Cronista de Altagracia de Orituco
Municipio José Tadeo Monagas
Estado Guárico
Doña Josefa María Ramírez está considerada como una heroína orituqueña. Su analfabetismo no le impedía identificarse con los objetivos de la independencia antihispánica. Fuerzas realistas, comandadas por Francisco Tomás Morales, la pasaron por las armas en la plaza pública de San Rafael de Orituco, quizás el día viernes primero de julio de 1814, junto con don Francisco Antonio Castro, su segundo esposo, y José Francisco Calzadilla, un hijo de su primer matrimonio, según Adolfo Antonio Machado, respetable cronista gracitano del siglo XIX. Ella demandó que ejecutaran primero a su marido porque dudaba de la convicción política de él, a diferencia de la suya que, aun antes de fallecer, la demostró gritando que la patria viviera. Su fama está asociada con el estoicismo que habría mantenido en el trance de la muerte segura y cruel y, sobre todo, por la exhortación que le habría hecho a su esposo para que muriese con serenidad en aras del patriotismo, de acuerdo con afirmaciones de Telasco Macpherson, historiador y académico de la décima novena centuria. La ejecución de aquellos tres personajes habría sido a machetazos por orden de Francisco Rosete (lugarteniente de Morales), quien los había detenido en Altagracia de Orituco, de donde eran vecinos. Macpherson añadió que fueron ajusticiados después de presenciar el asesinato de otros patriotas. Aquellas ejecuciones colectivas habrían conmovido intensamente a las comunidades orituqueñas.
2.- Una mujer peleona y un hombre inocente
Don Manuel Ramírez (¿pariente de la heroína?), quien fungía de Comandante Militar y Político del Valle de Orituco y Sub-delegado de la Real Hacienda, afirmó, el 18 de marzo de 1815, refiriéndose a doña Josefa María Ramírez y a su esposo don Francisco Castro, que éste era un hombre muy ingenuo y vivía ocupado solamente de sus labranzas y que aquella mujer era muy amiga de pelear con todos y por esto se había granjeado algunos enemigos. Agregó que a ellos los habían sacado de su vivienda, sin tomar conocimiento de sus causas y los mataron en San Rafael, al principio de la reconquista. Apenas habían transcurrido nueve meses de aquellas ejecuciones públicas.
3.- Bienes secuestrados
Doña Josefa María Ramírez había dejado ciertos bienes en Altagracia de Orituco, los cuales estaban constituidos por vegas de cacao, esclavos y algunos animales. Estas propiedades fueron secuestradas por el gobierno realista, entonces representado por don Vicente González, a la sazón comisionado especial para tales efectos en el Valle de Orituco por la Junta Superior de Secuestros. El comandante don Manuel Ramírez supo de esta operación el propio 18 de marzo de 1815, por intermedio de Francisco Méndez, el teniente que él había destacado en Altagracia para esa finalidad.
4.- Otras crueldades
La muerte de doña Josefa María Ramírez, de su esposo y de su hijo y el secuestro de sus bienes, no fueron las únicas atrocidades cometidas en esos días de la llamada reconquista del gobierno hispánico en Orituco. Otros pobladores de Altagracia, San Rafael y Lezama también sufrieron los atropellos cometidos por las fuerzas monárquicas. Varias propiedades fueron secuestradas y algunos de sus dueños ejecutados, aunque otros emigraron huyéndole a la represión.
5.- Dos matrimonios y cuatro hijos
Doña Josefa María Ramírez procreó cuatro hijos, por lo menos, en el matrimonio con don Francisco Calzadilla, su primer esposo, de quien enviudó en fecha desconocida. Esta pareja estaba identificada como personas blancas pertenecientes a la feligresía de Altagracia. Aquellos descendientes eran dos varones y dos hembras. Uno de los hombres era José Francisco de los Santos, quien nació en 1791 y fue el asesinado en San Rafael por las tropas del Rey a los 22 años de edad; el otro tenía por nombre José María del Espíritu Santo, cuyo nacimiento sucedió en 1793 y fue el que se integró al ejército de los libertadores. Una de las hembras era Paula, todavía menor de edad en 1793; la otra era conocida como María de Jesús y estaba casada con José María Ramírez, quienes fueron catalogados como personas quietas y pacíficas en 1815, por el comandante don Manuel Ramírez, mencionado en párrafos anteriores.
No hay noticias confiables acerca de hijos de la heroína Ramírez concebidos en su matrimonio con don Francisco Castro, el cual fue celebrado el 25 de noviembre de 1804, por el cura José Francisco Aponte, en la iglesia de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia de Orituco, de donde eran feligreses ambos contrayentes.
6.- Una familia numerosa y adinerada
Doña Josefa María Ramírez pertenecía, tanto por el parentesco paterno como por el materno, a una extensa familia de dueños de tierras, cacaotales, cañamelares, otros cultivos, esclavos, semovientes, casas y otros bienes. Ella era hija de don Tomás José Ramírez y doña Juana María Sarmiento, vecinos de la parroquia altagraciana. Este matrimonio tuvo doce hijos en total, cuyos nombres eran los siguientes: Tomás Nicolás, María Josefa, María de Jesús, María Manuela, Juan José, Juana María, Josefa María, José Lorenzo, María Fernanda y Tomás José; además, María del Rosario y María Merced, quienes murieron a tierna edad.
7.- Una mujer severa
Es factible suponer que doña Josefa María Ramírez era una mujer de carácter fuerte, muy severa. Esto la habría inducido a castigar excesivamente a una esclava ajena de nombre María, quien falleció como consecuencia de tales maltratos. El dueño de esta esclava, don José Rodríguez Camejo demandó a la agresora, quien fue hecha prisionera, enjuiciada en Altagracia de Orituco y puesta en libertad mediante el convenio de una fianza. Don Pedro Nolasco Castro se constituyó en fiador de la imputada, ante don Tomás Hernández Martínez, Teniente Justicia Mayor del Valle de Orituco, el 26 de octubre de 1804, un mes antes de celebrarse el segundo casamiento de la acusada. Este juicio continuaba aún en abril de 1805; no hay datos disponibles que indiquen cuándo ni cómo finalizó.
8.- Una patriota gracitana
Falta aclarar lo que sucedió con los cadáveres de los ejecutados en Orituco, en aquellos momentos tan dramáticos, aterradores y conmovedores ocasionados por la guerra anticolonialista. Hay particular interés en los restos de doña Josefa María de Jesús Ramírez Sarmiento, una patriota nacida en Altagracia de Orituco, el 24 de abril de 1768, conforme puede deducirse de la partida de bautismo correspondiente, firmada por el presbítero Santiago González Fonte.
Las noticias relacionadas con la heroína Ramírez son muy escasas. Las fuentes apenas contienen datos que sirven para aproximarse a la vida de tan célebre fémina, cuyo heroísmo debe trascender a la inmortalidad como una actitud que dignifique el gentilicio orituquense. Debe aclararse que el propósito no es transfigurarla con juicios de valores equivocados, sino presentarla como el ser humano que, con su entorno familiar y otros semejantes, convivió inmersa en la dinámica de la sociedad colonial, cuyas contradicciones económicas, sociales y políticas se agravaron tanto que ocasionaron la crisis bélica de la cual ella fue víctima también(1).
(1) Este trabajo es un extracto del libro Doña Josefa María Ramírez (heroína de Orituco), de mi autoría. (C.L.G.)
1 comentario:
El año 1814 fue el año más terrible de toda la historia de Venezuela...Y ella fue una víctima de esa devastación.
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