El Liberal del 7 de noviembre de 1843 reporta el caso de María Serafina de la Cruz, de San Sebastián de los Reyes, nacida en 1713. Su fe de bautismo revelando un “extraordinario caso de tanta longevidad en los trópicos y en la condición infeliz de una sierva, la que continuaba en su perfecto juicio y razón hasta ahora poco que cayó enferma con una fuerte calentura y puéstose decrépita”.
Don Justo en uno de sus conucos. Fotografía de Adolfo Rodríguez
Mientras la Gaceta de Venezuela del 1º de septiembre de 1832 registra el caso de Antonio Rodríguez, natural de Villa de Cura, nacido en 1726, y su esposa Paula Custodia Pereyra de igual pueblo y diez años menos, casados en 1758, Ancianos ya cuando se declaró la Independencia. El periodista anota que “parecía natural que personas de tan avanzada edad quedasen apegados el 19 de abril a las instituciones españolas”. Pero ambos se identificaron con la revolución y cuando hubo que emprender el gran desarraigo de 1814, ante las bravas polvaredas del llano, emigraron a Oriente, tras el demacrado rostro del joven Bolívar. Y a pie. El de 88 años y ella de 78. Retornaron y pasando Paula en 1828 de San Juan de los Morros, con otra señora de 60 años, estando el río Guárico crecido, se ahogó la más joven, sobreviviendo Paula con sus 92 años gritando y asida de una rama. Antonio murió a los 106 años, con toda su robustez montando a caballo, intactos los sentidos y la lucidez.
¿Acaso hay una clave, en estas tierras del Guárico y el sur de Aragua, para sobrevivir más allá de las expectativas?
Don Claudio Sánchez cumple 110 años en 1979 en Altagracia de Orituco trabajando con una carreta. No bebía ni fumaba y nada lo agitaba según reportaje del periodista Víctor Pérez Pérez.
Valentín Requena alcanza cien en 1991 y de acuerdo con el periodista Ali Almeida, gracias a una fórmula de caldo de caraotas con arroz
Y ¨La abuela de San Juan” como la llamo Almeida en El Nacionalista del 9 de noviembre de 1980, a Doña Dominga Muñoz de González, celebraba 126 en su residencia familiar de la Calle La Gloria del sector La Morera de San Juan. Falleció tres años después en San Rafael de Orituco, donde había nacido el año en que el Presidente Monagas abolió la esclavitud. Como otras niñas del interior venezolano se forma en el recio trabajo campesino, pilando, planchando, cocinando, hilvanando la ropa con qué vestirse a sí misma y a los suyos. Supo, pues, de las revoluciones, cautiverios, pestes, cataclismos: ¨He visto tanto que ya casi no veo¨.
Antonio Ratia explica a Manara (1985) que “en ese entonces duraba la gente¡ Por lo menos, la señora llamada Doña Antolina Matos –que esa fue aya del Dr. Lazo Martí- murió aquí de cientodoce años.¡Figúrese¡ Aquí en Calabozo¡“,
Ahora es don Justo León, zaraceño, a cuyo centenario están invitando hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y choznos, este viernes 18 de junio del 2010, en Zaraza, con tanta claridad de vista y mente que ha comentado acerca de las características de una tataranieta que tiene en Europa. Fue conuquero, arreador de ganados y hombre de parrandas y garrotes, Es nativo de El Corozo, cerca de Zaraza y cifrando los noventa años nos dijo:
-Yo soy viejo bastante e verdad. Estoy dominao por los años.
Aunque jamás hemos visto esa actitud vencida en él ni siquiera ahora que volvimos a entrevistarlo acercándose a su primera centuria. No se resigna a templar el cacho, tal es la lucidez que le permite relatar hechos que se extienden más allá de mantiene de su nacimiento y un organismo lo suficientemente sano como para comer de noche cachapa con cochino frito.
Por chanza, presumimos, dijo una vez que él era fumador, tomador de caña, peleador, mujeriego y vagabundo. Y muchas cosas más como puede aún contar:
- Dios me dio ese poder
No es el único bendecido por la longevidad en tales mundos. Y entre sus familiares, cuenta que sobrepasaron los cien por El Cujial:
Justo y Visitación Mendoza hasta los 115
Justo Mendoza, quien sólo se bañaba si llovía porque “la cáscara guarda el palo”,
Tomás Ramón Mendoza 110, a quien le salió costra en los pies
La abuela de don Justo: Victoria Toro y los hermanos de ésta -Dionisio y Teodoro- que superaron los 100
Y más allá del Cujial, Pedro Aguilar, la misma edad-
Y hacia la Calceta, La Yegüera, por Masaguaro, Avelino Machado, hijo de Jesús Toro Balza y de Obdulia Machado, hasta los 110 años.
Y en Las Delicias, Lino Toro mas de cien
Habiendo conocido a Lino Castro, en Las Mulas, centenario también y a Fabián Maza de 120, quien decía haber combatido al lado de Bolívar.
Y a José Inés Pimentel, de la guerra de independencia también, nativo de Coro y fallecido en la quebrada de Ipire a los 120.
Los saldos de una inteligencia que quizá persiste en esos montes
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