando…lo cual no es obstáculo para que Lecuna resuma ….”Decretaba la muerte de los adversarios especialmente de los criollos blancos y la confiscación de sus bienes para repartirlos a los soldados de la justa y santa causa del Rey…Para poder hacer tal cosa, Lecuna se apoya en que…Así lo expresan varios autores realistas “… (6) Carrera Damas, Boves Págs., 172-173
Sin embargo Oldman Botello en “Guayabal y Cazorla” cita el bando del Guayabal . ….”el 14 de octubre de 1813, después de la derrota que le infligió su paisano Vicente Campo Elías en Mosquiteros, al Este de Calabozo, se refugió en Guayabal donde rehizo sus tropas. En esa población emitirá una de las ordenes mas terribles que jefe alguno pueda impartir. Tiene fecha 1-11-1814 y dice así.
…”D. José Tomas Boves. Comandante en Jefe del Ejército de Barlovento Por la presente doy comisión al Capitán José Rufino Torrealba para que pueda reunir cuanta gente sea útil para el servicio y puesto a la cabeza de ellos , pueda perseguir a todo traidor y castigarlo con el ultimo suplicio; en la inteligencia que solo un Credo se le dará para que encomiende su alma al Criador, previniendo que los intereses que se recojan estos traidores serán repartidos entre los soldados que defienden la justa y santa causa y el merito a que cada individuo se haga acreedor , será recomendado al Sr. Comandante general de provincia . Y pido encargo a los comandantes de las tropas del Rey le auxilien en todo lo que sea necesario. Cuartel General de Guayabal, Noviembre 1 de 1813 “….(7) Botello Oldman “Guayabal y Cazorla” Págs. 36-37.
Por supuesto habría que consultar además las obras de Miguel Acosta Saignes, Carlos Irazabal en “Venezuela, esclava y feudal“y “Hacia la democracia”. ¿Qué es un bando?, es una orden un edicto; en el caso especifico del supuesto Bando del Guayabal, es la orden que Boves imparte a sus seguidores de ejecutar y confiscar los bienes de los adeptos a la causa patriota. Comparto la tesis de Carrera de que el mencionado edicto es un nudo histórico, por cuanto, hasta ahora el mismo no ha aparecido y sostengo la hipótesis que la guerra de independencia no solo se limitó a los campos de batalla, sino que esta cruenta guerra se prolongó a lo ideológico; en ese sentido, Vicente Lecuna (bolivariano incondicional) inventa la tesis del terrible documento hecho por Boves en Guayabal el año trece: Es decir, como los patriotas habían creado el terrible Decreto de Guerra a Muerte (15 de junio de 1813), el cual concluye con la frase …”Españoles y canarios , contad con la muerte, aun siendo indiferentes , si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”…aunque ya anteriormente en la ciudad de Mérida. Bolívar el 8 de junio de 1813 en el desarrollo de la Campaña Admirable, Bolívar había anunciado …”Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte”… Don Vicente conocedor de tan terrible decreto y tal vez para justificarlo inventa el terrible Bando de Guayabal; queriendo significar que los patriotas tenían su Decreto de guerra a muerte; pero que también el bandolero Boves cinco meses después había proclamado el suyo (el 1 de noviembre de 1813).La cuestión es que según Carrera este documento no se ha encontrado.
Por supuesto Lecuna no solo quiso desprestigiar política e ideológicamente a Boves, sino que indirectamente se llevó por delante a los hijos de Guayabal. Debo expresar que los primeros contactos del asturiano con esta población fueron como comerciante, donde este pulpero radicado en Calabozo venía a comprar ganado y bestias.

7. Importancia del primer censo de población y ganadero en Guayabal.
En la Historia de Guayabal y Cazorla de Oldman Botello, destacan dos censos realizados en esa población, uno ganadero (1791) y otro de población (1797), de donde se puede inferir criterios contrarios a la concepción de pueblo de rochela.

Primera matricula o censo de población 1797.

Blancos 229
Mestizos 187
Indios 50
Pardos 281
Negros libres 43
Esclavos 269
Total 1.059

De igual manera Botello cita datos de un censo ganadero del año 1791, donde destaca la presencia en la zona de veinte (20) hatos y veintiséis mil ochocientas reses (26.800); siendo sus propietarios los hateros Juan Blanco, Nicolás Blanco y Jerónimo Blanco entre otros, ambos vinculados a los Amos del Valle de Caracas, por cierto, parientes de Doña María Concepción Palacios y Blanco.
De estos datos se puede inferir que aproximadamente había veinte y seis reses por cada habitante (26.800 reses repartidas entre 1.059 personas), es decir, que había mas vacas que seres humanos. Lo que quiero demostrar es que para manejar 26.800 reses se requería seguramente de una significativa cantidad de individuos dedicados a las labores ganaderas tales como: peones, encargados de hatos, caporales de sabana, becerreros, cabestreros, ordeñadores, queseros, amansadores, cocineras, etc. Es decir que cabe pensar que un alto porcentaje de esta población se dedicaba a labores propias del trabajo de hato ¿Por qué no? También otro porcentaje importante estaría dedicado a labores agrícolas en los numerosos minifundios (entiéndase conuco, que a pesar de ser un sistema de producción atrasado; con mucho orgullo defiendo y sostengo que es una buena herencia que nos dejaron nuestros aborígenes). Precisamente por ser el conuco un arcaico sistema de explotación de la tierra, obviamente serían muchas las personas ocupadas en tales faenas. Pero también quiero destacar que de acuerdo al censo de población de 1797, había una población de cincuenta indios, de los cuales muchos de ellos se dedicarían a la siembra de yuca amarga y a elaborar casabe; amén de confeccionar aripos (budares en lengua aborigen, de donde se deriva la palabra arepa) para tender las tortas, otros mas pequeños para tender arepas; además fabricarían otros utensilios como: tinajas, ollas y cazuelas. Tanto es así que actualmente la zona de la parroquia La Negra, Guayabal y Camaguán son productoras de yuca amarga. Por otra parte la fundación de Guayabal obedeció a razones estratégicas, dado que no había población entre Camaguán y la pujante Cabruta que se conectaba por el Orinoco con Angostura y también porque las aguas en el invierno inundaban la vía que iba de Camaguán a San Fernando de Apure; obstaculizando el contacto entre esta población y Calabozo; por lo tanto fue necesario edificar este pueblo desviando la ruta hacia el Este unos cuantos kilómetros (quise decir leguas) para mantenerlos permanentemente conectados. Así los viajeros en Guayabal tomarían la ruta al Sur por el Guarico, Apurito y Apure para llegar a San Fernando o a Arichuna, rumbo a Cabruta y Angostura hasta el Atlántico.
…”En su recorrido del obispo gMartí por la zona de Camaguán en su transito hacia Cabruta partiendo de dicha Misión en febrero de 1780, le fue insinuada la necesidad de fundar un nuevo pueblo porque no lo había entre los dos citados a pesar de la concentración de personas de todas las castas que laboraban en hatos, o a su vera se ha asentado con sus familias entre los ríos Guarico y Guariquito”…. Botello Pág. 19 A fines de 1794 Fray Tomás Bernardo de Castro recibió instrucciones de fundar un nuevo pueblo en el sitio más inmediato al Guarico. En el paso y puerto sobre el río y no lejos del hato San Jerónimo que va a dar nombre al pueblo en ciernes.

8.Cinco guayabaleros notables
El viejo refrán dice “para muestra basta un botón”, en este caso voy a mostrar cinco botones; me voy a referir a cinco personajes nativos de esta generosa tierra: Un medico, un sacerdote, una educadora, un militar y un poeta.

8.1. Julio De Armas Mirabal, Medico
Nace en Guayabal, un 25 de abril de 1908, sus padres Don Julio De Armas Matute y doña Juanita Mirabal de Armas. Fue becerrero, enlazador de orejanos y caporal de sabana en el hato de su padre. El 27 de julio en 1932 se graduó de medico cirujano Sunma Cum Laude, fue medico del Hospital Vargas y Rector de la Universidad Central de Venezuela, Ministro de Educación y Embajador en Argentina, proyectó el folklore, amante de la narración oral (oralidad). Escritor, por cierto entre sus libros destacan: La insalubridad rural en el Estado Guarico, Camino Real, Ensayo histórico de la ganadería en Venezuela., fue Presidente de la Academia de Medicina. El 18 de mayo de 1988 fue declarado hijo ilustre de Guayabal. Muere en Caracas el 4 de julio de 1990, a la edad de 82 años.

8.2. Serafín Cedeño Castillo. Sacerdote
Nació en Guayabal el 7-9-1870, hijo de Jerónimo Cedeño y Eloisa Castillo. Primo y padrino de María Nicasia Gamarra. . El 12 de marzo de 1873 es bautizado en la iglesia catedral de San Fernando. . Hizo sus estudios de sacerdote y se ordenó en la ciudad de Calabozo, donde hizo su primera misa, de allí paso a Ortiz donde ejerció su vicaría. También ejerció el sacerdocio en los Estados Barinas y Apure. Fue un sacerdote que practicó la caridad. Cuando murió fueron muchos los pobres que lo lloraron.. Hay una anécdota de él y es que en alguna ocasión instó a un gobernador apureño a que le quitara los grillos a los presos, que en aquella época acostumbraban a sacarlos por las calles: y que dicho gobernante en respuesta al pedimento del sacerdote ordenó a su secretario para que lo encarcelaran, pero el secretario amigo suyo, convenció al gobernante para que no lo encarcelara. Es decir Serafín Cedeño fue un cura liberal de ideas avanzadas y su apego a la libertad que tanto disgustaba al déspota de entonces Juan Vicente Gómez. Fue vicario de San Fernando. Muere en Apurito el 4 de febrero de 1925.

8.3. María Nicasia Gamarra Castillo. Educadora
Nació en Guayabal el 14-12-1873. Hija de José de Los Ángeles Gamarra y Ana Rosa Castillo, quienes deciden llevarla a San Fernando, donde vivía su tía Eloisa Castillo de Cedeño (madre de Serafín Cedeño). Su primera maestra fue Guillermina Salazar quien dirigía una escuela particular. En 1901, obtuvo su diploma en el Colegio Nacional de Niñas de San Fernando, donde llegó a ser preceptora..En 1906 fundó una escuela particular, donde se impartía clases desde el Kinmdergrten hasta cuarto grado. También enseñaba labores; la cual fue elevada a la categoría de Escuela particular con el nombre “Serafín Cedeño” e inscrita en el Ministerio de Educación. Entre los niños que fueron sus alumnos se destacaron: Pedro Elías Hernández, Eduardo Hernández Carstens e Italo Decanio D´Amico. A los 91 años el 8 de agosto de 1964, se le confiere la jubilación. El día del Educador de 1967 la Dirección de Educación Regional le impuso la medalla “Honor al Merito”. El 11 de enero de 1968 la Gobernación del Estado Apure, crea la Orden “Maria Nicasia Gamarra” para que fuera conferida a educadores de la región. El 21 de agosto de 1975 a la edad de 105 años, fue recluida en el asilo de Biruaca de Biruaca y el 6 de octubre de 1978, muere a la edad de 105 años.

8.4. Florencio Jiménez Madrid Militar
Nacido en Guayabal el año 1787 o 1798 y muere el año 1840- Héroe de la gesta emancipadora. La fecha exacta de su nacimiento no ha sido precisada. Hijo de Hermegildo Jiménez y Ciriaca Madrid. Recibe las primeras letras en Guayabal. Se cree que se incorpora al ejército patriota el año 1813 en la Campaña Admirable. Al caer la primera republica regresa a Guayabal, donde el año 1815 organiza un cuerpo regular de tropas. El grado de general de brigada, lo obtuvo después de Ayacucho. En 1819 comanda tropas al lado de Bolívar. Participa ese año en las batallas de Pantano de Vargas y Boyacá donde su hermano José Jiménez cae en combate.. Murió en San Fernando el 14 de enero de 1840.

8.5. Luís Barrios Cruz
Nació el 6 de febrero de 1898 en Camoruco españolero, muy cercano a Guayabal. Muy joven aproximadamente a los once años de edad, sus padres se mudan a Calabozo, donde apenas logro alcanzar el tercer año de educación secundaria, por razones económicas. A los veintitrés años funda los periódicos “Ecos de la Pampa” 1921; “Clavileño” 1924 y “El Diario” en 1926. A los 24 años recibe el primer premio en los “Juegos Florales” de Ciudad Bolívar”, realizados para conmemorar el centenario del poeta Juan Bautista Dalla Costa. En 1928 se traslada a Caracas, donde se destaca en el campo del periodismo y la literatura. Debuta como redactor del diario “El Universal”. Director de la revista “Elite”, del diario “Ahora”. Fue fundador y directivo de la: Asociación de Escritores de Venezuela, Ateneo de Caracas, Asociación Venezolana de Periodistas. Llegó a ser diputado a la Asamblea Legislativa (1920) y Senador al Congreso Nacional por el Estado Guarico (1938-1942). En su desempeño publico, fue jefe de Gabinete de Relaciones Exteriores, Director de Información del MRE y Director de la Biblioteca Nacional, cargo que desempeñó hasta su desaparición física. De su obra poética se halla: “Respuesta a las piedras” (1931); “Plenitud” 1941; “Cuadrante” 1944; “Romancero de la Coromoto” 1952; “Decoraciones” 1967. Se casó con Trina Díaz Méndez, de cuya unión nacieron ocho hijos. Murió el 1 de febrero de 1968.

CONCLUSION:

San Jerónimo de Guayabal fue fundado atendiendo a las normas del Derecho Indiano, concebidas específicamente para la fundación de pueblos; .mientras que los cumbes y rochelas eran pueblos creados de manera furtiva y anárquica por esclavos escapados de las plantaciones, para evadir el control de los amos blancos.. Asimismo Cumbe, cimarrón, rochela, mocambos y palenques aparecen en la historiografía venezolana como sinónimos para designar un grupo de negros o indios alzados y organizados en un pueblo fortificado, lejos del control del blanco, casi siempre en las montañas o en algún sitio desolado, donde formaban un núcleo humano sin más ley que la de sus propios integrantes. Por supuesto este no fue el caso de San Jerónimo de Guayabal, el cual fue fundado en acto público y por razones estratégicas (mantener conectados los pueblos de San Fernando –la otra Banda de Apure-, Camaguán, Calabozo, Cabruta y Angostura), amén de hacer el reparto de solares, reparto de tierras, construcción de una iglesia, Plaza Mayor, Casa Real y cárcel de acuerdo a las vigentes Leyes de Indias.

FUENTES:

ACOSTA SAIGNES, MIGUEL. Vida de los esclavos negros en Venezuela. Valencia: Vadell Hermanos, 1984.
BAUTISTA ROJAS, Yunis. “Luís Barrios Cruz: Llano y poesía Ponencia en el Primer Encuentro de Cronistas, Historiadores e Investigadores en Guayabal 30 de mayo de 2009”. En el centenario de su nacimiento. Págs. 8.

BOTELLO, Oldman Historia de Guayabal y Cazorla.

CARRERA DAMAS, Germán Boves aspectos socioeconómicos de la guerra de independencia, Ediciones de la Biblioteca UCV, Caracas, , Págs.

CASTILLO LARA, Lucas Guillermo. Apuntes para la historia colonial de Barlovento. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1981.

FUNDACION POLAR, Diccionario de Historia de Venezuela, formato digital.
GUERRA CEDEÑO, Franklin. Esclavos negros, cimarroneras y cumbes de Barlovento. Caracas: LAGOVEN, 1984.

domingo, 27 de septiembre de 2009

EN LA CATEGORÍA ENSAYO EDGARDO MALASPINA OBTUVO PREMIO LITERARIO DE LA FEDERACIÓN MÉDICA

El Dr. Edgardo Malaspina obtuvo el Premio Andrés Eloy Blanco que otorga cada dos años la Federación Médica de Venezuela. El galardón, mención ensayo se le otorgará a Malaspina por la biografía del poeta Ernesto Luis Rodriguez denominada “El Último Juglar”.

En esta obra, publicada en edición de lujo de Sacven, se aborda la vida del bardo de Zaraza en todas sus etapas desde que salió de su pueblo natal al abandonar la escuela para buscarse su sitio en la historia de la literatura nacional y universal por sus universidades que fueron las calles y el roce con la gente humilde.

Malaspina afirmó que le debía este trabajo al autor de Rosalinda. “Él me obsequió todos sus libros y algunos manuscritos, y yo le prometí escribir un esbozo biográfico Ahora veo cumplido ese compromiso con la memoria del más ilustre poeta popular venezolano de la segunda mitad del siglo XX. Con este libro, junto a los ensayos sobre Argenis Rodruiguez y el doctor Julio De Armas, creo contribuir con mi granito de arena a la difusión de los valores que representan la guariqueñía”, expresó Malaspina.

En la convocatoria anterior Malaspina obtuvo el mismo galardón pero en la categoría Poesía.

El premio lo recibirá Malaspina, junto a los otros galardonados en las restantes categorías en la ciudad de Barinas, en la LXIX Reunión ordinaria de la Federación Médica el 26 de octubre del año en curso.

Nota: Para ver con nitidez la imagen aplique uno o dos click sobre ella

lunes, 21 de septiembre de 2009

Douglas Buaiz

Daniel R. Scott


La por demás dolorosa partida de Douglas Buaiz, bella y noble personas de esas que ya no se encuentran dentro de los insensibles hormigueros humanos, me cerco de repente, como una emboscada enemiga, y no miento que al enterarme de la infausta noticia, algo de mí y de muchos se nos fue con él también, porque cuando un joven prometedor de la inestimable calidad humana y con la cortesía de otros siglos parte para el siempre ineludible viaje misterioso que todos realizaremos algun día, inevitablemente algo de nosotros también fenece y se va. Es así. Todos morimos un poco. Nos sentimos disminuidos aunque el dule recuerdo del que se va de alguna manera nos hace más grandes.
¿Qué puedo decir del buen amigo Douglas que ya su hermano, ( quien lamentablemente no pudo asistir a las exequias de su hermano por causas mayores ) no hay dicho en un conmovedor escrito que nos envió vía internet? Se trata de un conmovedor escrito de Yuri Buaiz, que además de darnos una reseña de la trayectoria y las peripecias ideológicas del amigo que se nos fue, asimismo es una joya de esas que salen de la parte más noble del corazón humano y que solo pueden engendrar el verdadero amor filial. Yo por mi parte digo: Más que su profesión, donde supo destacarse con la inteligencia que le es caracteristica a su familia, siempre me llamo la atención su calidad humana sin tizne moral, el saludo amable sin rastros de hipocresía, su apreciación justa de la vida y de las cosas, la bondad natural que era el reflejo y adorno de su rostro y el cual inspiraba confianza a todo aquel que se le acercara a él como amigo.
¿Y qué decir de su familia, los Buaiz, a quienes papá y yo solíamos visitar de contínuo, y con quienes se enfrascaba a disertar o contradecir amablemente temas de carácter político o ideólogico? Despues de la caída del Muro de Berlín papa le hizo notar no sin poca malicia a Yuri el supuesto fracaso del comunismo, a lo que él contesto: "Es que ellos no eran comunistas, Comunista soy yo." Una familia de esas que ya no se ven, que aún no se ha tragado la desgarradora postmodernidad, a la que solemos aplicar el cliché de los de "La San Juan de Ayer", de aquellas que te dan la bienvenida con gesto afable, amplia sonrisa y una humeante y tradicional taza de café. Estas familias ya se extinguen.
Unos quince o diez dias antes de su deceso, un domingo por la tarde, viniendo yo de no sé donde, me encontré a mi amigo Douglas. Venían de una parcela. Despues del acostumbrado saludo saturado de amabilidad y mucha humildad ( una de sus cualidades por excelencia ) me preguntó que como estaba, con la virtud sagrada de su afecto y, acto seguido, me invitó a su casa. "Tienes tiempo que no pasas," me dijo. "Acercate por allá para que te tomes una taza de café y hablemos un rato." Yo le respondí que iría y les mandé por su intermedio saludos a su familia, pero algunas minucias domésticas y laborales me impidieron ir y heme aquí ahora, lamentandome. A veces ignoramos cuan estúpidos podemos llegar a ser al no darle la importancia que ciertas cosas y personas se merecen.
Es de noche, la noche del último adios, como dicen los poetas y camaradas. Veo lágrimas y flores por doquier. Observo condolencias en rostros más confundidos que compungidos. ! Es que era tan joven! ¿Por qué se nos va una vida que es juventud, promesa, proyecto de vida? Justamente lo que no debemos preguntar. Camino hacia el féretro. Me asomo con cierto temor. ¿Qué veré? Preferiría recordarle vivo. Lo contemplé por largo rato. Seguía siendo él. Las virtudes no habían abandonado. Se negaban abandonar su faz. Seguia siendo él y hasta esperé que me hablara.
Parecía el escultórico perfil de una estatua griega.
18 Septiembre 2009

Imagen tomada de http://linch.wordpress.com/2007/04/19/adios/

FOTOGRAFÍAS DE LA HISTORIA

El poeta e ingeniero Enrique Mujica y el periodista y cronista de la ciudad Argenis Ranuarez en el auditorium de la Casa de la Cultura de San Juan de los Morros (Foto: Ilio Colmenárez)(Jeroh Montilla. Si desea ver con más nitidez y detalles la fotografía, haga click sobre la misma)

Dámaso Figueredo, vegas de Guardatinajas

VOZ DE BARRANCO Y SABANA


Alberto Hernández


** El tono de los arrieros: la quejumbre de la tarde de potros cerreros, amadrinados por la mirada de ese llano que se pierde a cada rato, es la señal de Dámaso Figueredo más allá de todos los intentos por amistarse con las sombras.

** Desde Guardatinajas, en las caramas del río Tiznados, se siente la voz de quien regresa a diario a sus calles y solares. En Maracay, mientras tanto, soñó la semblanza de la eternidad.


Seguramente cantaba algún pájaro sabanero en el momento del alumbramiento de María Nicomedes, allá en el hato “Merecurito” en 1939, y de seguro fue así porque la criatura –pocos años después- comenzó a imitar el canto, los tañíos y las distintas voces del monte, ese tan amado y tomado de sorpresa por el niño Dámaso Figueredo, hijo de José Antonio Robles.

En las luces de adentro, en los rastrojos y apagados fogones de la sabana. En la marca del oso hormiguero, o en la mirada del cunaguaro, en la niebla del miedo, donde la cacería y el arreo imperan, Dámaso advirtió la danza de la canoa y la fiebre nerviosa de su río Tiznados, una mancha serpentina –casi detenida- que el llano atajó en Guardatinajas.


Más caminos


A la señal de la mirada, majado el becerro: la voz en falsete por ser muchacho “sin garganta aún”, Dámaso pasó alambres por lo bajo y supo de los atascos de animales en los barrizales del Tiznados, por los lados de “las Ventanas”, llamado sitio de Pueblo Nuevo, por ese afán de aventura pionera. La copla y la fiesta en los patios tenían en este hijo del campo terreno abonado para el desafío del verso improvisado. Cómo lo miraría la madre o el viejo Robles al entonar con voz recia la rutina de la faena, o los sinsabores de una dolencia, en medio de los caminos solitarios, llenos de sol o luna, señales para el largo trecho del silencio. Cómo se descubriría él mismo sacando el grito, la voz que corre sobre la piel del caballo, o sobre los saltos de la canoa que cruza sigilosa el lomo pesado de esa culebra amarilla, o los barrancos de La Atahona. El diablo de Florentino lo retó varias veces. Dicen que Agapito Medina podía dar fe de este asunto.


Río adentro


Dice mucho el río. Y éste lo nombra desde adentro. Dámaso lleva los pies cubiertos del barro de las orillas, la mirada como de paisaje lejano en una tonada ronca, conversadita, que está a punto de reventar mientras mira a lo lejos a Agapito, canoero equilibrista, de piernas cambas, arqueadas para el reto del agua y sus bestias, hundiendo en el cieno del coporo y la palometa el silencio de su travesía. Lleva los ojos puestos en la tarde que se agacha detrás de los chaparros. La mano derecha espanta los insectos del aire. Ha cachilapeado en San Antonio, fundo de Pedro Sosa. Supo de Andrés Delgado Jiménez y Gregoria Orozco en la bondad de sus palabras, en Santa Bárbara. Madrugó la leche y la natilla, el cincho y el canto de ordeño en las empalizadas de Corralito y en Los Araguaneyes, donde Nicolás Llovera comenzó a perder la vista mientras las garzas aturdidas se enlazaban en el cielo. Y el río siempre allí, en el mismo sitio, de frente: de un lado, la sabana acostada entre caños y rozas; del otro, Guardatinajas con Agustín Linares y Ángel López, entre amanecidas y versos improvisados. Dámaso se traía el río en los oídos, con todo su silencio. Por eso cuando cantaba la corriente viajaba en la conversación de sus canciones. Lento, revelado en las caramas, en los descansos del babo.


Viene cayendo la tarde…


Dámaso pudo decir –como lo dijo- que era hijo de la tarde, porque de ella venía, como en el poema de Vicente Gerbasi, venido de la noche. Viene desde La Atahona, con la fresca conversa de Gregorio Jiménez, Ignacio Parra y otros agricultores que hicieron horas sobre el surco, bajo sol inclemente de Guárico. Pero faltaba mucha historia para encontrarlo en Aragua. Faltaba mucho oírlo cantar con ese dejo mesurado, alejado de abusos contra su campesina tenencia, para decir desde la desnudez de su origen: “Viene cayendo la tarde en Guardatinajas”, y despedirse y hacerse leyenda en esquinas y madrugadas, en su veguera insistencia.


Otros caminos


En Maracay, porque ya el llano no era –como él mismo decía con nostalgia- se moría e medio de la más impune de las majaderías de politiqueros y recién avispados.

El río se le perdió todo en la ciudad. Sin embargo, allí estaba su memoria para hacer versos y letanías de Las Galeras de El Pao, o una elegía para Blas Ruiz, el Chicote del llano, un homenaje a la brega y al silencio de los agraciados del polvo último.

Las cuerdas de Lionzo Vera, Cándido Herrera y Eladio Bolívar llevaron por esos pueblos fiesta y bordón en la aguda mirada de Dámaso y Rafael Martínez, Rafael Bastidas, María Carrizales para el contrapunteo, ese entre la vida y la muerte, para descifrar también a Orlando Araujo, llanero del piedemonte barinés.

El camino postrero de Dámaso Figueredo se leía –el tiempo y el descuido lo borraron- en la puerta de entrada a Guardatinajas: “La soga que se revienta corriendo mismo se empata”, la metaforización de un silencio que tiene continuidad en cada verso que se oye por allí, desgaritado en plena sabana, como buscando gente, como buscando el río.


Dámaso “resucitado”


Años después de la muerte de Dámaso, mi amigo el músico Telésforo Naranjo, integrante del Cuarteto, lo oyó cantar a las orillas del río. Telésforo se encontraba de pesca con unos amigos cuando de pronto escucho los rasgueos de un cuatro y la voz de Dámaso entre los mogotales. Llevado por la curiosidad, Naranjo se internó en el monte y encontró a Dámaso sentado, recostado de un árbol, cantando. “Me quedé tieso, pero tuve la osadía de acercarme y saludarlo”. Entonces Dámaso se levantó y saludó al inoportuno. De la misma estatura, bastante moreno, el hombre se acercó al otro y le aclaró: -Yo soy José Figueredo. Sí, hermano de Dámaso”. Entonces se armó la fiesta, tomaron y pescaron juntos en medio de las canciones de Dámaso.

Mi también amigo José murió hace poco, impregnado del sudor del tiempo. Lleno de la voz que siempre lo paseó por esos montes de Dios.

jueves, 10 de septiembre de 2009

El viejo Titán de Ortiz

José Obswaldo Pérez*





LOS FANTAMAS DE LA GUERRA siempre andaban rondando por los cuartos de las viejas casas de Ortiz. La guerra, decía don Arturo Rodríguez, fue otro de los males que afectó la prosperidad de la localidad. “Fue como otra plaga más”, sentenciaba. De él oímos los cuentos de la Guerra Federal como leyendas favoritas de la abuela Evarista Moreno Vilera. Ella, tan gustosa de hablar, contaba las hazañas vandálicas de Martín Espinoza, el terrible sanguinario que creó zozobras en los Llanos. De las locuras de un tal Pedro Aquino; de las acechanzas de Vicentino Hurtado, en los lados del Palmar de Paya. O las malhechorías de los encarbonados del Tiznados y Ortiz.

De esos fantasmas de la guerra debió don Arturo Rodríguez haber oído de su abuela el de Caicamaro. Un ser sumergido, en mutismo zamarro, convertido en leyenda. Una analepsis o flashback nos lleva, en amena conversación, a la fábula de ese personaje desconocido de la memoria histórica orticeña. Todo comenzó con una entrevista al poeta, en el solar de su casa bajo unas matas de mangos y con el fondo de una cortina natural de cantos de pájaros que no extraviaron las palabras del conversador.

Ya estaba envejecido. Aquella mañana bajo por la calle hasta llegar a la plaza del pueblo. Cruzó la diagonal y siguió hasta el edificio donde funcionaba el Cuartel General, ante las miradas esquivas y curiosas de los parroquianos que lo veían embelezados, sin ni siquiera una sonrisa se mostrara en aquel rostro hierático, casi fantasmal. Era Caicamaro, llamado el Titán de Ortiz. Un ser extraño, quien mataba a sangre fría y sin conciencia política. Era un alma fría, calculadora; jamás llegó a soñar en cosas hermosas. Para él sólo la guerra tenía valor y un significado de existencia.

- Era un individuo – decía Arturo – que, a ciencia cierta, no se sabía qué era. Si un jefe de partido, un jefe de guerrilla, un cuatrero o bandolero.

- No se sabe – volvió a responder Arturo-. Pero, si se puede decir que era un hombre de mucha valía.

Cabalgaba la llanura con sus veinte hombres, saciados de vida y revolución. Corría sobre el lomo e’ pelo de su caballo zaino, entre pedregosas colinas y serranías circunvecinas del pueblo de Ortiz. Iba como el viento, sin rumbo fijo, echando plomo a cualquier movimiento sospechoso de enemigos o no enemigos. Así era aquel hombre, misterioso y místico. Algunas veces se mantenía con los godos y otras ocasiones con los amarillos, levantando proclamas a favor de Ezequiel Zamora, el Héroe del Deber Cumplido.

Arturo describe a Caicamaro como un hombre de mediana estatura, de pelo liso y ojos negros. Dicen que era oriundo de San Francisco de Tiznados. Pero nadie ha podido comprobar esto.

La última vez que estuvo en Ortiz fue para despedirse. Murió a toque de desguello, una bala se le atragantó en la garganta. Sus manos estaban sangretadas, cuyas huellas dejo grabadas en las paredes de una casa de alto, sede del Cuartel General, testimonio que recoge el poeta orticeño don Arturo Rodríguez en este verso:


“Sobre la página gris,

de paredes

dejó su herencia de sangre,

El Titán del viejo Ortiz

sobre tumba ignorada,

cayó su orgullo llanero.

Sin ningún adiós postrero,

Ni lágrimas derramadas.

Se hizo leyenda su fama

Y se perdió en la lejanía

Repitiendo en el eco clama

Fue jefe de gran valía”


*José Obswaldo Pérez, Nativo de Ortiz. Es licenciado en Periodismo egresado de la Universidad Central de Venezuela. Cuenta estudios de especialización en Gerencia Municipal. Magister de Historia de Venezuela y actualmente es aspirante a doctor en Ciencias de la Educaciòn en la Universidad Rómulo Gallegos.

Fotografía tomada de http://www.flickr.com/photos/13270037@N04/1360905151/

sábado, 5 de septiembre de 2009

BIBLIOGRAFÍA BÁSICASOBRE LA HISTORIA DE VALLE DE LA PASCUA


DR. FELIPE HERNÁNDEZ G.

PROFESOR TITULAR

UNESR. Núcleo Valle de la Pascua.



En los últimos treinta años, el interés por el estudio de la Historia Regional y Local ha cobrado una relevancia de importancia, esta necesidad la han puesto de manifiesto los habitantes de las comunidades, entendidas como tales, desde las grandes ciudades, los pueblos y caseríos, hasta las localidades más humildes o apartadas. Nos referimos a ese interés por conocer sobre el devenir de los espacios geográficos donde vivimos, donde ha transcurrido y transcurre nuestro acontecer y el de nuestros mayores. Es común que las personas que viven en una comunidad se pregunten ¿Qué era esto?, ¿Cómo era?, ¿Quiénes fueron los primeros que aquí llegaron?, ¿En qué año?, ¿Cómo llegaron?, ¿Por qué vinieron para acá?, ¿Por qué se llama así?, ¿Quién le puso el nombre?, etc.

Es la vocación por la pequeña historia, por la historia parroquial o la historia de campanario, como la llaman algunos, porque su límite alcanza hasta donde llega el tañer de las campanas de la iglesia, o hasta donde llega el radio de acción de la cotidianidad de cada individuo, representado ese espacio por lo que comúnmente se considera como propio, porque ahí están los afectos, los recuerdos, lo que nos identifica, lo que se ha alcanzado en la vida: mi casa, mi calle, mi escuela, los afectos, la bodega, el mercado, donde están los vecinos, que a su vez son mis amigos, es decir, donde transcurre la vida en el día a día, el acontecer, y así, a medida que se van develando incógnitas, se van ampliando los límites y el interés por nuevos descubrimientos.

Tomando como referencia las premisas expuestas, como habitantes de esa comunidad pujante, conocida como: VALLE DE LA PASCUA, capital del municipio Leonardo Infante del estado Guárico, llamada indistintamente de manera cariñosa: La ciudad de palma y sol, capital económica del Guárico, encrucijada de caminos, y hasta de manera pretenciosa y figurada: La princesa guariqueña o la princesa del llano venezolano; en alusión a títulos de nobleza que no tuvo por ser pueblo de formación espontánea en torna al hato, la res y la posada donde pasar la noche durante el período colonial y hasta bien entrado el siglo XX, aunque meritorio porque es una manera de expresar amor y valoración a este terruño, que ha llevado a otros a poner en boga la expresión “Como La Pascua no hay”. Todos esos calificativos son válidos, puesto que con ellos sólo se expresa un sentimiento de identidad y arraigo, que motiva a sus mejores ciudadanos a reconocerla y reconocernos, haciendo de ella la ciudad que todos aspiramos.

En este caso, ante ese interés por conocer e investigar sobre la historia de Valle de la Pascua, les presentamos un muestrario aproximado de una bibliografía básica para su estudio.


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CÁMARA DE COMERCIO Y PRODUCCIÓN DEL DISTRITO INFANTE ESTADO GUARICO. (s/f): Boletín del Ejército 2º, de Oriente. No. 1. Parte Oficial de la Batalla de Valle de la Pascua. Boletín Informativo.

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El Motor de aire desafía la segunda Ley de la Termodinámica. Invento de un guariqueño.