José Obswaldo Pérez
En la sección montañosa de Tiznados,
entre la estribación de la Serranía Interior y galeras, se definen desde los
siglos coloniales-según nos cuenta el periodista e historiador José Obswaldo
Pérez en este artículo-, una importante microrregión cafetalera y azucarera que
estuvo establecida aquí hasta finales del siglo XIX.
Introducción
En
Venezuela,
para 1830, prevalecía la
gran
propiedad de las haciendas dedicadas
a los
cultivos de café, cacao y caña de azúcar; los
dos
primeros rubros fueron los dos principales productos
de
exportación de la economía nacional a lo largo del
siglo XIX
y principios del XX. Mientras, el último estaba dedicado
al mercado interno a través de la producción de papelón y el aguardiente de caña.
Estas unidades de producción, por lo general, estaban
ubicadas
en las zonas costeras o en valles cercanos a la misma región central del país.
Más tarde, su intensificación
Por
otra parte, la mayor parte de la historiografía del país considera al café como
protagonista principal de la economía venezolana del siglo XIX. Sin embargo, el
café fue introducido en Venezuela por la región de Guayana, a principios del
siglo XVIII, y su explotación se inició en el valle de Caracas, Aragua y, por
último, en las lomas cerreras del norte de Guárico, a partir de la década de
1780 (Depons, 1960; p.39). Tiempo cuando se comenzó a su comercialización y se
impulsaba una nueva diversificación de las actividades económicas de las
haciendas. Una de las razones de la presencia de este cultivo en las laderas
montañosas de Tiznados, región noroccidental de Ortiz, tenía que ver con tres
condiciones ventajosas de labranza: a) su menor costo de producción, b)
posibilidad de utilizar suelos de secano y laderas de montañas, y c) alta
capacidad de almacenamiento; la cuales favorecieron su arraigo como rubro de comercialización. (Izard, 1960: 192).
De
modo que el presente estudio consiste en determinar y caracterizar desde una
visión geohistórica el paisaje agrícola en la Sierra de Tiznados, ubicada en la
parte noroccidental del Distrito San Francisco de Tiznados del Departamento
Bermúdez, especialmente, con la fundación de haciendas de caña y café en el
siglo XIX, para finalmente inferir su estructura espacial con criterio de
totalidad en un plano coherente y sistemático. En este sentido la
investigación es tipo documental
cuali-cuantitativa y descriptiva, inmersa desde la perspectiva del cambio
permanente, como parte de un análisis
histórico presente-pasado-presente.
El
contexto agrícola tiznadeño
La microrregión de Tiznados -que forma
parte de la subregión de Guárico- se ubica en una zona transicional entre la
sección oriental de la serranía interior y los llanos, en marcado en el final e
inicio de una ruta ganadera (Ortega, 1992; p.52). Esta situación geográfica la
con- vierte en una área favorable no solamente para la actividad pecuaria sino
también agrícola, pues como señala Ortega “ se trata de un valle largo y
estrecho, de cerro bajos y alargados conocidos como `galeras` que se elevan
entre 70 a 250 metros sobre las tierras adyacentes, un clima tropical o
caliente de sabana, con una temperatura
media anual de 26
o 27ºC y dos periodos más o menos demarcados: uno seco que va de diciembre a
abril y uno húmedo de mayo a octubre, con una precipitación media anual entre
900 y 1.600mm”(ídem).
Dentro de este espacio se halla el Valle
de la Sierra de Tiznados, una sección ubicada en el distrito de San Francisco
de Tiznados del Departamento Bermúdez y, desde la primera década del siglo XIX,
se observa como un área agrícola donde se alternaban paisajes o “imágenes” de
cultivos de caña de azúcar, añil y frutos menores como los del café o de la
caraota.
Es pertinente acotar que, la producción
de añil permanece como actividad de relativa importancia en la economía local
hasta poco tiempo después de 1840 cuando es desplazada irreversiblemente por el
café. Dentro de este escenario la actividad cafetalera se desarrolló en el
binomio plantación-conuco como base de la hacienda dedicada, principalmente, a la
producción agrícola vegetal. Tomamos en consideración la categoría hacienda
como “una unidad productiva generadora de patrones de organización social y de
relacionamiento político, como a un patrón de ocupación del territorio”
(Carvallo y Ríos de Hernández, 1977; p.507).
En estas fundaciones de producción, el
hacendado cultivaba determinados rubros agrícolas demandados por el mercado
local, nacional o internacional, con una inversión de capital y patrones tecnológicos limitados,
la mayoría de las veces acompañados como ya se dijo de una economía de
subsistencia representada por las plantaciones-conuco. La siembra del cafeto se
extendió a casi
todas las haciendas, en algunos casos ocasionando cambios en el uso de
las tierras, elemento principal para estructuración de la ocupación
territorial. No obstante, la cría de ganado y el cultivo de cafetos, constituía
las dos actividades dominantes de aquella área geográfica. Un informe del
administrador de la Real Hacienda de Villa de Cura y San Sebastián de los
Reyes, Diego de Bota, en 1795, daba cuenta no sólo de la vida social de la zona
sino de la actividad económica que se desarrollaban. De acuerdo con Bota, citado
por Botello (2007; p.43), en esta parte montañosa se cultiva maíz, añil, caña
de azúcar y, además, se criaba ganado y bestias.
El
auge del café en siglo XIX
Como ya hemos planteado el café (Coffea arabica) fue introducido en
Venezuela por la región de Guayana Británica, a principios del siglo XVIII, y
su explotación se inició en el valle de Caracas a partir de la década de1780
cuando comenzó su comercialización. Sin embargo, esta planta de origen abisinio
(es decir, procedente de Abisinia o Etiopía, país
africano que se sitúa entre el mar Rojo, Sudán, Kenia y Somalia; pero,
particularmente, en el antiguo reino de Kaffa, como lo ha explicado el escritor
e investigador venezolano de la cultura africana Arturo Álvarez D´Armas) tuvo una breve decadencia motivada por la
guerra de Independencia y se retomó su cultivo hacia 1820. A partir de esta
fecha desplazó al cacao como el principal producto de exportación, extendiéndose
por la región central entre los valles
de Aragua, tierras altas de Miranda, hasta penetrar a mediados del siglo XIX en
la región de Guárico.
Al parecer en las haciendas originadas
de mercedes y composiciones concedidas en el siglo XVII, en la región serrana
de Tiznados, se estimuló su siembra al lado de la caña de azúcar; así como en
las que se fundaron a finales del siglo XVIII, a partir de tierras para el
cultivo de añil, y en las que se crearon en el siglo XIX, con el objeto expreso
de cultivar café. De tal manera fue en la mitad de este siglo, cuando comenzó
como actividad expansiva de la Venezuela agro exportadora, siendo en esta zona
del Departamento Bermúdez, donde se desarrolló y donde alcanzó su manufactura
no sólo para las necesidades de sus habitantes sino para el intercambio del
comercio entre los centros de consumo. En 1873, la producción por este rubro
llegó alcanzar los 2.000 quintales anuales (Castellano, 1973; p.138). Por otra
parte, las contribuciones fiscales recaudadas por este concepto por la
Tesorería General de Guárico, durante el primer trimestre de 1878, alcanzaban la cantidad de 173 venezolanos.
Cuadro No. 1. Contribución Agrícola por concepto de
café, 1878
|
|
Enero
|
143
Vs
|
Marzo
|
24
Vs
|
Abril
|
3
Vs
|
Mayo
|
3
Vs
|
Total
|
173
Vs
|
Fuente:
Comunicaciones de la Subprefectura de Distrito Parapara, 1878
|
Según el Primer Censo de la República,
realizado en 1873 por disposición del General Antonio Guzmán Blanco, en esta
microrregión existió un total de 18 hacienda dedicadas al cultivo del café,
caña y añil, todas ubicadas en la Sierra de Tiznados, lugar de clima semiárido
montañoso donde la tierra es labrada por una clase social mestiza,
indoafricana, muy diferente a la antigua aristocracia agraria dominante del
siglo XVIII venezolano. Esta clase es la burguesía comercial que surge a la par
de este producto con la constitución de un proletariado rural incipiente y que,
según el escritor e historiador Adolfo Rodríguez (2014) influirá “ en los
asuntos de poder en Calabozo a partir de 1863”.
Sumado a lo expuesto, el cultivo del
café predominará más tarde como una actividad económica dominante y desde
finales del siglo dieciochesco, este rubro había alcanzado su presencia en la
zona alta de Tiznados, donde se impulsaba la diversificación del sector
agrícola. No sólo las grandes plantaciones adquieren importancia para la
economía regional sino también las pequeñas y medianas propiedades de
producción con base en el conuco. Como dejan ver las fuentes, estas posesiones
se encontraban principalmente en los sitios del Valle de La Plantilla, donde se
ubica la Hacienda San Antonio Pereño, en la jurisdicción de San Francisco de
Tiznados “donde se cultivan café y menestras fundamentalmente” (Botello, 2009).
Asimismo se hallan las haciendas Platillón y Cerro Pelón, unidades de
producción cafetalera entre la Sierra del Tiznados y Villa Cura, espalderas de
San Juan de los Morros. También, las haciendas como “San Pedro de la Platilla”
y La Trampa se dedicaron más allá de la tercera década del siglo XX a la
actividad cafetalera.
Cuadro
No.2. Actividades agrícolas en el
Departamento Bermúdez, 1874
|
||||
DISTRITO
|
HATOS
|
QUESERAS
|
HACIENDAS
|
CONUCOS
|
Santa
Rosa
|
2
|
93
|
---
|
522
|
Las
Mercedes
|
---
|
11
|
---
|
163
|
San
José de T
|
6
|
58
|
|
708
|
Parapara
|
2
|
61
|
36
|
546
|
Sn
Fco. Tiznados
|
3
|
69
|
18
|
916
|
TOTAL
|
13
|
292
|
54
|
2.945
|
Fuente: Apuntes
Estadísticos del Estado Guárico, 1967;p.139
|
Del cuadro número 2 se puede inferir que
la hacienda de caña y café predominaba geográficamente, en primer lugar, en el
distrito Parapara, con 36 unidades de producción; y, en segundo lugar, en el
distrito San Francisco de Tiznados, ambos jurisdicciones del Departamento Bermúdez,
con 18 haciendas para un total de 54 unidades de producción. Podría sostenerse
la demostración de una incipiente diversificación de las actividades económicas
en la Provincia de Guárico y sus jurisdicciones departamentales que responden,
en todo caso, a factores y condicionantes geohistóricos específicos.
En el caso del Departamento Bermúdez, la
hacienda se concibe dentro de la conceptualización de un área espacial dinámica
e influenciada por centros de consumo interno. A pesar de que estos dos rubros
no aparezcan como un reglón fundamental, ya que predominaba una economía
conuquera que alcanzaba a unos 2.945 conucos y otra derivada de la industria
láctea, como las queseras que llegaban a unas 292 unidades de producción.
CUADRO
No.3. Productores de Café ubicado en la
Posesión La Platilla, 1876
|
|||
NO.
|
PRODUCTOR
|
SITIO
|
DISTRITO
|
1
|
Manuel
Bolívar
|
Glorieta
|
Parapara
|
2
|
Rafael
Báez
|
Bilbao
|
|
3
|
Rudecindo
Ramírez
|
|
|
4
|
Isabel
Requena
|
La
Piedra
|
|
5
|
Víctor
Requena
|
|
|
5
|
Rito
Requena B
|
|
|
6
|
Evaristo
Pérez
|
Picacho
Blanco
|
San
Francisco
|
7
|
Carmelo
Navarrete
|
|
|
8
|
Miguel
Ceballos
|
|
|
9
|
Ascensión
Ceballos
|
|
|
10
|
Francisco
Pérez
|
|
|
11
|
Josefa
Pérez
|
|
|
12
|
Agapito
Cerpa
|
|
|
13
|
Antonio
María Ceballos
|
|
|
14
|
Juan
utrera
|
|
|
15
|
Encarnación
Silva
|
|
|
16
|
Emilio
Pérez
|
|
|
17
|
Lorenzo
Riobueno
|
|
|
18
|
José
Antonio Requena
|
|
|
19
|
Antonio
Olivero
|
|
|
20
|
Salustiano
García
|
|
|
21
|
Eulogio
Bolívar
|
|
|
FUENTE:
Registro de la Prefectura Civil del Departamento Bermúdez, 1876.
|
Según el cuadro No.3, existían un total
de 21 productores de café distribuido en cuatro sitios en la Sierra de
Tiznados, entre ellos se mencionan Glorieta, Bilbao, La Piedra y Picacho Blanco.
Los tres primeros pertenecen a la jurisdicción del Distrito Parapara y el
último al Distrito San Francisco de Tiznados. Este era la jurisdicción con
mayor número de cultivadores, en total unos 16 productores cafetaleros.
Como se
desprende de los datos analizados, en los años 70 figuraba la Sierra de Tiznados como un foco atrayente de
fundaciones de café- la mayoría ubicadas en Platillón-, las cuales alcanzaban
una superficie total de siembra de unos 89 mil 300 árboles. Entre los caficultores
con mayores plantas de cafeto cuenta Carmelo Navarrete, nativo de Ortiz y con
hacienda fundada de 20.000 matas. Le seguía Antonio María Ceballos, de Villa de
Cura, con 12 mil plantas; Juan Utrera, de San Francisco de Tiznados, con 11.000
y Encarnación Silva con 8 mil. El resto lo componían pequeños plantíos entre
1.000 y 4.000 árboles, como se observa en el
cuadro No.4.
CUADRO
4. Pequeños cultivadores de café,
Distrito de Sn Fco de Tiznados, 1876
|
|||
NO,
|
PPRODUCTORES
|
ORIGEN
|
ARBOLES
|
1
|
Evaristo
Pérez
|
Caracas
|
4.000
|
2
|
Antonio
María Ceballos
|
Villa
de Cura
|
12.000
|
3
|
Juan
Utrera
|
San
Francisco
|
11.000
|
4
|
Encarnación
Silva
|
“
|
8.000
|
5
|
Lorenzo
Riobueno
|
|
4.000
|
6
|
Antonio
Requena
|
“
|
3.000
|
7
|
Ignacio
Bolívar
|
|
2.000
|
8
|
Jesús
Rojas
|
|
2.000
|
9
|
Gumersindo
Utrera
|
|
3.000
|
10
|
Antonio
Juan Zerpa
|
|
3.000
|
11
|
Antonio
Zerpa
|
|
1.000
|
12
|
Antonio
Olivero
|
|
2.500
|
13
|
Carmelo
Navarrete
|
Ortiz
|
20.000
|
14
|
Ramón
Nieves
|
San
Francisco
|
4.000
|
15
|
Eulogio
Bolívar
|
|
3.000
|
16
|
Andrés
Bolívar
|
|
3.600
|
17
|
Salustiano
García
|
Parapara
|
2.000
|
18
|
Galletano
Zerpa
|
San
Francisco
|
2.600
|
19
|
Juan
Olivare
|
San
Francisco
|
2.600
|
TOTAL
|
89.300
|
||
FUENTE:
Registro de la Prefectura Civil del Departamento Bermúdez, 1876.
|
El
cultivo de la caña de azúcar
Otra de las actividades agrícolas es el
cultivo de la caña de azúcar (Saccharum
officinarum) que se desarrolla en el siglo XIX, como producto de la
diversificación de la economía local. Sin embargo, es poco y dispersa la información
sobre la presencia de este rubro en la primera mitad del siglo XVIII,
particularmente, en nuestra área de estudio. Sin embargo, el informe del
administrador de la Real Hacienda de Villa de Cura de 1795 testimonia sobre la
explotación de este vegetal en Tiznados, a finales del siglo dieciochesco. Pero
fue, hacia la mitad del siglo siguiente, cuando adquiere auge en el paisaje
Tiznadeño y otros entornos de la microrregión de Ortiz, como da cuenta Ramón
Páez en Escenas Rusticas en Sur América
o la Vida en los Llanos de Venezuela (1973) al citar pequeños sembradíos en
la zona para consumo local. También una relación mensual del mes de marzo de la
Subprefectura de San Francisco de Tiznados, en el año 1876, como se observa en
el cuadro No. 5, muestra cómo los cultivos estaban ordenados en tablones de
distintas medidas generalmente de 6.900 metros cuadrados que era la superficie
aproximada de un tablón, los cuales rendían un producto neto entre 200 y 240
pesos anuales. Los tablones contiguos están separados por una avenida o camino. En el Distrito San
Francisco de Tiznados existían nueve (9) tablones de caña distribuidos en cinco
sitios geográficos de la Sierra de Tiznados, entre los que se menciona San Pablo,
Platanal, Bartolo, Hollito y Mocundo. En estos lugares se encuentran un total
de siete cañicultores, entre los cuales se hace referencia a los hermanos José
y Ángel María Caballero, Nemesio Herrada, Concepción Acuña, Julián Núñez,
Leandro Breto y Felipe Tovar.
Hacia finales del siglo XIX, la riqueza
agrícola de la sección Guárico, según el tercer censo de Venezuela de 1891,
estaba distribuida en seis distritos, en los cuales se puede observar el número
total de plantíos de café, caña de azúcar y cacao. Además de los totales de
trapiches y alambiques existente en la entidad. En primer lugar, el cultivo de
café constituía el rubro más destacado para ese año en la región, con 437
sembradíos de cafeto. Siendo el distrito Monagas el primer productor con 227
plantaciones; le sigue el distrito Independencia con 172 sembradíos y por
último, Roscio con 38 plantíos.
En segundo lugar, el cultivo de la caña figura
como otra de las siembras más destacadas a finales del siglo XIX, cuyas cifras
de unidades productoras alcanzaba 158, en todo Estado Guárico; siendo Monagas,
Crespo y Roscio las poblaciones con mayores plantíos. Por último, la siembra de
cacao geográficamente se ubica sólo en el distrito Monagas, una de las zonas
más significativa de este rubro con cuatro grandes sembradíos.
NOMBRES
|
TABLONES DE CAÑA
|
SITIO
|
José
Caballero
|
1
|
San
Pablo
|
Ángel
María Caballero
|
2
|
“
|
Nemesio
Herrada
|
2
|
Platanal
|
Concepción
Acuña
|
1
|
Bartolo
|
Julián
Núñez
|
1
|
1
|
Leandro
Breto
|
1
|
Mocundo
|
Felipe
Tovar
|
1
|
“
|
Total
|
9
|
|
FUENTE: Registro de la Prefectura Civil del
Departamento Bermúdez, 1876.
|
Finalmente, en el
censo referido, hay dos columnas con cifras relacionadas con el uso del
trapiche y el alambique, como elementos tecnológicos para el procesamiento de
la caña de azúcar. El trapiche consistía en un molino exprimidor, compuesto
generalmente de tres cilindros o masas, de madera o hierro. Existía de dos
tipos trapiches: aquellos movidos con fuerza animal, llamados trapiche o
ingenio de mula y aquellos movidos por fuerza hidráulica
o trapiche de agua. Estos últimos se generalizaron, pero en el paisaje
geográfico guariqueño convivieron ambas tecnologías. En total había 107
trapiches, siendo el distrito Monagas la localidad que ocupa el primer lugar
con 57 ingenios, seguido de Roscio con 18 e Independencia con 10. Los restantes
distritos Crespo, 9; Zaraza, 8 e Infante 5.
Por otra parte, los alambiques era la
maquinaria necesaria para la elaboración del aguardiente. Su uso era común en
casi toda la totalidad del Estado, como se observa en la columna referida en el
cuadro No.5, donde se desprende un número de 61 unidades destiladoras de bebida
espirituosa; pero, también, se aplicaba en las medicinas. Monagas era el
distrito con más alambiques en la región, con 43; Independencia, 7; Roscio y
Zaraza, cuatro cada uno e Infante, tres.
CUADRO
NO.5
Riqueza agrícola de la Sección Guárico,
1891.
|
|||||
DISTRITO
|
PLANTÍO
DE CACAO
|
PLANTÍO
DE CAÑA
|
TRAPICHE
|
ALAMBIQUE
|
PLANTÍO
DE CAFÉ
|
Crespo
|
---
|
42
|
9
|
---
|
---
|
Roscio
|
---
|
21
|
18
|
4
|
38
|
Monagas
|
4
|
60
|
57
|
43
|
227
|
Infante
|
---
|
10
|
5
|
3
|
---
|
Zaraza
|
---
|
14
|
8
|
4
|
---
|
Independencia
|
---
|
11
|
10
|
7
|
172
|
Total
|
4
|
158
|
107
|
61
|
437
|
Fuente: Tercer Censo de Venezuela, 1891;pp.546-547
|
Conclusiones
Los datos documentales que hemos
aportados y la reconstrucción histórica realizada, nos permiten algunas conclusiones
que, esperamos, sean de alguna validez para hilvanar algunos elementos
fundamentales de la historia de las plantas comestibles en Venezuela y
especialmente en la microrregión de Tiznados, en el Estado Guárico. Es sobre la
base de este tipo de aportes que será posible reconstruir nuestra historia
agrícola, y otras historias afines ligadas a nuestras prácticas culturales.
Hemos argumentado sobre fuentes documentales primarias dispersas en archivos
locales, las cuales nos proporcionan informaciones tempranas sobre la presencia
del cultivo de café y de la caña de azúcar en Tiznados. Esta geografía de siembras
de café y caña de azúcar se debió en gran parte a una política dirigida a
impulsar una nueva diversificación de las actividades económicas en la región
para aprovechar mercados y nuevos negocios, además de las tradicionales
actividades pastoriles.
Dentro de este orden de ideas, el
cultivo del café en la zona alta de la Sierra de Tiznados contribuyó al proceso
de privatización y estructuración de la propiedad de la tierra. En primer
lugar, la extensión de espacios agrícolas con el aumento del número de
haciendas de café significó un germen de capitalismo comercial y usurario en
estrecha relación con el mercado interno y exterior. En segundo lugar, la
importancia que alcanzó en la economía local las posesiones de café con base en
el conuco, las cuales representaban relativa interdependencia entre ambas.
En cuanto a las haciendas de caña de
azúcar se organizaron en función de un mercado local para obtención de dos
productos principales: papelón o panela y aguardiente. Esta peculiaridad de
tecnología, productos y mercado se va a mantener e incrementar hasta finales
del siglo XIX, cuando son más numerosas las referencias históricas sobre el cultivo
de la caña de azúcar y se destaca la organización y producción de grandes
haciendas cañeras, especialmente en la región centro-costera en las cuales la
tendencia dominante parece haber sido hacia la producción de papelones para los
mercados locales.
En lo que respecta a la tecnología
utilizada en las haciendas de caña de azúcar, aparecen importantes innovaciones,
motivadas por el relativo auge económico que se produce en la segunda mitad del
siglo XIX y por la posibilidad de satisfacer un mercado interno y hacer de la
producción de derivados de la caña de azúcar un negocio rentable.
Bibliografía
consultada
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MORROS. Documentos varios.
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España: Crítica.
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BOTELLO OLDMAN (2009). Retazos de Historia. Maracay: Edición
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