Lic. Andrés Scott Peña (*)
Dentro de las poblaciones que componen al llano venezolano existe muchos individuos talentosos, que por sus inclinaciones, ya sea artística, cultural o literaria se convierten en iconos de un sentir. Es así como, de los municipios del Estado Guarico, Zaraza ha destacado por ser la cuna de insignes literatos, políticos, músicos, escritores y artistas. No en vano se denominó acertadamente como la ATENAS del Guarico.
Con los años se desempeñaría, Don Salvador Itriago Sifontes, como abogado, diplomático, promotor y gerente cultural.
El pináculo de su carrera lo alcanzaría al ser designado como el primer gerente general de la Fundación Teresa Carreño, máxima referencia de la cultura nacional. Este es el caso de Don Salvador Itriago, quien fue oriundo de la Zaraza de antaño. Nació el 11 de mayo de 1917. Para entonces su Zaraza natal se constituyo como la vanguardia en cuanto a su aporte humano de carácter cultural. El Estado Guárico, se presentaba ancho y generoso dando, en cada relincho indómito de sus corceles, un fresco aliento a las letras nacionales.
Don Salvador Itriago, fue hijo del Matrimonio Itriago Sifontes. Su padre fue Don Salvador Itriago Chacín, hombre recio que comprendió la importancia del estudio y el cual siempre dio apoyo irrestricto a los anhelos progresistas de sus hijos.
Por su madre, Doña Trina Sifontes Arreaza de Itriago sintió especial afecto, marcando esta su personalidad y su forma de ser hasta el final de sus días.
Fue Don Salvador el cuarto hermano de seis vástagos que conformaran esta noble familia llanera. Sus hermanos fueron nombrados Francisco Hilario, Pedro Miguel, Rosario, Tobías y David. En su infancia se imprimiría el amor por el llano venezolano. Sus primeros años de vida transcurren entorno a las haciendas de cría de ganado en su pueblo natal, así como en el colegio del bachiller Arreaza, hasta el año 1928, cuando la familia se trasladó a Caracas.
En la capital prosiguió sus estudios en el Colegio La Salle hasta graduarse de bachiller. En esta época recibió clases de violín con el profesor José Lorenzo Llamozas. Destacando por su jovialidad y su seriedad que le imprimió a sus estudios. Ingresó a la Universidad Central de Venezuela a cursar estudios de Derecho.
Al culminar sus estudios de pregrado comenzó a trabajar en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Asumiendo su carrera una gran humildad en el hecho de que ingresa en un cargo de bajo rango. Con el correr del tiempo asciende y a través de sus conocimientos demuestra su alta valía en el campo legal. Durante un largo tiempo se dedicó a su oficio de abogado, adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Realiza estudios de cuarto y quinto nivel en la Universidad de Michigan, sobre legislación mercantil interamericana, los cuales profundizó luego con un Doctorado en Ciencias Políticas. En esa oportunidad profundizó su amistad con el doctor Armando Travieso Paúl, presidente de la Asociación Venezolana de Conciertos, (AVC) institución fundada en 1940 con el objetivo de auspiciar el movimiento musical del país.
De regreso en Venezuela trabajó en el Ministerio de Obras Públicas y luego en el Ministerio de Relaciones Exteriores, a partir de lo cual es enviado como primer secretario en la embajada de Venezuela en el Reino de Bélgica y España.
Su actividad formal en la promocionó cultural comenzó a finales del año 1954, cuando luego de retornar a Venezuela es nombrado secretario de la Décima Conferencia Interamericana, evento muy importante.
Unos meses más tarde, de ese mismo año 1954 contrajo matrimonio con la Señora Sonia Santaella Díaz. Hombre de familia y ejemplo de cariño filial, siempre tuvo palabra acertada y cariño a flor de piel para su familia.
De esta unión conyugal nacieron cinco hijos, los cuales son: Salvador Pedro, María de la Trinidad, Francisco Hilario, Pedro Miguel y María del Rosario. En la actualidad se han constituido en referencia de estudio y honradez en la sociedad venezolana.
Durante un largo tiempo se dedicó a su oficio de abogado y asesor jurídico de importantes firmas y compañías, lo cual abandonó para dedicarse a la labor cultural. Entre las mismas se cuentan la línea Aeropostal Venezolana, el bufete de abogados Coles, los escritorios jurídicos Itriago Gimón y Valera & Asociados, los automercados Cada, la Compañía Anónima de Teléfonos de Venezuela CANTV.
Desde el año 1947 era miembro de la Asociación Venezolana de Conciertos, llegando a ocupar el cargo de presidente hasta sus últimos días.
Junto a Armando Travieso Paúl, Armando Scannone, William Werner organizó la temporada de ópera del año 1960, experiencia que se va a repetir en los años venideros con la incorporación de otra personalidades, tales como Gustavo Rodríguez Amengual, Frank Briceño Fortique, Alfredo González Izquierdo, Ariel Severino, Mercedes Chocrón, Miguel Rodríguez.
Gracias a él vinieron al país destacadas personalidades, tales como Zubin Metha, Rodolf Nureyek, Fernando Bujones. Incentivando con apasionado afán el desarrollo cultural de Venezuela. Su desempeño cultural y su estatura como acucioso abogado, quien abandono su profesión para dedicarse al apostolado de la cultura nacional.
Con su obra, su conducta y su estudio se constituye, este baluarte cultural en digno hijo de zaraza, enalteciendo nuestro gentilicio llanero.
Es gracias a él y a Gustado Rodríguez Amengual (entonces presidente del Centro Simón Bolívar) que la idea inicial de una sala de conciertos para la Orquesta Sinfónica Venezuela, se convierte en una sala de usos múltiples, siguiendo así el sueño de la AVC de darle un gran teatro a Caracas.
Don Salvador Itriago Sifontes fue el fundador del “INSTITUTO NACIONAL DE ESTUDIOS FRONTERIZOS” junto con Pablo Ojer, Eugenio Debellar, Rafael Valery y Roberto Pérez Lecuna, y del Colegio Integral El Ávila, que funciona bajo el concepto de educación integral.
Seria durante su gestión, como exponente cultural de Venezuela, que se dio paso a la construcción del Teatro Teresa Carreño, inaugurándose oficialmente, a pesar de no estar culminada totalmente la edificación a finales de la década de 1970.
Se formaron los grupos de trabajo para constituir una línea de acción cultural que revolucionara todo lo conocido hasta entonces. Siendo los grupos o cuerpos estables de ballet y el coro quienes serian creados en primer lugar. Se destino para su selección y contratación de bastantes recursos y tiempo. El grupo de Ballet de la Fundación se creó en Agosto de 1979, los cuales bajo la dirección del maestro argentino Rodolfo Rodríguez, se encargaron de coordinar una obra tan egregia como: “GISELLE”, con la cual debutarían en el marco del II FESTIVAL DE CARACAS.
Igualmente se creo el Coro de Ópera, el cual seria inaugurado el 19 de septiembre de 1979. También debuta en el II Festival de Caracas con la ópera SEMIRAMIDE, conducido, en forma precisa y magistral por el maestro Vicenio Giannini.
Debe ser destacado que Don Salvador Itriago Sifontes le imprimió a todo el proceso creativo su sello personal de pasión por la cultura, mística de trabajo e innovación en cuanto a los esquemas administrativos usados, que si bien fueron subvencionados en gran medida por el estado involucro a una gran parte de patrocinantes comerciales de Caracas.
Fue por órdenes del Maestro Salvador Itriago que se procede a la prepararación de los equipos técnicos necesarios para garantizarle al TEATRO TERESA CARREÑO un flujo de liquidez monetaria que respaldara en el tiempo su funcionamiento. Es así como se crea la Asociación Amigos del Teresa Carreño. Este órgano estaría integrado por aportes filantrópicos de fundaciones, personajes particulares y de los ingresos propios del teatro en la ejecución de sus actos y funciones. Muchas de las empresas y clientes a los que el Dr. Salvador Itriago presto sus servicios legales y jurídicos fueron convencidos por este para que apoyaran tan noble tarea cultural.
De igual manera bajo su dirección se auspició la creación del Ballet Contemporáneo de Cámara dirigido por María Eugenia Barrios. Lo primero cobra vital importancia para la historia del espectáculo en Venezuela, pues es la primera experiencia de institucionalización de los oficios técnicos en el sector. Debe ser destacado que antes de esa experiencia no se contaba con una preparación cónsona y reconocida de quienes asumían el espectáculo como su industria y como su fuente de ingresos, siendo este sector marginado de la asignación de recursos oficiales para llevar a cabo su labor.
El doctor Salvador Itriago, rememorando esos años iníciales de la Fundación argumentó que: “Se pensó en una Fundación que fuera totalmente apolítica para que el teatro no estuviese sometido a los vaivenes de la política y que su personal estuviese cambiando constantemente para darle pues una continuidad…. Esa intención se cumplió durante los primeros años del Teatro, o sea antes que el Teatro comenzara a funcionar. Antes de que éste comenzara a funcionar a nadie le interesó el Teatro Teresa Carreño.”
A partir de la dirección de Don Salvador Itriago en el Teatro Teresa Carreño se dignifico el trabajo cultural y artístico, otorgándole un sitial merecido en el desarrollo idiosincrático, no solo de la capital de la república, sino de la nación toda. Esta era una idea que compartían todas las personalidades vinculadas a la configuración del proyecto inicial. Para entonces, el presidente del Centro Simón Bolívar, doctor Gustavo Rodríguez Amengual, explicaba las razones que motivaron la creación de la Fundación Teresa Carreño y las cuales de haberse seguido otro sería el estado de esta infraestructura que llegó a su cuarto de siglo: “Se hizo porque nosotros pensamos que el complejo no debía estar manejado por el Estado ni como se manejan los teatros Nacional y Municipal.” En ese sentido colocaba el ejemplo de Lincoln Center de Nueva York, del cual decía “tiene siete salas distintas, algo infinitamente grande, y pertenece a la ciudad de Nueva York y a empresa privadas; tiene una junta directiva que maneja el Teatro (similar a la FTC) y además una organización que promociona y contribuye a recabar fondos para la programación (equivalente a Amigos del Teresa Carreño.” Prosigue el doctor Rodríguez Amengual: “En el Colón de Buenos Aires sucede lo mismo; tiene un directorio y también la Scala de Milán que tiene directorio autónomo. Es decir, nos acoplamos a lo que ha funcionado en el mundo entero. Si lo maneja el estado estaría sujeto a la política.”
La actividad de Itriago en el desarrollo cultural la prosiguió colaborando junto a Evencio Castellanos y Renata Tomaselli en la fundación de las ORQUESTAS JUVENILES, de la ESCUELA W. J. STAR, la ESCUELA DE MÚSICA JOSÉ LORENZO LLAMOZAS, EL IDÉA (EL CENTRO DE ARTES INTEGRADAS), proyecto premiado en la UNESCO como el único proyecto que promociona el concepto de las artes integradas.
Muere este magistrado de la cultura nacional en el año 2004 a la edad de 87 años. Su gran estatura artística siempre se vislumbrara a pesar del correr de los años. Sería su amor por las artes, su gran capacidada administrativa y su estricta honradez a la hora de manejar los recursos otorgados por el estado y los patrocinadores oficiales lo que han hecho del teatro teresa Carreño lo que hoy en día representa.
No puedo culminar sin acercar al lector el pensamiento de Don Salvador, quien diría con respecto ha como visualizaba a la cultura en Venezuela lo siguiente:
“Esta obra debe ser coherente, una completa síntesis, una máxima expresión, en la que no haya inquietud sin su correspondiente respuesta, un lugar donde el hombre sea explorador incansable e insatisfecho del sentido y la forma. Esta obra es para espíritus fuertes, decididos, convencidos de su necesidad, de su importancia. Para hombres que no desalienten la indiferencia y el escepticismo. La concepción del plan general debe ser tan mutante como el signo del tiempo.”
(*) DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS DEL LLANO DE LA UNERG.
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