jueves, 8 de octubre de 2009

HOY FIESTAS Y MAÑANA GALLOS (Parte 1)

Manuel Soto Arbeláez


Empiezo este artículo con el grito que daba el general guariqueño Joaquín Crespo Torres -Héroe del Deber Cumplido- cada vez que ganaba una batalla para animar a sus tropas; sin embargo me voy a apoyar en referencias para definir algunas de razas de gallos de pelea. Se sabe que las riñas de gallos finos fue por mucho tiempo un pasatiempo de caballeros en la acepción más amplia del término. En el Extremo Oriente, específicamente en la India, llegó a definirse el pasatiempo y una raza plumífera como “Old English Game”, aunque en el Reino Unido tales eventos están prohibidos. Allí el deporte de la sangre queda circunscrito a la caza de la zorra (¿Por qué tiene que ser zorra y no zorro? Sin embargo, hasta 1750 las riñas de gallos fueron permitidas en las islas británicas.

Mi estimado pariente zaraceño (nació en la ciudad del Unare en 1932, pero tiene más de 70 años viviendo en otros lares sin que disminuya su afición por las peleas de gallos doquier se encuentre), Miguel Alfonso Miranda Estrada es hijo y nieto de galleros, afición que es muy dilatada en el Oriente del Guárico. Él afirma documentalmente que “El gallo de combate es oriundo de Asia y Malasia y de allí fue difundido por todo el mundo, lográndose la formación de innumerables razas mestizas entre las que se destacan la Aseel (Asil), Calcuta, Española, Inglesa (Old English Game), Japonesa (Shamo), Bankiva, Sonnerati y otras derivadas como la cubana, mejicana, puertorriqueña, argentina, uruguaya, venezolana y otras donde se practique el pasatiempo”(..).

Dice Miguel Alfonso Miranda que “La raza Calcuta es originaria de la India tomando del malayo sus principales características: un animal alto, esbelto con un peso adulto entre 6 y siete libras, ie, 2.700 a 3.160 gramos. En la Argentina se le armó con espuelas (púa o puón) de acero haciendo huir a espolonazo limpio a todas las razas que enfrentó. Luego se tuvo que establecer que sólo se pelearan gallos de la misma raza. El Calcuta prefiere la lucha cuerpo a cuerpo con el cogote que le va creciendo a medida que avanza el combate y el rival lo castiga a discreción. Se enceguece con la furia del ataque sin dar ni pedir cuartel. En los careos nunca deja de picar. Es así como el animal fue adoptado por los gauchos para su cría; mas también es cierto que la espuela artificial argentina es demoledora. En vez de esa arma aguda ha debido utilizarse un puón más romo; pero también con esta arma el Calcuta es invencible debido a su estructura músculo-ósea. La espuela roma permite que la pelea dure más tiempo y sea menos sangrienta. Le argentina de acero hace que el desenlace de la riña sea más rápida y por lo tanto los programas gallísticos tienen más peleas y se mueve más dinero, cosa que no es del agrado de los verdaderos aficionados cuyo interés es el “deporte” no la lana, al decir de los mejicanos”(.. ).

Continúa el primo Miranda Estrada con su teoría sobre los gallos “Las razas llamadas nobles cada día son más escasas debido a la fiereza de los machos, por lo que los aficionados han buscado y obtenido razas mestizas menos exigentes en su cuido y que puedan ejercitarse al aire libre, cuestión esta que es muy difícil para el Calcuta u otro noble, debido a que prefieren la vida en la jaula donde puede transcurrir su vida en recogimiento, como un monje anacoreta. Tal vez sea por su sangre asiática que lo hace insensible a la fatiga, al dolor y a la muerte; es inaccesible a las emociones, no cacarea, ni alborota, no se asusta y corretea como el viejo peleador ingle rota, siendo inadecuado para la vida en completa libertad pasando su tiempo extra jaula junto a la casa, lo más cerca de la cocina, esperando del hombre el alimento que rehúsa buscarse por sus propios medios, que a diferencia de otras especies lo hacen mediante el picoteo a campo traviesa; es manso y familiar con su amo a quien sigue y acompaña como un amigo. La preparación para el combate dura semanas y hasta meses, debido a su propensión a crear grasa que para bajarla se necesita gran conocimiento del entrenador como el trabajo a mano, el coleo, el correteo, el ocho y todos los recursos para obligarlo a ejercitarse. Sólo se muestra voluntarioso para el floreo y estos deben menudearse pues no se descomponen en las “tropas” fuertes como sucede con el “Old English Game”, o con el Calcuta rebajado. Las hembras son poco ponedoras y los huevos son asalmonados. Se debe tomar en cuenta que los Indios (hindúes) no son propensos a exportar gallinas o huevos, sólo machos ya formados o en formación”(..). Continuará…

MSA Email: manuelsotoarbelaez@yahoo.com Los libros El Guárico Oriental 1, 2 y 3 en Librería La Llanera, calle Guásco frente a la Plaza Bolívar, Valle de la pascua.

Imagen tomada de http://www.blogodisea.com/category/sociedad/

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