(Un artista
caraqueño aquerenciado en Valle de la
Pascua)
FELIPE
HERNÁNDEZ G.
felipehernandez56@yahoo.es
Obviamente la existencia de nadie es lineal, puesto
que cualquiera puede vivir con la sensación del zig-zag, lo que permite convenir
que la vida está hecha de intersecciones y bifurcaciones insospechadas, es el
caso del ejemplar ciudadano que fue el maestro RAFAEL PELLICER VIANA, nacido en Caracas en el año 1894,
se arraigó en Valle de la
Pascua desde 1916, ciudad donde formó pareja con la dama
vallepascuense, doña Manuela Belisario, con quien procreó los hijos siguientes:
Rafael, José, Dulce, Elvia, Rosita, Yajaira y María de Jesús Pellicer
Belisario.
Vino
a Valle de la Pascua
siendo muy joven, --cuando apenas contaba con veintidós años de edad---, como
artista integrante de la Compañía
Dramática de Zarzuelas, Operetas y Comedias “Zapata”. Después
de cumplir sus compromisos con la citada empresa, resolvió clavar su bandera de
aventuras en esta tierra llanera, “subyugado
por los ojos negros de Manuela
Belisario, con quien contrajo nupcias”.
Hombre de avanzada, amigo de la
cultura y periodista de oficio. En Valle de la Pascua entró en negocios de
distintas índoles que manejó con inteligencia y rectitud, entre otros, fue
tipógrafo, periodista, comerciante, organizador de actos culturales y
artísticos, empresario de cine, miembro de la Sociedad Socorro
Mutuo institución de la cual ocupó la presidencia, culminando sus días
dedicándose al ejercicio del magisterio. Fundó el periódico Ícaro, y fue
un destacado contribuyente del desarrollo cívico y cultural y de las manifestaciones
artísticas del medio.
Una semblanza de don Rafael
Pellicer, la presenta el escritor Juan Suárez Ávila, en su obra Historia y
Valores de Valle de la Pascua
(1980:39-40), cuando dice lo siguiente:
“Fue en 1916 cuando vino a esta población el
caraqueño Rafael Pellicer, para esa época, Pellicer trabajaba con la Compañía Zapata,
compañía de operetas, zarzuelas y comedias. El diez de enero de 1916, en la
casa de don Prudencio Herrera, esquina El Paraíso, Rafael Pellicer hacía su
primera presentación, debutaba con una extraordinaria comedia dramática,
chispeante de buenos episodios, llamada “La Lluvia de Hijos”. El destino lo trajo hasta aquí,
pues el amor pudo más que su profesión de artista, tan joven, tan cómico, tan
simpático, como tan extraordinario, y a todo renunció, pues se enamoró de doña
Manuela Belisario y se casó con ella, de cuyo matrimonio fundó una honorable
familia. Años después se entregó a la labor del magisterio vallepascuense,
siendo este patriarca otro mártir de la labor cultural, ejerciendo el
magisterio por muchos años, hasta que al fin murió brindando a la juventud su
ración educadora y civilista”.
Parodiando al escritor Edgardo
Mondolfi Gudat (2012), del devenir existencial de don Rafael Pellicer Viana
puede decirse que “la realidad a veces es
mucho más misteriosa de lo que es capaz nuestra propia arrogancia”, si
pensamos por un momento en el hecho de que podrían haber habitado en él tantos
destinos como el número de caminos que hemos descartado en la vida.
Valle de la Pascua, 4 de julio de 2012.
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