sábado, 8 de junio de 2013

EL ORGULLO DE SANTA MARÍA DE IPIRE




Manuel Soto Arbeláez


En una referencia de un periódico vallepascuense leí un trabajo de Rafael Eney Silveira Morales (Lito), referente al antiguo mercado libre de Valle de la Pascua ubicado en la calle Atarraya norte, entre la actual avenida Rómulo Gallegos, antes calle Abajo, y la calle Paraíso. Me vino a la memoria el recuerdo de un joven personaje guariqueño a quién siempre he considerado un buen amigo, primero por su honradez y segundo por su valentía. Esta última hizo que ante la pobreza que se le venía encima con apenas, tal vez, unos quince años en 1949 metiera sus pocas pertenencias en una capotera y se vino desde Santa María de Ipire hasta La Pascua con su madre y una hermana ambas bajo su entera responsabilidad, en busca de una mejor perspectiva para todos ellos. La necesidad era muy grande y grande también su deseo de trabajar en lo que encontrara. Recuerdo que resueltamente se acercó a mi padre -Nicolás Soto Martínez- quien estaba recién establecido en un pequeño negocio en la calle Atarraya norte # 27 cercano al mercado libre –donde actualmente funcionan algunas dependencias de la Alcaldía de Infante-, y le propuso vender allí mercancías de la naciente empresa. Mi padre accedió y en los dos días de la semana, cuando en la madrugada se abría el mercado libre, le entregaba una caja grande con diferentes objetos de consumo que el “Catire” diligentemente vendía ganándose su buena comisión. A veces cooperaba en el mostrador del negocio y le quedaba tiempo para jugar béisbol en el campo Bolívar con hombres de mucha más edad que él como Eleazar “Pata e´ Loro” Higuera; los hermanos Humberto “Coco” y “Carita” Campos; Franco García, que era un hombre de más de 100 kilos de peso; Leonardo “Fijón” García y su hermano Julio “Cayeya” García, (por cierto estos dos hermanos terminaron sus vidas ciegos. Eran hijos del también invidente don Hilarito Pedrique); Itamar Gómez, José María Mejías “Marusa”, el joven estudiante Emiliano Arzola Chacín y otros que no recuerdo.
“El Catire” jugaba como receptor o “Cátcher”. De Valle de la Pascua se mudó a San Juan de los Morros donde encontró un trabajo fijo en el INOS. Trabajaba y jugaba béisbol, encontrándose allí con otro jugador salido de las filas beisboleras de Valle de la Pascua: El socorreño Oswaldo Camacho, “Bocambaca”. Cuando los años y las rodillas no le dieron más para jugar este deporte el “Catire” jugó softball, siempre de cátcher. En San Juan el “Catire” se hizo conocer y se popularizó como el “Orgullo de Santa María de Ipire”. Al jubilarse como funcionario se estableció como comerciante especializado en artículos deportivos. Todavía con, tal vez, 76 años encima, está como los sastres “Pegado a su corte”. Al buen amigo don César Balza (así se llama el “Catire”) siempre mi hermano Héctor Nicolás y yo lo hemos recordado con especial afecto y le saludamos con el romano: ¡Salve César! Miramar, Florida, Dic. 2010. MSA. E-Mail: manuelsotoarbelaez@yahoo.com Los libros El Guárico Oriental 1, 2 y 3 en Librería La Llanera, calle Guásco frente a la plaza Bolívar Valle de la Pascua.

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