FELIPE
HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista de Valle de La Pascua
El martes 20 de marzo de 2012, falleció en Caracas el capitán
de fragata Pedro Medina Silva, guariqueño, nacido en Valle de la Pascua el año
1924. Estudió para maestro normalista, y luego entró a la Marina donde alcanzó
el grado de capitán de navío. Haber sido maestro le dio la connotación de
humanista que caracterizó su vida. Siguió de cerca el desarrollo político del
país postgomecista y tomó partido con la natural vehemencia de un verdadero
combatiente que con sus razones y su buena fe, conjugó una visión que consideró
correcta dado el momento histórico que vivía Venezuela.
Medina Silva, conjuntamente con el
capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez comandó el alzamiento de Puerto Cabello
(El Porteñazo), el 02 de junio de 1962 y luego fundaron las FALN (Fuerzas
Armadas de Liberación Nacional), junto a los partidos de izquierda y algunos
militares de la época.
Por su participación en El Porteñazo fue
sentenciado a 26 años de cárcel, y a dos años más por haber involucrado en los
actos conspirativos a sus subalternos, sentencia que lo llevó a decir: “De aquí en adelante conspiraré con los
almirantes”. Estando preso en el Batallón Carabobo, siguió sus luchas
escribiendo sus proclamas en un periodiquito que bautizó “El Cimarrón”, y que por carecer de una máquina escribía a mano.
Trasladado a la Isla de Tacarigua o
Isla del Burro, suerte de infierno, donde los zancudos, las moscas, los malos
olores y el trato despiadado de los guardias conformaban un verdadero infierno.
De este lugar escapó el 24 de diciembre de 1963, con ayuda de algunos
compañeros de cárcel y de oficiales activos simpatizantes de su proyecto, junto
con él también escapan el mayor Manuel Azuaje Ortega, Gastón Carvallo y Germán
Lairet.
Siguieron años de lucha clandestina, que
lo llevaron a ocupar el cargo de comandante general de las FALN en Julio de
1964, cuando fallece en la cárcel el capitán Ponte Rodríguez, actividad que
desempeñó sin tregua alguna hasta el momento de deponer las armas al considerar
que “esa guerra había terminado”. Participó
en Vietnam al lado de Ho Chi Min y del general Vo Nguyen Giap. Luego en China
conoció a Mao y en Corea a Kim Il Sung.
En enero de 1966, en Cuba participó en
la Conferencia Tricontinental ocupando una de las tres vicepresidencias en representación
del continente americano, relacionándose con Fidel Castro, Salvador Allende y
otros líderes de la izquierda mundial.
Después de ese periplo, a muchos años
de distancia y sin evadir su responsabilidad, Pedro Medina Silva expresaba, que
“el idealismo que inspiró aquella lucha,
no alcanzó ningún éxito tangible y naufragó en la esterilidad de errores
tercamente cometidos”. Sus críticas a ese proceso las expresaba sin
resentimientos ni amargura y consideraba que el proceso de pacificación constituyó
“el fin de una coyuntura histórica”,
que lo llevaron a deslastrarse de todo prejuicio ideológico, a rechazar por
principio la intolerancia y la arbitrariedad y a ver en el diálogo y la
discusión constructiva el mejor camino para el entendimiento. Preceptos que
convierten a este guariqueño en un claro
ejemplo de la dignidad, la justicia y la tolerancia.
Valle de la Pascua,
abril de 2012.