Hace algunos años Arturo Ávarez D’Armas se apartó un poco de las viscerales avenidas caraqueñas, se acercó muchísimo entonces a estos parajes de insolación que son los llanos que se despliegan entre Guárico y Apure, le dio por iniciar otra trashumancia, un vagabundeo distinto. El deseo ya no es extraviarse para redescubrir extraños rincones citadinos, ahora es enfrentar a este otro mundo donde la naturaleza tiene intención literaria, su crueldad, su euforia y su belleza muy bien pueden terminar en una metáfora, no hay dejos de existencialidad, ni ironías. El llano es una carta desplegada, alguien desde una remota dimensión nos escribe, coloca las huellas en la tierra ciega por la resolana de abril. Hoy Arturo nos entrega estas imágenes de la Iglesia Humildad y Paciencia de Camaguán, pueblo guariqueño, irrevocablemente íngrimas, emblemáticas. Madera, yeso y la ingenua estridencia de los tintes, amalgamados con suavidad para recrear una adolorida carnalidad que aun, dos mil y diez años despues pretende repetir, en el recodo de siete dias, el gesto de redimirnos.
Jeroh Juan Montilla
Nazareno.31-03-2010
Jesús en la columna. 31-03-2010
Detalle del Santo Sepulcro. 31-03-2010